![«El dolor parece que es ajeno a nosotros; cuando vienes aquí te das cuenta y aprendes»](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2024/07/22/voluntarios-cancer-kdqE-U220779114719cAE-1200x840@Ideal.jpg)
![«El dolor parece que es ajeno a nosotros; cuando vienes aquí te das cuenta y aprendes»](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2024/07/22/voluntarios-cancer-kdqE-U220779114719cAE-1200x840@Ideal.jpg)
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Gemma tiene cáncer y está sola en la vida. «La vida te da muchas sorpresas, pero hay que coger al toro por los cuernos», comenta en uno de los pasillos del Hospital Clínico Universitario San Cecilio en el PTS. Mientras se explica, se apoya con ... fuerza en su carrito con ruedas, que ha tuneado personalmente con adhesivos de colores chillones. «Son especiales para pósters. No s despegan. Así doy sensación de alegría. En esta vida hay que luchar».
Mientras habla, todo el equipo asiente con la cabeza. Está compuesto por Eva Pérez, jefa de Hematología; José Miguel Sánchez, supervisor de Enfermería; la doctora que atiende a Gemma, la hematóloga Isabel García Cabrera;y tres personas de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer), se trata de Mari Carmen Sierra, coordinadora de voluntariado de AECC, y los voluntarios que atienden a Gemma que se llaman María José y José Hitos Arquelladas. «Son mis ángeles de la guarda», les dice con infinito cariño Gemma. El trabajo sanitario es así reconocido. El trabajo de los voluntarios de la AECC también tiene su premio.
Mari Carmen
Coordinadora
Mari Carmen, la coordinadora, comenta que el voluntariado es vocacional. «Ofertamos actividades en diferentes plataformas y en webs. Se les hace una entrevista para adecuar el perfil y cuando se considera que tiene las cualidades se le hace una formación específica». Entonces, «se incorpora gradualmente en compañía de un voluntario veterano».
Asegura que están muy pendientes. La razón es obvia. «Es un voluntariado muy especial, están en contacto con personas que están en medio de un proceso y todo tiene un gran impacto en el paciente». Por ello, explica Mari Carmen, un voluntario tiene que tener «ilusión, compromiso y ganas. Ser empático, saber escucha, una buena gestión emocional y la capacidad de colaborar en equipo».
María José es un ángel de la guarda de Gemma. Voluntaria en la AECC desde hace 21 años, ya de pequeña ayudaba en el hospital de San Juan de Dios. Mientras estaba ya en la AECC su propia madre enfermó de cáncer y se quedó a ayudarla. cuando falleció, permaneció en la asociación. Destaca de su aprendizaje como voluntaria la capacidad que ha desarrollado para escuchar. «Así entiendes las necesidades de cada paciente, que cada uno es un mundo. Aprendes que la vida no es solo trabajo. Hay muchas otras cosas. Aprendes la amistad, el vernos y el hablar». Ysu aportación es sencilla, pero imprescindible. «Creo que conseguimos que la gente venga un poquito más tranquila», que en este proceso no es poco. José, otro ángel de la guarda, entró en la AECC para servir. «Aquí encontré el contacto humano que me faltaba tras jubilarme. Tras deja el trabajo tenía cierta ansiedad, y con el voluntariado desapareció». Recomienda ser voluntario. «El dolor parece que es ajeno a nosotros, pero está ahí. Cuando vienes aquí te das cuenta y aprendes».
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