Un grupo de flamencos levanta el vuelo en las salinas de Cerrillos. J. E. Gómez

Dunas y flamencos entre Alborán y 'Mar de Plástico'

Rincones al descubierto ·

Punta Entinas-Sabinar. Un viaje a un universo imposible, a parajes donde sistemas de arenas móviles y corrales esconden lagunas y antiguos saladares protegidos, que forman un extraordinario oasis en la línea litoral entre las lujosas urbanizaciones de El Ejido y Roquetas de Mar

JUAN ENRIQUE GÓMEZ y mERCHE S. CALLE

Lunes, 13 de julio 2020, 00:37

El bronco graznido de los flamencos rosados se extiende a través de la fina lámina de agua que cubre las salinas. Compite con los agudos chillidos de cigüeñuelas y pagazas que, en actitud amenazadora, vuelan sobre nuestras cabezas para evitar que nos acerquemos a sus ... nidos ocupados por recientes puestas y polluelos. La vida late un verano más en la Reserva y Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar, una extensión de dunas, espacios lagunares y playas, que recorren el litoral entre los centros turísticos de Almerimar, en el Ejido, y las urbanizaciones más modernas de Roquetas de Mar.

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No es posible pensar que entre la impresionante masa de invernaderos que rodean la totalidad de los pueblos que se sitúan entre la capital de Almería y la frontera con Granada, pueda existir un verdadero oasis natural, casi inalterado, donde se suceden sistemas de dunas que recuerdan los corrales y espacios arenosos de Doñana, donde las filtraciones de agua marina y la cuenca endorreica de El Ejido generan enormes lagunas rodeadas de carrizales y que se extienden hasta donde le permite el 'mar de plástico', paralizado en su avance gracias a la declaración de esta zona como espacio protegido.

Pasear por los senderos que desde Roquetas se adentran en las salinas, o por los caminos que desde El Ejido siguen las ondulaciones de las arenas, compactadas por vegetación exclusiva de los ecosistemas dunares, es viajar a los orígenes de la evolución del mar de Alborán, conocer como las corrientes marinas aportaron ingentes cantidades de materiales hasta formar la gran plataforma sobre la que hoy se sustenta la despensa agrícola de Europa y una de las zonas turísticas más cotizadas del sureste ibérico, donde sus promotores ofertan la cercanía de unos parajes naturales de alto interés para los amantes del ecoturismo.

En el extremo oriental de Almerimar, unas puertas siempre abiertas señalan la entrada del espacio natural. Está situado bajo los grandes tajos arenosos que se alzan sobre el núcleo urbano playero de El Ejido y se extienden hacia el este. Para abrir boca y conocer la singularidad del sistema de dunas móviles (que cambian de forma por efecto del viento) basta con recorrer los primeros centenares de metros de un ancho sendero que discurre paralelo a la playa y llega al puntal que da nombre a Punta Entinas. Es un camino (en el que es posible circular con vehículos en su primer tramo) con pequeños vallados para impedir el paso hacia el interior de las dunas, pero merece la pena observar cómo las arenas tapizan el paisaje y continúan hacia Roquetas de Mar, casi 17 kilómetros de línea costera que aún se mantienen vírgenes.

Un faro y caminos de arenas móviles

Desde Roquetas y Almerimar se abren multitud de opciones para adentrarse en el corazón del Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar. Uno de los recorridos más interesantes va desde el faro de Punta Sabinar hasta el Charcón del Flamenco. Llegamos al faro tras recorrer la carretera de Almerimar a Roquetas. Una pista de arena fina rodea la instalación de vigilancia y, entre dunas y vallas de señalización, caminamos hacia levante. Es un recorrido llano, fácil, en el que observar el paisaje y la vegetación de especies adaptadas a condiciones de extrema salinidad. Entre las dunas, durante alrededor de tres kilómetros, se suceden pequeñas charcas de aguas saladas. Podemos seguir hasta Roquetas, o volver.

Las dunas esconden una gran marisma y lagunas a escasos metros de Almerimar. Descubrirlas es el primer paso del sendero que, desde la puerta del paraje natural, parte hacia la base de los tajos y discurre, junto a unas instalaciones hípicas, hacia Roquetas por el interior de la reserva. Algo más de 10 kilómetros que pueden recorrerse en su totalidad o elegir puntos concretos donde disfrutar de la naturaleza, el paisaje y observar a sus habitantes. Tras las marismas, las salinas de Punta Entinas y Cerrillos, una gran llanura de 5 kilómetros de longitud y 2 de ancho que se cubre de agua marina que se filtra por el subsuelo y genera, con la desecación, imágenes impactantes por el efecto de la sal sobre la tierra. El sendero, que partió de Almerimar, continúa paralelo entre las salinas y la playa hasta llegar a Roquetas, en un último tramo de 3,5 kilómetros muy frecuentado por los residentes y visitantes de esta localidad.

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Pero hay formas de disfrutar de estos enclaves sin tener que hacer algo más de 10 kilómetros a pie. Salimos de Almerimar en dirección a Roquetas, la carretera sube hacia los tajos, los bordea con unas impresionantes vistas aéreas de las urbanizaciones el puerto, el mar y el espacio lagunar. Es un recorrido de nueve kilómetros entre invernaderos, en el extremo del 'mar' de plástico, hasta llegar al borde del paraje natural. A solo 600 metros desde que a nuestra derecha ya no hay invernaderos, existe una entrada específica hacia las primeras lagunas que se dirige hacia el faro de Punta Sabinar, una de las principales estaciones de señalización y seguimiento marítimo de Almería. Es un paseo a pie que puede verse amenizado por la presencia de bandadas de aves limícolas, fochas, gaviotas picofinas y el paisaje lagunar entre dunas.

De utilidad

  • Cómo llegar Almerimar: En la A7, la salida 409, lleva a El Ejido y, en dirección al mar, a la urbanización de Almerimar; Paraje Natural: En el extremo este de la urbanización comienza el espacio protegido; Roquetas de Mar: En la zona más occidental de sus urbanizaciones empiezan los senderos hacia este espacio.

  • Visita obligada Comer: El puerto deportivo de Almerimar está lleno de magníficos bares y restaurantes; Tradicional: Echa un vistazo a la zona antigua de Roquetas.

La carretera continúa hacia Roquetas, pero a 3,4 kilómetros, junto a un almacén abandonado, un sendero se adentra en el interior de las salinas nuevas de Cerrillos. Es el paraíso de los flamencos, pagazas, charranes y una gran diversidad de avifauna. Sobre la salina, al este, se alzan las primeras edificaciones de Roquetas. Hacia el mar, la antigua torre vigía de Los Cerrillos. Es la esencia de un territorio de orografía cambiante, flechas de tierra que ganan espacio al mar y muestran la esencia natural de un territorio singular.

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