![La domadora de miedos de la ONCE de Granada](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/02/24/ONCE%20Carmen%20Aguilera-kK9H-U190721859543L3C-1200x840@Ideal.jpg)
Carmen Aguilera
La domadora de miedos de la ONCE de GranadaVocación de servicio ·
La nueva directora de la entidad accede al cargo con el objetivo de servir y ayudar a los demás desde la experiencia de superación de su cegueraSecciones
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Carmen Aguilera
La domadora de miedos de la ONCE de GranadaVocación de servicio ·
La nueva directora de la entidad accede al cargo con el objetivo de servir y ayudar a los demás desde la experiencia de superación de su cegueraCarmen Aguilera sabe lo que es el miedo. Pero lo más importante es que sabe domarlo, dominarlo, superarlo. Incluso, más importante todavía, sabe cómo enseñar ... a quien lo necesita a dominar y superar su miedo. Es lo que tiene perder la visión a los 24 años y decidir seguir adelante para vivir la vida al máximo, sin cortapisas, con esperanza y decisión.
Esta entereza formal, reconocida por todos los suyos, de la familia, amistades y compañeros de trabajo, es la que ha llevado a Carmen Aguilera a ser la nueva directora de la ONCE en Granada. Un cargo desde donde todo el mundo espera que brille a la altura exacta de las expectativas que genera entre el colectivo de invidentes.
La oscuridad la envolvió de repente. Cursaba Trabajo Social en la Universidad de Comillas cuando perdió la visión. Contaba 24 años y tenía toda la vida por delante. Carmen Aguilera lo tuvo claro, afrontó su miedo. Permitió que pasara sobre ella y a través de ella. Allá donde hubiera pasado el miedo ya no hubo nada.
Lo consiguió poco a poco y, para empezar, gracias sus compañeros de clase, que le grabaron todos los temas del curso en cintas de casete para que pudiera estudiar y aprobar. Pasó todo el verano pegada a un radiocasete, pero en septiembre aprobó las asignaturas. El miedo también empezaba a desaparecer.
Se dice pronto, pero fue un proceso completo de transformación. Carmen Aguilera cambió su forma de organizar la rutina. También siguió recibiendo ayuda. Después de sus compañeros de clase y las radiocasetes, fue su primer técnico de rehabilitación quien le ayudó a superar las barreras mentales que se levantan por ese miedo que surge al tener que enfrentarse sin el sentido de la vista a la calle, a todas las situaciones que antes de la ceguera no requerían la menor atención.
Vencer este miedo, dominarlo, le ayudó a enfrentarse a su nueva situación. Entró en la ONCE y aprendió de todos los ejemplos de vida de personas que han logrado superarse pese a ser invidentes. Fue en la ONCE donde en un tercer paso aprendió que el miedo es tan grande como se quiera hacer, pero que también hay que luchar contra él y reducirlo.
Desde esta perspectiva, Carmen Aguilera también luchó contra la sobreprotección familiar y decidió tener una vida lo más autónoma posible. Por esta razón, Carmen Aguilera, nueva directora de la ONCE y domadora de miedos, enseña con su ejemplo a las familias de los jóvenes invidentes. Entiende así que la ONCE debe servir para que se apoyen en la entidad para que sean autónomos, dueños de sus vidas.
La clave de su magisterio es que hay que dejar a los invidentes que tomen decisiones libres. El objetivo es que sean realmente unos adultos seguros y evitar que los miedos se vayan reproduciendo. Su máxima es que la sobreprotección no conlleva más que miedo y al final anula a la persona. Con este manual de superación y de combate cara a cara contra la oscuridad del miedo, Carmen Aguilera ha tomado posesión del cargo de directora de la ONCE en Granada.
El manual de superación de Carmen Aguilera tiene también lecciones de la Universidad y de su experiencia como vendedora de la ONCE. De Trabajo Social le nació la vocación de servicio a los demás. En efecto, la ceguera le permitió tener un prisma más amplio de los problemas de la gente. La pérdida de la visión le hizo aprender a utilizar la ceguera para ser útil a los que padecen el mismo problema.
De su experiencia como vendedora de la ONCE aprende otra clase maestra. Entiende así que el trabajo dignifica, es lo que directamente permite a los miembros de la ONCE ser autónomos. Por esta última razón llega a la dirección de la ONCE en Granada con un perfil de persona exigente, perfeccionista y paciente, como la describen en la Organización Nacional de Ciegos de España. Añaden que su estilo de dirección, como ya se vio en su anterior destino en la vecina provincia de Córdoba, es el de trabajar en equipo, la comunicación, consensuar, dialogar, remangarse y trabajar mucho y fuerte. En Córdoba ya lo saben, ahora en Granada conocerán que Carmen Aguilera es muy perfeccionista y superdisciplinada con el orden.
Carmen Aguilera es feminista pero sin extremos, siente pasión por su trabajo y también por las pequeñas cosas bonitas de la vida. Por ejemplo, el chocolate, una pasión que refrena con mucho sacrificio, porque ese dulzor tan adictivo le sirve para calmar las situaciones más tensas. También cree en la imagen, en la buena imagen, dicen por eso quienes bien le conocen que le encanta la moda. Más prosaico pero descriptivo es que se declara fan de Manolo García, de 'El Último de la Fila', y baila sus canciones y escucha sus letras, que le trasmiten buenas vibraciones. Ya más centrada en Granada, sus nuevos compañeros en la ONCE le han hablado de la mala follá granaína, pero Carmen Aguilera espera que sea una leyenda.
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