Decenas de expedientes municipales se retrasan a la espera de que se forme gobierno en Granada

La oposición ha alertado esta semana de la «parálisis» opr la falta de acuerdo en PP, Cs y Vox | Las facturas y los expedientes por firmar se acumulan en la plaza del Carmen

Domingo, 23 de junio 2019, 01:40

«Este lunes me pondré en contacto con Ciudadanos y Vox para gobernar la ciudad». Sebastián Pérez anunció, cuando el escrutinio ya ofrecía un resultado certero, que el día después de las elecciones emprendería las negociaciones para amarrar la alcaldía de Granada. Hoy domingo, casi ... un mes más tarde, lo único oficial es que el alcalde no es él, sino Luis Salvador: aquellas negociaciones que presumió inmediatas siguen vivas, está por ver si el líder del PP empuñará el bastón de mando dentro de dos años y Vox amenaza con una moción de censura si no forma parte de un gobierno aún por cuadrar. Entretanto, en la última semana se han acumulado facturas por pagar, licencias que aguardan el visto bueno o las ayudas urgentes a familias necesitadas. Mientras se desenreda la formación del gobierno, los trámites que dependen de la firma de los concejales empiezan a acumularse.

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Tras los comicios de 1999, situación similar, acoplar el tetris del tripartito llevó un par de semanas. Los comicios se celebraron el 13 de junio y el último de ese mes ya se conocía el reparto de concejalías; eso sí, las intrigas entre Partido Andalucista, socialistas y populares se prolongaron hasta el 12 de julio, ya constituido el nuevo pleno y elegido como alcalde el socialista José Enrique Moratalla.

En las municipales de este año, la alcaldía se decidió sobre la bocina, en la madrugada previa al pleno de constitución y fuera de Granada. Las direcciones nacionales de PP y Cs acordaron dar a los 'naranjas' la alcaldía de Granada. Y este es el único punto del trato que nadie ha desmentido a lo largo de la semana;por lo demás, no termina de haber acuerdo sobre las incógnitas que empezaron a aflorar tras la toma de posesión de Luis Salvador como regidor.

Dos son los interrogantes. El primero, si el mandato de Salvador será de cuatro años, como ha mantenido la formación naranja durante los últimos días –incluidos los líderes nacionales–, o si habrá alternancia en la Plaza del Carmen y, pasado el ecuador del mandato para que gobierne el PP. Durante la primera sesión, los populares mantuvieron que habría un 'dos más dos' en Granada, algo que ya sólo defiende el PP a nivel local –ni siquiera desde Génova han apoyado esta opción que descartó Fran Hervías el viernes–.

La segunda duda es el papel que jugará Vox en el futuro gobierno. Los de Onofre Miralles han insistido en que deben formar parte del equipo. El voto de los tres ediles era indispensable para investir a Salvador y lo será para la estabilidad del gobierno venidero –aunque Salvador ya cuenta con gobernar en minoría–. Ante la ausencia de explicaciones, amenazaron con promover una moción de censura si Cs y PP no confirmaban la entrada de los de Abascal en la estructura de mando.

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Por entonces, el martes, había ya unos 60 expedientes de licencias y una veintena de procedimientos sancionadores acumulados y pendientes de firma en el área de Urbanismo. En derechos sociales, el papeleo se amontona a razón de 70 firmas diarias aproximadamente.

Así llegó el martes, cuando Granada volvió a mirar a Madrid esperando respuestas. Tampoco llegaron ese día. La reunión convocada para trazar la estructura municipal concluyó sin acuerdo. El miércoles, Salvador anunció que la negociación se trasladaba a Granada, con una comisión llamada a desenredar la situación antes de «el lunes o el martes». El PP desmintió el jueves de Corpus que existiera tal comisión, mientras que Vox criticó que Granada formara parte del «paquete de cromos» en el reparto entre los populares yCiudadanos. Onofre Miralles lamentó que se diera la alcaldía a Salvador a cambio de que los populares mantuvieran el Ayuntamiento y la Diputación de Málaga. Vox no participó en la procesión del Corpus;tampoco Sebastián Pérez. Sigue el lío. Hervías, secretario de Organización de Cs, zanja el asunto señalando que sólo se pactaron cuatro años; el PP local lo niega, los de pablo Casado en Madrid guardan silencio.

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La parálisis

En medio de esta sucesión de encuentros y rupturas, cara a cara, en Twitter o en declaraciones a los medios, el Ayuntamiento aguarda. Basta un ejemplo: los concejales salientes siguen recibiendo llamadas para resolver urgencias ante la ausencia de nuevos interlocutores. PSOE y Podemos IU hablan de situación de «parálisis». Para el exalcalde Francisco Cuenca es de «extrema urgencia». Lamenta «que la vida de los granadinos se haya sumido en una espiral de chantajes, mociones de censura, inestabilidad, desconfianza recelo y amenazas». El portavoz de Podemos IU dijo no haber visto algo así en 25 años:«Hay expedientes que se están perdiendo, que pueden estar prescribiendo y lo peor sería que la situación costara encima un dinerazo a la ciudad; hay que ponerse a gobernar y tomar decisiones».

