En la habitación 507. Allí tiene Jorge Fernández Parra su despacho. «Es provisional. Estamos de obras», cuenta desde el Materno Infantil, desde donde ejerce su ... profesión este ginecólogo quien a su vez es el presidente del Colegio de Médicos. Aunque reconoce que estaba teniendo una presidencia «difícil», dice entre risas, vive ahora el momento más delicado: con un colectivo exhausto, en el que ha habido muertes y al que «no se escucha» desde el poder político aún estando inmersos en una crisis sanitaria.
–Diciembre de 2020. ¿Cómo se encuentra el colectivo a estas alturas del año?
–Cansado y agotado. Porque sobre todo no tenemos aún muy claro dónde está la meta. Es una situación de estrés, de sobrecarga de laboral y miedo. Lo que genera que muchos compañeros tengan problemas de sobrecarga y ansiedad.
–Es el momento más duro que ha vivido como decano del Colegio de Médicos
–Sí, la verdad es que mi presidencia siempre ha sido un poco... (ríe) conflictiva. Primero con la situación de la fusión y la desfusión. Y ahora tenemos una situación inédita. Aunque la situación sanitaria es muy complicada, en el colectivo se han visto momentos de los cuales sentirse orgullosos. Por ejemplo por la colaboración que ha habido entre distintos compañeros o la voluntad de los médicos jubilados que se han prestado voluntarios. Lo negativo es que en la primera no había la protección adecuada para los profesionales. Y sobre todo y lo más importante la pérdida de los compañeros, que realmente es muy doloroso.
–Es muy crítico con la gestión de la pandemia que se ha hecho en España. ¿Cuáles cree que han sido los errores más graves?
–La gestión de la pandemia es difícil y los errores los cometemos todos. Pero yo creo que hay dos líneas que deberían haber sido diferentes. La primera es que se debería haber creado un grupo de expertos. Y en eso creo que España ha ido por detrás de otros países. Y en segundo lugar, que hay que establecer medidas y estudios para saber en qué hemos fallado. Vamos a entrar en la tercera ola y no hemos evaluado los errores de las dos primeras. Si no aprendemos de ellos no podremos subsanarlos.
–El virus se ha comportado casi de la misma forma en toda Europa. ¿Qué cree podría haber hecho España diferente ?
–Lo importante con este virus, que tiene una capacidad de contagiosidad alta, es atajarlo. Y eso significa hacer un rastreo masivo que aquí en España no se ha hecho. En segundo lugar, llevar un control de estas personas que están infectadas y de sus contactos. Porque si ellas no cumplen su aislamiento, siguen contagiando. Y esto en Europa no se ha producido. En Asía sí. Y yo creo que tiene mucho que ver con estar en unos países en los que los derechos individuales priman sobre los beneficios colectivos.
–¿Qué es lo que más les ha dolido como sanitarios de la acción de los distintos gobiernos?
–Ese debate entre economía y salud. Nosotros no llegamos a entenderlo porque creemos que sin salud no hay economía. De hecho esos países que han logrado controlar la pandemia con esas medidas drásticas, están ahora desde el punto de vista económico bastante mejor que el resto. Y desde luego estamos hablando de fallecimientos. Y eso no tiene un coste, no se puede valorar económicamente, por lo que creemos que hay que primar la salud por encima de la economía.
–En Granada han muerto dos médicos. ¿Esos fallecimientos podrían haberse evitado?
–En España a día de hoy han fallecido 75 médicos. Y es cierto que en la primera ola hubo el máximo número de fallecimientos en el mes de abril. Y fue fundamentalmente por falta de equipos de protección. En eso hemos cambiado y además conocemos mejor el virus. Se está mejor, pero no duda cabe que cualquier fallecimiento nos apena muchísimo.
–Ha calado entre la gente un reconocimiento expreso al valor de los médicos. ¿Se siente como el decano de un Colegio de Héroes?
–No somos héroes ni queremos serlo. Nuestra vocación es la dedicación a los demás y es la que nos hace dar lo mejor de nosotros mismos. Los aplausos están bien, pero nosotros queremos otro tipo de reconocimientos. Nuestra profesión es difícil y dura. Y a veces no estamos siendo reconocidos por las instituciones por la inestabilidad laboral o incluso a nivel económico, pues te comparas con cualquier país de Europa y nuestros salarios son más bajos. También es cierto que pese a esa situación de aplausos también estamos viviendo agresiones a compañeros. A veces llega uno y se pregunta que dónde nos encontramos: ¿héroes o villanos?
–¿Cómo explica este comportamiento ciclotímico?
–Con la AtenciónPrimaria se ha producido un cambio que era necesario. Al centro de salud se iba de forma voluntaria por cosas a veces que no eran muy trascendentes. Lo que provocaba que se congregara mucha gente aumentado el riesgo de transmisión.Se estableció entonces un sistema de filtros. El problema es que no ha habido un sistema telefónico ágil. Ni tampoco una comunicación que explicara bien que los centros de salud no estaban cerrados. A mí me duele muchísimo lo que ha pasado porque los médicos de familia o los pediatras han estado trabajando muchísimo.Más no se les puede pedir. Es, por tanto, injusto que se diga que no se hacía nada.Un error que ha llevado a personas a agredir a compañeros.
