Joel Almeida bota en la final de la Copa LEB disputada ayer en el Palacio de los Deportes.
BALONCESTO

El Covirán se lo toma con calma

Los nazaríes cierran la pretemporada con un triunfo al decidir en el último cuarto un duelo que debió encarrilarse antes

Juanjo Martín

Domingo, 25 de septiembre 2016, 00:08

El Covirán escribió ayer el punto y final a su pretemporada con una victoria sobre Morón (84-71) que tuvo el premio añadido de proclamarse campeón de la Copa LEB Andalucía, un título oficial al estar organizado por la Federación autonómica. Los granadinos remontaron los dos puntos de desventaja cosechados en el choque de ida y el capitán Pablo García pudo tener así el detalle de pedirle a Berni Castillo que le acompañara en la recogida del trofeo. Un bello gesto con el emocionado jugador -acaba de abandonar el equipo por culpa de su grave lesión de espalda- que fue posible ante la reacción de la segunda mitad de los hombres de Pin.

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Los nazaríes se lo tomaron con calma, quizá demasiada en los primeros dos cuartos. Sólo así se explican los numerosos errores en pases fáciles -doce pérdidas al intermedio-, un lastre que neutralizó por completo una superioridad en el rebote que apuntaba a ser abismal, como así luego se comprobó. El Covirán casi duplicó a los hispalenses en esa faceta (50-28) y, aun así, no sentenció el duelo hasta bien entrado el último período. La parsimonia evidenciada no preocupa demasiado en época estival, si bien la LEB Plata arranca en apenas siete días y ahí ya no habrá lugar a desperdiciar la mitad del encuentro.

Antes de rebasar el ecuador, la escuadra nazarí fue una amalgama de individualidades. Las dificultades para circular el balón incentivó el egoísmo de los jugadores, que se encomendaron al que primero mostrara una mayor inspiración de cara al aro. Bortolussi abrió la veda con diez puntos de los quince de los locales en el primer período.

Imparable Bortolussi

El ala-pívot de origen argentino enseñó a los aficionados su repertorio de interesantes movimientos y fintas en el poste bajo, así como un más que aceptable tiro desde media y larga distancia. Casi en solitario, 'Borto' se las apañó para mantener a los capitalinos en un partido en el que Gaffaney y Chagoyen marcaron el ritmo de inicio.

Bajo esa misma premisa, Iván Martínez cogió el testigo en el segundo acto. El pucelano vio afeada su actuación con ocho balones extraviados, aunque en ataque demostró que no ha perdido la soltura en las penetraciones a canasta. Eso sí, el escolta ha de mejorar en la visión de juego para distribuir la bola y no intentar siempre la finalización de la jugada por sí mismo.

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Morón se marchó por delante al descanso (30-31) casi por accidente, pero tras la reanudación a punto estuvo de romper el encuentro. Una técnica a Pin por sus protestas desencadenó un 0-7 que estableció la máxima de los sevillanos (32-42). El exterior Almeida se puso brevemente el 'mono' de faena para, con la colaboración de Jesús Fernández, poner a los nazaríes en franquía tras otro demoledor parcial, en este caso de los anfitriones (44-42). El veterano Chagoyen conservó las constantes vitales de los hispalenses, que se apagaron con la reacción en defensa de un quinteto granadinista tremendamente joven con Corts, Uta y Germán Martínez, quien dejó un buen sabor de boca ante un desparpajo al que sólo le falta más valentía para mirar el aro.

Ya en el último cuarto, Corts castigó desde el puesto de timonel a Gutiérrez, del que 'abusó' para anotar en tres ataques consecutivos. Milekovic, que hasta ese momento había ratificado la claridad y efectividad con la que juega a este deporte, sufrió el percance con Chagoyen que le mandó al banquillo para no regresar. El curtido interior simbolizó precisamente la rendición del Morón, dado que los visitantes desaparecieron tras la quinta falta de su referente en la pintura.

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El partido cambió radicalmente de cariz. 'Alo' Marín reflejó el abatimiento de los sevillanos con varias pérdidas fruto del cansancio y de no estar metido en el choque. Bortolussi se reenganchó en ese instante para rebasar la veintena en anotación y disparar la renta del Covirán por encima de la decena. Con Morón de capa caída, los granadinos supieron controlar las imprecisiones de unos minutos finales que no alteraron el veredicto ya emitido por el electrónico del Palacio.

El 1/11 en triples de los visitantes en el último cuarto fue la paletada de tierra final sobre su propia tumba, esa que excavaron con su falta de garra a la hora de luchar por el rebote. El conjunto de Javier Fijo estaba clínicamente 'listo' tras la hemorragia interior en los aros, por lo que de nada importó que Almeida se empecinara en anotar desde más allá del perímetro, lo que consiguió después de tres intentos.

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El duelo de vuelta de la Copa LEB ya no dio más de sí, a excepción de los segundos que completó el joven Marcos Vigo con los locales. El jamaicano Tyran de Lattibeaudiere, quien llegó a completar la rueda de calentamiento pese a haber echado un día en los aeropuertos desde su país de origen, observó feliz desde el banquillo la evolución de sus compañeros. De la apatía inicial se pasó a la felicidad suma al tener la opción de rendir un pequeño homenaje a Berni Castillo. La mejoría en pista trasera fue clave para redondear una tarde de satisfacción ante los seguidores nazaríes, quienes ya arden en deseos de que la LEB Plata empiece a rodar al fin.

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