Agresión en Granada

Deja tuerto a un hombre en una discoteca de Granada tras estamparle un vaso

Los hechos ocurrieron en el verano de 2022 y ahora la Fiscalía de Granada pide al supuesto autor de los hechos una pena de nueve años de prisión y una indemnización de 95.000 euros por las lesiones y las secuelas causadas. El acusado se enfrenta a un delito de lesiones por el que también se solicita la prohibición de acercarse a menos de 200 metros ni comunicarse con la víctima de forma directa o indirecta en diez años.

Según el Ministerio Fiscal, el acusado «cogió un vaso de cristal, se dirigió hacia él y lo golpeó a la víctima en la cabeza. Los porteros evitaron que continuara la agresión, momento en el que el acusado aprovechó para huir del local».

La versión de la acusación, que la lleva el letrado Jesús Huertas, afirma que el agresor fue con «la clara intención de menoscabar la integridad física del herido». Además, señala que la acción se llevó a cabo por la espalda, aprovechando que la otra persona no podía verlo. Se afirma también que el presunto responsable de estampar el vaso ya había molestado y tenido problemas con otros clientes de la sala de fiestas durante aquella madrugada.

Por otra parte, la defensa del supuesto agresor asegura que se trató de un «desgraciado accidente fortuito» y que el acusado no tiró el vaso con ánimo de dañar a nadie. Que tampoco vio dónde tiró el vaso ni dónde cayó. La abogada del acusado también justifica que su cliente estaría exento de cualquier responsabilidad ya que había consumido dentro de la discoteca gran cantidad de alcohol y cocaína. Sustancias a las que supuestamente padecía una gran adicción en la fecha en la que se produjeron los hechos.

Además de perder un ojo, el agredido padeció múltiples heridas en frente, nariz. Por todo ello, la acusación pide para el supuesto agresor doce años de prisión y una indemnización de 110.696,37 euros por los daños ocasionados.

Los hechos

Según narró la Policía Nacional cuando se hizo cargo de la investigación, el joven agredido se encontraba en un reservado del local de ocio cuando un varón, que estaba en el reservado de al lado, cayó al suelo junto a él, posiblemente fruto de la ingesta de alcohol. Acto seguido, el personal de seguridad del establecimiento acompañó a la calle a esta persona. Mientras tanto, uno de los acompañantes del varón comenzó a increparlo acusándolo de que habían echado a su amigo por su culpa. Sin mediar ni una palabra y de forma sorpresiva, otro componente del grupo le golpeó con un vaso en la cabeza ocasionándole un abundante sangrado.

El perjudicado fue inmediatamente trasladado a un centro hospitalario, donde quedó ingresado para ser tratado por las graves lesiones que presentaba. Fue intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones, pero no se pudo evitar la pérdida uno de sus ojos.

Por su parte, los investigadores recuperaron la grabación de las cámaras de seguridad del establecimiento en las que quedó reflejado todo lo ocurrido. Además, obtuvieron diversa información que, una vez analizada y completada, permitió la plena identificación del presunto agresor. Su detención tuvo lugar poco después, cuando él mismo, conocedor de que estaba siendo buscado por la policía, se personó en la Comisaría Provincial. Posteriormente fue puesto a disposición de la autoridad judicial.

Dos casos

No es la primera vez que ocurre algo parecido en Granada. De hecho, en la misma discoteca. Cuatro meses antes de que este hombre perdiera un ojo a consecuencia de las heridas sufridas tras recibir un 'vasazo', otro varón vio truncada su carrera profesional.

Fue en marzo del mismo año. A la víctima solo le faltaban cuatro meses para terminar su formación en la Base Aérea de Armilla. Estaba a punto de convertirse en piloto militar. El presunto agresor le estampó un vaso en la cara y le destrozó un ojo. Los cristales le perforaron la pupila y se le desprendió la retina. Aunque aún no se ha podido determinar de forma definitiva la trascendencia final de las lesiones, todo apunta a que nunca recuperará la visión del ojo perjudicado y por tanto no podrá ponerse a los mandos de una avión.