El Joventut arruina el sueño del anfitrión

El Joventut arruinó a las primeras de cambio el sueño del anfitrión, que aspiraba a seguir vivo en su Copa y citarse con el campeón pero, pese a su ánimo en la pista y al apoyo de la grada, fue superado por el equipo catalán, semifinalista siete años después. El Gran Canaria se despidió en cuartos por segunda edición consecutiva, pero mientras en la pasada estaba previsto que cayese en la primera eliminatoria ante el Real Madrid, en esta ocasión fue mucho más doloroso para el conjunto insular, jugando en casa y con opciones de triunfo hasta el último minuto.

En uno de los duelos más equilibrados y competidos del torneo, el Joventut, liderado por la experiencia y el aplomo de Sergi Vidal (21 puntos, también de valoración, con cuatro triples de seis intentos), y con mayor potencial interior, demostró ser un equipo más sólido, pero debió sufrir para doblegar al conjunto local. El Gran Canaria, muy pobre en el tiro (el 46% de dos y el 24% de tres), se agarró, además de a la ilusión en un torneo en el que tenía puestas tantas esperanzas, a la producción de Kuric y al poder, sólo reboteador, de Tavares, y obligó al Joventut a un sobreesfuerzo defensivo para llevarse un triunfo muy trabajado y a Vidal a exhibirse.

Los gritos de ¡Sí se puede! retumbaron en el Gran Canaria Arena cuando tan intenso duelo, con más emoción que juego, se encaminaba hacia su resolución, pero para los amarillos de Aíto, atenazados por la presión y el marcaje de los rivales, no fue suficiente el corazón. El Joventut, en cambio, pese a estrellarse también desde el exterior (7 de 26 en triples), templó los nervios y supo jugar con cabeza y criterio el tramo final, cuando tocó decidir a los jugadores más determinantes, caso de Vidal, que fue quien en una atrevida y cómoda entrada a canasta destapó las lagunas defensivas de los locales y sentenció al luchador Gran Canaria.