

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Una trama de espionaje ha agitado los cimientos del PP hasta provocar la caída de su cúpula. El seguimiento a Tomás Díaz Ayuso, hermano de ... la presidenta de la comunidad de Madrid, alimentó el conflicto que acabará –si no hay más giros de guion– con la etapa de Pablo Casado al frente de los populares. Tras el escándalo político que les ha llevado a las portadas de los periódicos, los detectives rompen estereotipos: su profesión está estrictamente regulada, respetan los límites de la intimidad y, por supuesto, no se esconden tras gabardinas ni sombreros de ala ancha.
En Granada hay 32 despachos privados de investigación, según datos de la Asociación de Detectives de Andalucía. Es imposible especificar cuántos trabajadores se dedican a esta labor en la provincia. En España, el Ministerio de Interior registraba en 2020 un total de 4.391 detectives habilitados para ejercer la profesión; es decir, que cuentan con un título universitario de grado en el ámbito de la investigación privada o un curso reconocido por el Gobierno central que impartía, hasta hace alrededor de una década, la Universidad de Granada. Los hombres son mayoría:de los 666 despachos registrados a nivel nacional, solo una tercera parte están dirigidos por mujeres.
Su labor se empezó a regular en 1992 y la Ley de Seguridad Privada de 2014 estableció nuevas reglas. Quien accede a la profesión debe conocer la normativa rígida que regula su labor. Se exponen a sanciones de hasta 600.000 euros si traspasan ciertos límites: no deben interferir en conflictos políticos o laborales.
Precisamente los expedientes laborales son los que más trabajo dan a los detectives granadinos. Siguen la pista de infidelidades en pareja y atienden también, así lo reconocen las fuentes consultadas por IDEAL, algún caso de 'infidelidad política'. Pero sobre todo se dedican a investigar bajas fingidas, casos de absentismo, informes prelaborales, elaborar dossieres de competencia desleal, solvencia empresarial y, en fin, todo tipo de misiones relacionadas con sociedades privadas.
Seguir la pista a un detective afincado en Granada no es sencillo. Despachos de Madrid o Barcelona ofrecen sus servicios a toda España y se posicionan en las primeras posiciones de los buscadores. Una de estas web ofrece una tabla de precios por paquetes. Por ejemplo la misión de un detective con un coche como única herramienta tiene un precio de partida de 220 euros, por cuatro horas de trabajo. Si en el encargo participan dos investigadores con dos coches o una moto y una cámara oculta, el precio se dispara a los 400.
La primera oficina de detectives en Granada inscrita en los listados de Internet es Grupo 3. Se define, además, como la más antigua de la ciudad en servicio: lleva en el sector desde el año 2007. Hay un único investigador privado en plantilla, que recurre a colaboradores cuando es necesario. Son especialistas en asuntos laborales y mercantiles como los ya mencionados, pero la cartera de servicios que aparece en su web es amplísima y abarca desde pertenencias a sectas o fanatismos a informes prematrimoniales.
Al otro lado de la línea responde Luis Sánchez, que hace un llamamiento al respeto hacia la profesión. «Nosotros siempre nos basamos en que tenemos que ser garantes de lo que vemos. La tele hace mucho daño. La imagen del detective está equivocada. Nosotros hacemos una función social muy importante», opina.
Al seguir la pista de Grupo 3 en la web no es difícil dar con una noticia: la Junta de Andalucía requirió sus servicios. La plataforma de contratación de la Junta de Andalucía recoge la adjudicación a la empresa granadina de un contrato por 1.355 euros por «servicio investigación privada para seguimiento» en Andalucía Emprende. Aquella operación levantó críticas de los trabajadores, no hacia el gabinete de detectives, sino a la administración regional.
Otro de los despachos granadinos es Detec7. Al marcar el teléfono de la oficina, una locución enumera: «Pulse 1 para consultoría, 2 para ciberseguridad, 3 para detective». El segundo punto es cada vez más común, como explica el investigador Javier Cros, que responde al pulsar el 3 y, además de estar al frente de la empresa, es el presidente de la Asociación de Detectives de Andalucía. Cuenta que la profesión ha evolucionado de forma notable en los últimos años: «Los tiempos van cambiando. Llevamos la vida en un teléfono, estamos conectados a Internet y necesitamos protocolos de seguridad».
La mayoría de los trabajadores del sector en Granada son autónomos, relata Cros. Con respecto al perfil habitual de los detectives, explica que muchos de los profesionales proceden de cuerpos de seguridad, pero la mayoría «son vocacionales», quizá salidos de las aulas de Criminología. Él se gana la vida en esto por una «casualidad de la vida»:conoció a un investigador privado y le ofreció trabajo.