–¿Cómo cree que se ha comportado el sistema sanitario español ante toda esta pandemia? ¿Se seguirá diciendo que tenemos la mejor sanidad del mundo?
–(Ríe) Yo recuerdo que en las primeras semanas cuando en Italia empezó el virus se dijo que no nos preocupáramos que España tenía un sistema sanitario mucho mejor y que no íbamos a tener problema alguno. Y se demostró que no. El sistema sanitario español no ha estado a la altura. Es cierto que en los últimos años estábamos haciéndonos un replanteamiento de todo lo que era la asistencia sobre todo a nivel de la cronicidad y de las personas mayores. Pero está claro que tenemos que estar preparados para episodios como estos. Y no debemos olvidarnos de que esta pandemia es muy importante, pero tuvimos también la gripe A. Es decir que esto va irnos pasando y tenemos que estar preparados. Otro punto es retener a los profesionales.
–Cree que de alguna forma todo esto puede servir como oportunidad para que se refuerce el sistema sanitario. Más que nada por las declaraciones que se lanzan hoy desde los púlpitos políticos.
–Tiene que haber un cambio. Creemos que ha llegado el momento de apostar por ir a una tendencia de invertir más en Sanidad, porque invertir en salud es invertir en riqueza. El planteamiento tiene que ser política de profesionales, que se gestionen mejor, que lideremos los equipos y hagamos que la Sanidad sea de calidad.
–¿La política está aprovechándose de la figura del médico? ¿Se sienten utilizados?
–No es que nos sintamos utilizados. Lo que sentimos es que no se nos escucha. Lo que hablábamos de los aplausos: se nos reconoce, pero a la hora de tomar medidas resulta que de repente se sacan un real decreto a nivel nacional o una orden en Andalucía y no se nos pide opinión. Vemos una discrepancia en lo que se declara a nivel público y lo que se hace después. Es un poco doloroso. A nivel político, el agradecimiento tiene que ir asociado al reconocimiento.
La Navidad
–Y viene Navidad. Un día me dejó un titular: 'El objetivo tiene que ser que en 2021 no falte nadie'.
–Efectivamente. Nosotros estamos en una situación en la que no se ha superado la segunda ola. Si entramos en una tercera sin haber ido a unos mínimos, no vamos a tener la capacidad de dar respuesta hospitalaria. Independientemente de lo que digan las administraciones, somos nosotros los que nos vamos a poner enfermos. Y por tanto tenemos que ser muy conscientes de que este año tenemos que vivirla de forma distinta, pensando en vivir con los que queremos la Navidad de 2021.
–Esta semana se ha presentado el marco normativo del Gobierno para vehicular esta celebración. ¿Qué le parece?
–El número que se pone máximo para la celebración es un poco absurdo. Las celebraciones en sitios cerrados tienen que ser solo con los convivientes. Sean doce o dos. Después hay que tener claro que la reducción del riesgo para no contagiarse está en llevar la mascarilla, no estar en lugares cerrados más de 15 minutos y tomar distancia social. Esas son las cosas que tenemos que tener claro.
–Lo peor de todo, tal y como decía usted antes, es que no se sabe cuándo va a acabar esto. Inglaterra ya ha aprobado la vacuna. ¿Hasta qué punto confía en ella?
–Todo producto sanitario pasa por una serie de agencias y lo que hacen es que revisan los estudios que se han llevado a cabo. Si esos estudios demuestran eficacia y no efectos secundarios muy importantes, se autoriza. Y si es así debemos tener claro que es segura.La vacuna va a ser muy necesaria porque si no no podremos volver a nuestra vida normal.
–Necesaria sí, ¿pero cree que debería ser obligatoria?
–Sí debería ser obligatoria para ejercer algunas profesiones. Como creo que legalmente en España no será obligatoria, como responsabilidad social sí tendría que vacunarse el máximo de población.
–Por haber hay hasta médicos negacionistas, ¿qué pasa si ellos deciden no ponérsela?
–Sí, los hay, pero sí que puede haber una exigencia de las instituciones para obligar a los profesionales sanitarios, de educación o residencias a ponérsela.
–¿Entonces saldremos de esta?
–Sí y desde el punto de vista sanitario hay que pensar ya en que estamos dejando de lado otras muchas enfermedades. Tenemos que recuperarnos lo antes posible para que estas personas puedan tener su atención. Cuando superemos la Covid a los profesionales sanitarios nos queda otro aumento difícil y duro que es poner al día todo lo que se ha ido posponiendo.
–Vamos, que no saldremos más fuertes.
– (Ríe) Mejores es posible, más fuertes no.
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