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Los atascos en los accesos a la ciudad, el caos por la falta de información en Puerta Real o los largos ratos de espera en las paradas de autobús y de taxi del Centro fueron la nota dominante del sábado pasado, según señalan los comerciantes, ... que aseguran que sus tiendas estaban vacísa. Era el primer sábado en el que se cortaba al tráfico parte de Gran Vía y Reyes Católicos, una de las medidas estrella del equipo de gobierno de Marifrán Carazo para el arranque del curso. Se ponía a prueba la peatonalización. El cóctel fue tan terrible para los comerciantes que se decidieron a actuar con urgencia para tratar de revertir la medida. El jueves se reunieron con la alcaldesa, que aceptó reabrir al tráfico las dos arterias los sábados y mantener únicamente los cortes los domingos.
La decisión, anunciada el viernes tras la junta de gobierno local, puso el foco sobre lo que ocurriera ayer. La esperanza de los comerciantes estaba depositada en que la suspensión de la peatonalización devolviera a los clientes a las calles del Centro, algo que finalmente sucedió. Desde primera hora de la mañana, con una meteorología favorable, eran muchas las familias que aprovechaban para pasear por las principales vías comerciales. Puntos como Recogidas, Puentezuelas, Mesones o la propia Reyes Católicos eran lugar de paso de numerosas personas que realizaban sus compras en las tiendas de la zona, un volumen que fue a más a lo largo de la jornada y que tuvo su pico al mediodía.
Ya en ese momento, la satisfacción entre los comerciantes del Centro era evidente. «El sábado pasado había mucha menos gente y hoy se ve bastante más. A nosotras nos da igual porque vamos a cerrar pronto, pero es cierto que se ve a más personas que pasean, miran los escaparates y entran», aseguraba Conchita, trabajadora de la boutique Alexandre de Puentezuelas. En el mismo sentido se manifestaba Nuria, que atendía en el local de Tenth en Recogidas. «Se nota que hay más animación en la calle y a nosotros nos ha ido mucho mejor que el sábado, tengo que reconocerlo», decía.
En Mesones, Carmen, de Claires, aseguraba que el público era más numeroso, aunque las ventas no habían variado mucho. «Si de 100 que entran compran 20... Pero sí, hay más gente y eso es bueno para nosotros», señalaba. Cerca, Teo, de la zapatería Sparta, era aún más contundente. «El finde pasado fue un desastre y este está mucho mejor. Estoy a favor de que se haya suspendido la peatonalización los sábados», decía en un momento de descanso.
Al otro lado de Reyes Católicos, en la tienda de moda Cotté Cotté, Elena opinaba de manera similar. «Lo hablaba antes con mi vecina de tienda, que este sábado está mucho mejor. El finde pasado fue caótico. En la curva que hace Puerta Real hacia Recogidas hubo mucho lío y ahora ha vuelto a la normalidad. La gente pasea como siempre y entra a comprar», contaba recordando uno de los problemas detectados por los comerciantes el sábado pasado, el caos en la movilidad que hizo que los clientes no pudieran llegar a las tiendas.
Solo uno de los comerciantes consultados, Luis Novo, de Puentezuelas, rechazaba la reversión de la medida. «Nosotros no hemos notado el cambio. Estamos igual que el sábado pasado. Creo que la peatonalización debería haberse hecho mejor, de forma organizada, porque cuando no hay coches la gente pasea y puede pararse a mirar las tiendas y comprar», apuntaba.
Las bendiciones de los comerciantes a la rectificación no eran contestadas por la clientela, que se mostraban indiferentes por la decisión. «A nosotros no nos afecta. Vivimos en San Antón y vamos andando a comprar. Quizá para el medio ambiente sea mejor que no pasen los coches, pero si a los comerciantes les va peor como dicen, tiene sentido que se suspenda», aseguraban Alejandro y Celia mientras paseaban por Puentezuelas. Ana, que llevaba varias bolsas de negocios de Mesones, no opinaba muy distinto. «Es verdad que es más cómodo caminar sin coches, pero tampoco se puede dar la espalda a los comerciantes. Quizá si se hubiera hecho mejor, si el Ayuntamiento hubiese informado con tiempo y hubieran hecho una campaña en los aparcamientos no habría salido tan mal. No lo sé, la verdad», manifestaba.
Josefa, en Puerta Real, apuntalaba la misma idea. «En realidad, no tengo opinión. Me da igual si se corta o no Reyes Católicos porque no vengo en autobús. He venido como siempre, en metro. Compraría con coches o sin coches. Si los comerciantes dicen que les va mejor así, pues ya está», defendía.
Con la llegada de la hora del almuerzo, el foco pasó a los bares. Allí, el ambiente también era favorable al final de la medida. En el Sancho de Mesones admitían tener más gente que el sábado pasado. «Se nos ha llenado la terraza antes, pero tampoco es tan relevante porque realmente los fines de semana son nuestro fuerte y siempre vamos bien», decía uno de los responsables. En el Frankfurt's de la calle Salamanca también se notaba la diferencia. «Sí hay más gente que el sábado pasado, la verdad», decía uno de los camareros. En el Provincias de Bib Rambla la cola llegaba casi hasta la esquina de la plaza. La terraza de Perromedio, en la esquina de la plaza del Carmen, estaba llena hasta la bandera. «Es un no parar, aunque creo que la decisión no se ha adoptado por el comercio sino por el tráfico, que fue un caos. En cualquier caso, se ve más gente. Es bueno», afirmaba Jaime en la puerta del negocio.
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