El bloque que invade la calle Molinos a la altura del número 10 será demolido. Pepe Marín

Urbanismo de Granada

El derribo del bloque de la calle Molinos 10 del Realejo dejará las fachadas alineadas

Un litigio que ha durado más de dos décadas termina con la liberación de ese tramo de acera a cambio de levantar una altura más de pisos

Jueves, 16 de noviembre 2023, 00:08

El bar Molinos del desaparecido y querido Paco va a poder por fin 'respirar', al igual que la frutería Del Pino, el hotel más estrecho del mundo según el Libro Guinness de los Records o la panadería Conchi, la de las salaíllas. La noticia es ... que el bloque de la calle Molinos número 10, una especie de grano en la acera del eje principal del popular barrio del Realejo, tiene los días y las horas contadas y va a ser demolido.

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Hasta ahora, el edificio invadía prácticamente la totalidad de la acera de forma que estrangulaba el paso de los viandantes. Asimismo, afeaba la perspectiva de la calle Molinos al cercenarla por su invasión de la acera, además de dejar las fachadas desalineadas.

El edificio ya ha sido acordonado por una valla metálica, de forma que el paso por el lado de los pares de la calle Molinos ha quedado interrumpido. De igual forma, a principios de esta misma semana han empezado a levantarse los necesarios andamios para proceder a la demolición. La zona está debidamente acordonada y señalizada para evitar cualquier tipo de incidente.

Asimismo, el local que tenía en la planta baja ha dejado de prestar servicio. Se trataba de una parafarmacia que se inauguró hace tan solo ocho años, en octubre del año 2015.

Esta obra de demolición del edificio de la calle Molinos número 10 está convenientemente autorizada por la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada.

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De hecho, de uno de los balcones del primer piso cuelga el preceptivo rótulo informativo que anuncia que el expediente de esta obra es el 2305/2022.

Una historia de barrio

El bloque del número 10 es un viejo conocido de los vecinos del Realejo. Por ejemplo, Paco Cordones, de la cafetería del mismo nombre en la calle Molinos, frente por frente al bloque. «Hace como tres décadas el bajo era un almacén de papas», recuerda.

Luego una persona árabe abrió una librería, recuerda. «Esta persona se ocupaba de la persona mayor que vivía en el edificio y a cambio se quedaría en su momento con el bloque». Resulta, sigue esta historia de barrio, que esta persona mayor necesitó hacer unas reformas en el bloque, y se las encargó a un amigo de Guadix que se las hizo a cambio de quedarse con la vivienda cuando falleciera.

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Así las cosas, cuando el inquilino falleció llegó la disputa, que ya se ha resuelto tras un largo litigio de décadas y termina con la demolición final de este bloque de la calle Molinos número 10, que estará alineado a las fachadas y contará con un piso más.

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