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La pasión por hacer del mundo un lugar mejor mueve cada uno de los impulsos y actos desinteresados que realiza la nueva directora de Cáritas Diocesana de Granada. Para Luisa María Maeso Torres no hay nada como ayudar a las personas que más lo necesitan ... y, por eso, desde el año 2010 se dedica a tiempo completo a dar lo mejor de sí misma como voluntaria en Cáritas Parroquial de Cúllar Vega. Tras años de entrega y compromiso, Luisa asume este mes de septiembre la dirección de la Diocesana, un cargo sin retribución económica que desempeña de forma totalmente altruista y que ocupa todo su tiempo.
La vida de Luisa es de película. Aunque siempre tuvo el gusanillo de querer ayudar a los demás, no fue hasta hace ocho años cuando se metió de lleno en ello. Antes, su día a día era totalmente distinto. Pasó 12 años en el extranjero, dedicándose profesionalmente a puestos que poco tienen que ver con su actual labor.
Conocida con el apodo de 'Chuku', un sobrenombre que le puso su padre nada más nacer hace ya 58 primaveras, pasó seis años como directiva de la Federación Nacional de Atletismo de Andorra. Su vinculación con el deporte era plena y ocupó varios cargos como el de directora de proyecto de captación de talentos y manager de proyectos deportivos hasta que en el 2006 dio su primer giro de guión a su trayectoria tanto laboral como vital.
Pasó del frío de los pirineos andorranos al calor norteafricano marroquí. El clima no supuso ningún problema para desempeñar en Casablanca su labor como directora de la Sociedad de Beneficencia Española, una organización dedicada a la ayuda de los emigrantes españoles de la tercera edad que residen en Marruecos. Este cambio fue el inicio de sus peripecias para ayudar a cuantos más, mejor; algo que no podría haber hecho sin el apoyo incondicional de su marido, que la respaldó en todo momento en sus decisiones e inquietudes personales.
Su experiencia en Marruecos le hizo ver con más claridad que lo suyo era dedicarse a ayudar a quienes más los necesitan y en 2010 dejó su carrera profesional para colaborar como voluntaria en cuerpo y alma en la Cáritas Parroquial de Cúllar Vega, donde desempeñó toda clase de labores de acogida y atención primaria, hasta que tres años más tarde asumió la dirección de la Parroquial, lo que le ha servido para ocupar ahora la dirección de Cáritas Diocesana de Granada.
Pero entre ambas direcciones existe un paréntesis con un trasfondo aventurero y humanitario de primer orden. Luisa cogió la mochila, puso rumbo al sudeste asiático y se plantó en Tailandia en el marco del primer programa de voluntariado internacional promovido por Cáritas Española en este país. Durante más de un año, 'Chuku' acompañó y contribuyó al desarrollo del primer plan estratégico en la Diócesis de Suratthani, en el que participó en la reorganización de las estructuras eclesiales y en la implantación del trabajo en la red, así como en el impulso de Cáritas Parroquiales en el terreno. Y no le faltó valor al vivir en primera persona el golpe de Estado que sumergió a la región en un periodo de inestabilidad política. No obstante, resguardada por la selva, se implicó de lleno en la promoción del Programa en Defensa de los Derechos Humanos de Migrantes Birmanos en las zonas de Ranong, Phang-Nga y Phuket, donde atendió a innumerables refugiados rohinya que huían de la persecución por motivos étnicos en Myanmar, antigua Birmania.
Luisa pasó un año muy movido recorriéndose de norte a sur los mil kilómetros que ocupa la diócesis y en los que conoció de primera mano a víctimas del tráfico de personas y muchas otras que buscaban refugio para escapar de persecuciones que pretendían desencadenar en una limpieza étnica y religiosa. Entre los retos a los que se enfrentó 'Chuku', destaca la obtención del reconocimiento por parte de la justicia tailandesa del estatus de víctima a quienes sufrieron el tráfico de personas.
Luisa no tuvo tiempo de aburrirse durante su estancia en Tailandia. Estableció tan buena relación con los demás voluntarios y con las personas a las que atendía que acabó aprendiendo tailandés. Hoy en día todavía lo practica, ya que sigue en contacto con sus colegas en Tailandia y siempre que puede se escapa por lo menos un mes al año para visitarlos y ayudar en todo lo que pueda.
Sus compañeros en Cáritas Diocesana de Granada la definen como una persona entregada, dedicada y generosa, que combina tanto la buena voluntad como la pericia, cualidades que la hacen más que apta para estar al frente de la organización, pero sobre todo, para estar al lado de quienes lo están pasando peor. Al menos así lo considera el delegado episcopal de Granada, Alfonso Marín, quien recuerda que la acompañó a Madrid para coger el vuelo con destino Tailandia. No sólo los fuertes principios de Chuku llamaron la atención del delegado, sino también la convicción con la que viajó hasta el sudeste asiático y con la que rompió con todos los prejuicios que pudieran existir alrededor de la figura de una mujer adulta y casada que decidió viajar sola para llevar a cabo un proyecto de esta índole. De aquel viaje ambos conservan una cruz de madera idéntica.
Su compañera y actual secretaria general, María Rosario Molina Romera, conocida como Charo, asegura que el motivo por el que aceptó su actual cargo fue saber que Luisa estaría al frente de la dirección. Esto le aportaba seguridad para desempeñar su labor con la certeza de que nada puede ir mal. Enérgica, comprometida, alegre y responsable, con algunos de los adjetivos que utiliza Charo para referirse a 'Chuku', su compañera de base y de algún que otro curso de Cáritas. La secretaria general de la diócesis granadina no duda ni un segundo cuando afirma que Luisa es la persona idónea para ocupar la dirección y sacar adelante no sólo los proyectos, sino lo más importante, las personas que acuden en busca de ayuda y apoyo.
Ahora, con el inicio del nuevo curso, Luisa se pone las pilas para hacer frente a todo lo que se le viene encima sin renunciar a su sonrisa y al optimismo que la caracteriza. Sus prioridades son no dejar de lado a quien pueda necesitarla y aportarle algo de calidez. Lejos de asustarse por los retos que tiene por delante, se muestra muy positiva porque sabe que cuenta con un equipo de voluntarios totalmente entregados a la causa y con los que comparte la pasión por lo que hace.
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