El pago de facturas es uno de los procesos que se ven lastrados por el 'desgobierno'. Al no haber delegado de Hacienda, los abonos «se ralentizan mucho», explican fuentes municipales. Con el contador del periodo medio de pago a proveedores en 226 días de demora –según datos de abril–, el Ayuntamiento no se puede permitir engrosar la cifra. Hace un año, el retraso en el pago de facturas era de 178 días; el límite de 'morosidad' es de 60 días. En opinión del edil de Podemos IU Francisco Puentedura, no son buenos para la ciudad «las incertidumbres y retrasos que se producen por algo que no se ha hecho en Granada sino en Madrid, sin atender a las necesidades de la ciudad». Explica que el Ayuntamiento este año tiene que pagar «cuatro millones de euros» por intereses de demora.

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En segundo lugar, la «parálisis» a la que hace referencia la oposición se traducirá en una acumulación de licencias que tendría que firmar el delegado de Urbanismo. Afecta a peticiones de primera ocupación, reformas, rehabilitación de viviendas... Los granadinos remiten la documentación, los funcionarios comprueban que todo está en regla –o no– pero el proceso queda atrancado en el punto final: la firma. Las fuentes consultadas por IDEAL el pasado martes explicaban que en el área estaban «de brazos cruzados» en lo relativo a procesos que deben pasar por la junta de gobierno local. La última, antes del letargo, se celebró el pasado día 7.

Este órgano se reúne cada viernes, bajo la presidencia del alcalde, y ejerce funciones ejecutivas y administrativas. Está compuesto por el propio regidor y otras nueve personas como máximo. Éstas pueden tener condición de concejales o no, pero siempre debe ser mayor la proporción de ediles, como especifica el reglamento. Ellos son los encargados de aprobar instrumentos de ordenación urbanística, concesión de licencias, adjudicaciones de contratos...

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En definitiva, es un instrumento indispensable en el engranaje de la burocracia en el Ayuntamiento. El último precedente de constitución de la junta de gobierno local es el de la presidida por Francisco Cuenca. Tras la moción de censura contra Torres Hurtado, Cuenca accedió a la alcaldía el 5 de mayo de 2016 y la junta de gobierno local se formó el día 13, una semana y un día después. El proceso se postergó algo más en 2015. Torres Hurtado tomó posesión un 13 de junio y la junta se constituyó el 26 de ese mes, 13 jornadas más tarde. El contador de Luis Salvador está en ocho días. Y subiendo.

El alcalde defendió el pasado miércoles que el gobiernoestá trabajando y el reloj del Ayuntamiento «está funcionando»

Las familias

Al margen de las cuestiones puramente administrativas, hay un área especialmente sensible al 'impasse':Derechos Sociales. Hay quien la compara con las «urgencias de un hospital». Sus trabajadores dan salida cada día a altas y bajas de asistencia a domicilio, informes de habitabilidad para determinar si un menor puede vivir o no en una determinada vivienda, ayudas para la compra de alimentos o pañales, prevención de desahucios...

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Los concejales trataron de dejarlo todo 'atado' el viernes de la pasada semana, pero nada se puede hacer con los asuntos del día a día que requieren decisiones inmediatas y firmas de decretos. Son alrededor de 70 cada día. «Dentro de una semana esto puede ser un caos tremendo», señalan fuentes socialistas.

Una vez decidida la composición del gobierno municipal, el alcalde debe firmar el decreto de delegaciones, con el que encomienda a los concejales la gestión de sus respectivas áreas. Desde entonces, podrán tomar las riendas, empezar a depurar el trabajo que se ha estancado estos días.

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Nada más aterrizar

Antes del nuevo 'parón', en agosto, la corporación debe abordar, por ejemplo, la distribución de presidentes en las juntas municipales de distrito, un órgano de participación vecinal de periodicidad mensual. La asociación de residentes en el Albaicín pidió celeridad el pasado día 18: «Tanta ambición política en despachos forasteros nos tiene totalmente paralizados, los problemas no se solucionan solos y se acumulan, cuando acabe el 'show' avisad que tenemos cosas importantes esperando».

Las del proyecto de ejecución del paseo de Romayla, los trámites para la nueva fase de Santa Adela, la remodelación del eje Arabial-Palencia, normativas de Movilidad, el portal web de participación, la financiación del plan LGTBI, el convenio del Nuevo Los Cármenes o la organización de eventos culturales y deportivos programados para las próximas semanas serán algunas de las carpetas que encontrarán sobre la mesa los nuevos concejales.

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