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Viernes, 15 de noviembre 2024, 00:38
Granada se pone en pie para sacudir el barro en 66 municipios afectados por dos tormentas en menos de un mes. La primera DANA ocasionó daños que ascienden a más de 26 millones de euros. Sin embargo, el segundo aguacero del otoño, con menos afección, ... ha batido récords en precipitaciones.
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Los mayores de La Rábita todavía se esconden hasta que el cielo se abre. Hace medio siglo una lluvia inmisericorde segó la vida de más de 40 personas y causó la desaparición de otras decenas, aún indeterminadas. Aquella madrugada del 19 de octubre de 1973 la 'nube' se llevó al menos a 80 vecinos y muchos de sus cuerpos no se encontraron. Los supervivientes tienen aquella gota fría clavada en la retina. El resto del litoral, acostumbrado a los episodios torrenciales, guardan en la memoria colectiva ese relato de la tragedia para que sirva de experiencia.
Esos recuerdos compartidos se unirán a los que dejará esta última DANA, que afortunadamente no ha provocado graves daños. La tormenta que ha azotado a Granada esta semana es memorable por dos cosas: el temor que infundió a los ciudadanos la catástrofe valenciana y el gran despliegue en seguridad que ha evitado males mayores en la provincia. El segundo aguacero de este otoño hará historia y no es para menos. Las precipitaciones son las mayores que se han registrado en 50 años, superan incluso a las acumuladas el día de la riada de La Rábita.
La jornada del 13 de noviembre cerró en Granada con cifras históricas de lluvia acumulada en 24 horas, según se desprende de los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La estación del aeropuerto indica que a lo largo de esas 24 horas se registraron hasta 78,2 litros por metro cuadrado. Nunca desde que hay registros se había dado una cifra semejante.
En la gota fría de octubre de 1973 el centro meteorológico midió 48,3 litros. Hay que retrotraerse al 6 de junio de 1986, cuando la cota se quedó en 68,2 litros, justamente diez menos que en la jornada de este noviembre, para encontrar cifras parecidas a las actuales.
El Área Metropolitana, y en especial el municipio de Chauchina, donde se encuentra el aeropuerto, alcanzaron los niveles más altos de precipitaciones durante el día. En más de medio siglo de mediciones no se habían visto unos datos como los constatados el miércoles. El tramo horario más complicado en este punto ocurrió entre las dos y las tres de la tarde, cuando cayeron 18,5 milímetros de agua en solo dos horas, aunque la situación terminaría por complicarse después, ya durante la tarde. El entorno de la capital también vivió un día pasado por agua, así como la comarca de Loja y, ya entrada la noche, en la Costa Tropical jarreó con ganas.
Estos datos se traducen en barro, agua, lágrimas y también mucho alivio. El 112 recibió cerca de 140 incidencias en la provincia. En la mayoría de los municipios, el asfalto, incapaz de asumir tanta agua, encauzó calle abajo las lluvias y formó auténticos ríos. Las alcantarillas, ahogadas, escupían lo que les sobraba; los vecinos tuvieron que empujar coches en Motril; rescates in extremis con tractores en caminos agrarios; 'obras' en mitad de la noche para evitar desbordamientos en torrenteras y mucho sueño, la noche en vela, en Chauchina, Valderrubio, Santa Fe y la Costa Tropical. Hasta que no amainó bien entrada la madrugada las calles no recuperaron cierta normalidad. Sin embargo, sin tiempo para lamentos, en la jornada de ayer los municipios se quitaban de encima el barro.
En Chauchina, Protección Civil tuvo que rescatar en la noche del miércoles a diez personas de los sótanos de sus viviendas. Hubo incluso un rescate en tractor. Como con el equipo del municipio no era suficiente para responder a las incidencias, los efectivos de Armilla e Íllora echaron una mano. Los chauchineros no habían visto tanta agua en al menos treinta años, pero a las 7.00 horas pudieron respirar. El presidente de la Diputación, Francisco Rodríguez, visitó el municipio para valorar los daños y agradecer la colaboración de la ciudadanía y ayuntamientos, vital para prevenir riesgos. El organismo ha asegurado que destinará recursos para que los pueblos afectados vuelvan a la normalidad.
En Valderrubio se repetía la misma triste estampa que deja el desastre. Afortunadamente, en momentos así se ve también cómo son las personas y el alcalde dio la talla. El coraje pudo más que el miedo y el regidor, acompañado de sus técnicos, improvisó un dique en el barranco Hondo, un cauce que tantas penas ha visto llorar a los vecinos. Llevan tres inundaciones en diez meses.
A la altura de Santa Fe, la A-92 quedó incomunicada, pero la incidencia quedó resuelta en la mañana de ayer. La anegación de la carretera provocó durante horas nueve kilómetros de corte. La incidencia más destacada que se produjo fue el rescate de dos ciudadanos alemanes que quedaron atrapados al intentar evitar el atasco. La ruta alternativa les salió cara y la Policía Local tuvo que rescatarlos por la ventanilla del vehículo con claros signos de hipotermia.
En la Costa Tropical, el alcalde de Almuñécar-La Herradura salió de casa a las seis de la madrugada. El Ayuntamiento temió por la situación de sus ramblas, barrancos y ríos, pero los cauces respondieron y aunque algunas calles se anegaron no hay graves daños que lamentar. El parking junto al paseo marítimo se anegó de agua por la noche, mientras que Velilla-Taramay se quedó sin luz. Policía Local tuvo que abrir las arquetas de las calles anegadas manualmente y ayudar a los conductores a retener o mover vehículos.
La alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, ha convocado una nueva reunión urgente de la junta de seguridad a las 9.00 horas. En algunos comercios entró agua y los motrileños tuvieron que empujar coches en calles que eran ríos. El responsable de Seguridad Ciudadana, José Peña, ha señalado que los Bomberos atendieron más de 40 incidencias y ayudaron a ocho ciudadanos que presentaron daños en sus casas. En la misma línea, la actuación de la Policía Local también superó el medio centenar.
Actualmente, la DANA deja todavía afectada una vía, que permanece cortada, la GR-4104, entre El Bejarín y Benalúa, aunque en este caso se trata de un solo kilómetro, entre el 15 y el 16. Esta última vía se quedó impracticable por las inundaciones provocadas por la primera gota fría del otoño, que provocó el derrumbe del puente. Los daños ascienden a más de 26 millones.
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