Él coincide en el llamamiento a acabar con los estereotipos, y reconoce que sí han recibido encargos de políticos: «Son entidades que, como cualquier otra, pueden utilizar los servicios de un detective privado». «Todo el mundo piensa que los detectives privados nos dedicamos a infidelidades. Pero hoy en día ya no somos tan necesarios en procesos de separación. No es fácil pillar una infidelidad». En esto coinciden varias fuentes: hay quien acude a un detective para corroborar unos 'cuernos' y da marcha atrás al encontrarse con el presupuesto… E incluso poco antes de enfrentarse al trance de poner cara al amante. Hay que tener en cuenta, en todo caso, que están sujetos a la ley y solo pueden investigar ciertos asuntos que afecten de forma directa al cliente.
Un trabajo muy distinto al que esperaba Joaquín González. Es el nombre ficticio de un detective que sigue figurando en los directorios granadinos, pese a que se retiró decepcionado por la profesión que le apasionó… Hasta que empezó a ejercerla: «Lo dejé porque es insostenible, es una profesión de riesgo, no es sencilla. El glamour que nos dan no existe». Las investigaciones, en especial en sus primeros compases, no entienden de horas ni ubicaciones. «Nosotros nos levantamos con la persona investigada y nos acostamos con la persona investigada, sobre todo los primeros días», explica Javier Cros.
Joaquín González estaba dedicado al campo familiar, asuntos particulares. «Me llamaban muchos clientes por infidelidades, pero luego se echaban atrás por el precio. Hacía muchos casos relacionados con herencias, custodias de menores o despidos improcedentes. Cooperaba con despachos de abogados que nos llamaban para verificar: el informe de un detective se consideraba tan veraz como el de un testigo privilegiado».
Desecha la imagen del detective escondido tras la portada de un periódico en el asiento del conductor. «Sí utilizamos mucho el coche, pero lo hacemos con naturalidad», explica por teléfono. Al principio, los detectives hacen un esfuerzo mayor por ocultarse, lo que en muchas ocasiones se traduce en situaciones poco naturales que incluso dificultan el trabajo. Cuando toman confianza, la naturalidad es precisamente la mejor forma de esconderse: «Yo he llegado a estar a medio metro del investigado». Una cercanía que, en ocasiones, acaba en 'pillada'. «Sí, a mí me 'quemaron' una vez», explica el detective retirado, hablando en argot.
Alguna infidelidad, asuntos laborales y encargos políticos –e incluso de las administraciones– puntuales se esconden en los archivos de los granadinos que están tras la lupa. Es una forma de hablar: la lupa, el sombrero y la gabardina, mitificadas por las películas, son al detective lo que el fonendo y la bata al médico. Pero hoy los investigadores tienen mucho más a mano el micrófono, la cámara de vídeo y, sobre todo, un smartphone repleto de redes sociales.
La Asociación Profesional de Detectives Privados de España (Apdpe) es la mayoritaria del sector a nivel nacional. Su vicepresidente, Antonio Labrador, hace un repaso de la evolución del sector a lo largo de las últimas décadas. El perfil del detective y del investigado ha cambiado de forma radical, por las costumbres sociales, la metodología de trabajo y por las leyes que han afectado a procesos como el divorcio.
«La actividad como detectives privados se ha profesionalizado de una forma brutal. Los que llevamos ya muchos años, más de 30, como es mi caso, y empezamos a los 80, empezamos en un trabajo que no tiene nada que ver con el de hoy», explica. En las décadas de los 80 y 90, el cliente tipo acudía a los despachos de detectives para resolver asuntos familiares. Sobre todo, por conflictos matrimoniales.
El 7 de julio de 1981, el Rey sancionó la 'sanfermina', la ley que recuperaba el divorcio 50 años después. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la cifra de divorcios anuales osciló entre los 22.578 registrados en el 82 y los 38.973 en el primer año del nuevo siglo. En 2006, un año después de la aprobación del 'divorcio exprés', se alcanzó el pico de divorcios, con 141.317 disoluciones del matrimonio. Esa ley, precisamente, acabó con la obligación de explicar ante un juez cuáles son las causas de la separación. Esto quitó trabajo a los detectives.
«El detective evolucionó de una forma que, hoy en día, es casi inexistente el caso de que el detective actúe en el ámbito matrimonial. Ya no se hacen seguimientos a mujeres o maridos infieles. Ya estamos más profesionalizados, con mas experiencia en fraude, relaciones comerciales y empresariales, ámbitos laborales, absentismo, localización de personas desaparecidas... El ámbito de la investigación se ha vuelto más técnico, es otro tipo de cliente», relata Antonio Labrador.
Han cambiado los investigados y hay nuevas tecnologías, lo que les ha llevado a utilizar nuevas herramientas de trabajo.«Es todo sencillo, normal, y transparente», cuenta. En el 'kit de detective' no hay accesorios extravagantes:suelen moverse en coches «muy normales», tienen ordenadores potentes, equipos fotográficos y de vídeo, y cámaras ocultas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El origen de la expresión 'joder la marrana' y su conexión con el vino
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.