Aún faltan quince minutos para la hora fijada. Dani se baja del coche y uno de los chicos que está a su lado le pregunta si ha avisado a los demás. El joven acude acompañado de sus amigos, pero solo él es miembro del grupo ... de WhatsApp por el que se difunde la convocatoria. «No tiene acceso cualquiera», cuenta. Cubren su cuerpo con sudaderas y plumones para que el frío no les cale los huesos, aunque dejan a la vista cadenas de oro que cuelgan sobre sus cuellos. Estarán las próximas horas a la intemperie, son el público que da sentido a la concentración de coches que se repite cada semana entre Pulianas y Granada y en la que sus protagonistas exhiben sus vehículos tuneados con alerones y hacen rugir los tubos de escape.
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Cuando el reloj marca las once, el grupo cambia de ubicación y se aproxima al borde de la rotonda situada tras el polígono industrial del Granaíta, en Pulianas. Más de un centenar de personas y unos 60 vehículos ocupan el lugar. Un SEAT 120 de color rojo se detiene a repostar en la gasolinera y después comienzan a rodar. Atrae las miradas de todo el público. «Ese coche necesita un mantenimiento de motor continuo», dicen. El vehículo da algunos giros y vuelve al punto de origen. El estacionamiento está completamente lleno. Decenas de BMW, Golf, Audis o Ibizas tuneados, decorados con rayas naranjas y amarillas sobre un fondo neutro, desfilan con faros LED que se identifican a lo lejos. «Es solo un lugar en el que mostramos nuestra pasión por el mundo del motor», cuenta Dani. La vibración de los altavoces –diseñados exclusivamente para la ocasión– penetra en cada uno de los presentes y los hace así participes de una exhibición que acaba de convertirse en espectáculo.
Los vecinos de la urbanización Ciudad de la Luz denuncian que se trata de carreras ilegales que causan una «gran inseguridad en la zona». El recorrido se extiende desde las afueras de Pulianas hasta la Avenida de la Merced Alta, donde están sus casas. Solo un kilómetro separa ambos puntos. Policía Local de Pulianas afirma que conocen las concentraciones, pero que no tienen efectivos suficientes para hacer frente a la situación, por lo que trasladaron la incidencia a Guardia Civil. Policía Local de Granada, por su parte, reconoce también que son conscientes de los hechos y aseguran que han puesto en marcha vigilancia desde este fin de semana.
IDEAL ha acudido a esta última concentración para comprobar de primera mano en qué consisten estas quedadas. El ambiente y el público crecen hacia la medianoche. Entonces, comienzan los derrapes. Tienden mesas y sillas en el borde de la carretera para disfrutar de un espectáculo al que acuden personas de todas las edades y en el que tampoco faltan padres con sus hijos. «Tenemos un ambiente sano», afirman. «Los coches están para disfrutarlos», se escucha. Los vehículos aumentan de velocidad en las rectas y frenan al llegar a la rotonda, donde se ven más derrapes.
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El aire huele a gasolina y neumático quemado. También a bebida energética, pero no hay rastro alguno de botellones o alcohol en el estacionamiento. Un hombre irrumpe en el lugar y anuncia una rifa por la que los participantes pueden optar a un BMW de última generación o a 10.000 euros. Algunos compran un boleto y les comunican cómo le harán saber el resultado. La imagen no causa ninguna sorpresa. Los asistentes ni se inmutan y se congregan en torno a la rotonda principal con la expectativa de que el ritmo de los derrapes sea aún mayor. Los aficionados observan e incluso graban cada uno de los movimientos con detenimiento y esperan al borde de la carretera a que llegue el próximo. Una chica comparte por teléfono la ubicación para ganar público. «No sabemos hasta última hora del viernes si ese día habrá una nueva convocatoria», explican. El boca a boca juega un papel esencial, pero la organización se gesta a través de un grupo de WhatsApp en el que hay cientos de usuarios, pero en el que muy pocos son administradores. De ahí extienden a las historias de Instagram, aunque la confirmación de una nueva quedada no llega hasta el último momento. «La localización exacta es lo último en conocerse», declaran, «pero las últimas han sido todas aquí», añaden.
El lugar es un «punto estratégico». Así lo definen sus asistentes, que afirman que están entre Pulianas y la ciudad de Granada, un espacio con el que buscan un «vacío legal», ya que no se sabe realmente a quien compete. No obstante, cuentan que no hay un cabecilla que dirija el evento, son los asistentes los que proponen abrir las convocatorias.
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La multitud empieza a disminuir conforme avanza la madrugada. «Aquí ves algunos coches picados, pero esto no son carreras. Para eso ya tenemos otros sitios», afirman. Algunas motos abren gas y muestran a donde llegan con sus caballitos. Dos coches aprovechan la recta en lo que ya es su trayecto de salida y aceleran al máximo. Metros atrás, todavía se escucha cómo los neumáticos se deslizan sobre el asfalto. Dentro de una semana sabrán si esa noche vuelven a hacer rugir sus motores en el mismo lugar.
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