Miguel Margineda
Domingo, 23 de noviembre 2014, 01:57
El anuncio de Jonathan Nolan de llevar a la televisión la saga de la Fundación, de Isaac Asimov, despierta las ilusiones de millones de fans. La cadena estadounidense HBO (Juego de Tronos, Perdidos) ha conseguido los derechos de la adaptación a una serie que podría ser el evento televisivo del siglo XXI.
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El proyecto de llevar 'El ciclo de Trántor' al audiovisual fue abordado por primera vez el año pasado por Roland Emmerich (Independence Day), que quería hacer una película, o una serie de películas. Pero finalmente lo abandonó por la complejidad de la historia, falta de financiación y problemas con los derechos.
Las novelas de Fundación no es solo una gran saga, o novela-río, es el paradigma de la ciencia-ficción del siglo XX. Publicada originalmente en forma de relatos cortos en la revista Astounding entre 1942 y 1949, su recopilación en forma de libros mereció el premio Hugo ad hoc A la mejor serie de novelas de ciencia ficción de todos los tiempos.
Tal fue el éxito de estas novelas que fans y editores suplicaron a Asimov durante años que continúase con la saga original, la trilogía formada por Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación. Pero no fue hasta los años ochenta, cuando por una desorbitada cifra, publicó dos precuelas y dos secuelas. En la última, Asimov culminaba de forma magistral la obra de su vida, mezclando los elementos de sus novelas sobre la Tierra y sobre los Robots, creando una mitología futurística que pretende ser también una lección sobre la historia, la guerra, la política y el eterno conflicto humano.
Ahora se ha sabido que Nolan (el hermano pequeño de Christopher, que le ayudó con el guión de El Caballero Oscuro e Interestellar, entre otras) lleva medio año trabajando en el guión. No es tarea fácil, ya que se trata de una historia futurista creada bajo la sombra de la Segunda Guerra Mundial, primero, y la Guerra Fría, después.
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Asimov estaba convencido de la inevitabilidad del conflicto nuclear. Todas sus novelas son un alegato contra lo que él llama la barbarie humana, la violencia, como último recurso del incompetente. sus protagonistas son héroes intelectuales, por encima de todo. En política, hasta cierto punto parece defender la dictadura de los hombres sabios.
¿Cómo hacer que una novela del siglo XX, sobre el siglo MM, se representa en la televisión sin parecer anticuada, pero sin salirse demasiado de la idea original? Éste es uno de los grandes problemas de Nolan. Por suerte, a pesar de los inevitables anacronismos que ahora conocemos de la novela (en Trántor, capital milenaria de un Imperio Galáctico humano, todavía se imprimen millones de periódicos en papel), el conflicto social, económico y político de este futuro es algo de lo que aún puede aprenderse algo hoy en día.
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