Los miembros del Sereim de Granada transportan a una persona herida. SEREIM

«Un discapacitado está atrapado en la Alpujarra con su silla y no le funciona el respirador»

Los agentes de la Guardia Civil de Montaña rescataron a un noruego con el mismo grado de parálisis que Stephen Hawking que se adentró en un camino de cabras junto a su familia

Carlos Morán

Granada

Domingo, 18 de octubre 2020, 01:18

Stephen Hawking, que falleció en 2018 a consecuencia de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que lo mantuvo confinado durante prácticamente toda su vida en una silla de ruedas, estuvo en 2001 en Granada. Uno de sus hijos, Timothy, estudiaba Filología Hispánica en la Facultad ... de Letras del Campus de Cartuja, aseguró con buen humor británico que el viaje de su padre se debía a que no se fiaba de él. «Ha venido a ver si hago los deberes», confesó el joven sin poder reprimir una tímida carcajada.

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Además de vigilar al bueno de Timothy, el autor de 'Breve historia del tiempo' ofreció una conferencia con su voz robótica que dejó pasmados a los asistentes y durante la cual pronosticó que el Granada iba a ganar la Liga, algo que parece estar más cerca que nunca.

También quedó constancia de su visita a la Alhambra –ahí fue él quien se quedó pasmado– y de que estuvo en la recóndita y escarpada comarca de la Alpujarra junto a sus allegados. Durante esa excursión no ocurrió nada llamativo. Es decir, que los expedicionarios, teniendo en cuenta la dificultad que entraña caminar por un lugar de pendientes muy pronunciadas con alguien que necesita una máquina para respirar y va en una silla de ruedas , fueron prudentes y no se impusieron retos demasiado exigentes. Pero no siempre ocurre así. Algún tiempo después, un turista noruego con el mismo grado de parálisis que Stephen Hawking se adentró junto a su familia por un camino de cabras de la Alpujarra y la cosa a punto estuvo de acabar mal.

Pronto se desorientaron y las barreras que presentaba el terreno eran cada vez más insalvables. Hasta que llegó el atasco. Tenían un problema: no sabían muy bien dónde estaban y no podían avanzar ni retroceder. Si no encontraban una solución de inmediato, la integridad física del discapacitado  podía verse comprometida.

La obligada petición de auxilio llegaba poco después hasta el cuartel general de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil de Granada (Sereim), un equipo de élite especializado en sacar a las personas de los apuros más complicados y extraños. Yaquel lo era. La situación de la familia nórdica había ido empeorado. El montañero de la silla de ruedas se estaba ahogando a más de dos mil metros de altitud. La batería del aparato que le proporcionaba oxígeno se había agotado.

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«Un discapacitado está atrapado en la Alpujarra con su silla de ruedas y no le funciona el respirador». Este fue el mensaje que recibió el Sereim y, con toda urgencia, se pusieron manos a la obra, según recuerda Antonio Casado, un veterano guardia civil con muchas vidas salvadas a sus espaldas.

No fue fácil sacar del atolladero al hombre en cuestión. «En las condiciones que iban, se habían expuesto más de la cuenta. Estaban perdidos y la silla ya no funcionaba. Era una zona poco accesible y se habían perdido. Ylo peor, el respirador tampoco funcionaba. Para colmo, tuvimos que apartar un tractor que se había averiado en el camino. Estuvieron también los bomberos de Cádiar. Luego cogimos a esta persona y cargamos con ella hasta llevarla a un lugar seguro», rememora el agente de la Benmérita.

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La silla de ruedas se quedó en la montaña. «Pesaba demasiado, unos 200 kilos», indica Casado. No era tan sofisticada como la de Stephen Hawking (la del científico incluía un ordenador que le permitía hablar a pesar de que no podía mover n un dedo), pero no por ello dejaba de ser valiosa. «Contrataron un tractor para recuperarla», concluye Casado.

Moraleja: hay aventuras que no merece la pena correr.

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