«Echaba de menos hasta hacer los deberes»

Este jueves, tanto él como el resto de estudiantes de Infantil, Primaria y Educación Especial volverán a esas aulas que tuvieron que dejar en marzo por culpa de la pandemia del coronavirus. Han sido meses de aislamiento, de clases solitarias y con sus padres como los únicos compañeros de pupitre. Pero este jueves, volverán a la normalidad. O, al menos, a una nueva normalidad en la que podrán ver a sus amigos, pero no estar en contacto estrecho con ellos para evitar así la aparición de posibles brotes.

«Mi hijo tiene muchas ganas de volver, pero está siendo difícil explicarle todo lo que va a cambiar. Ahora tenemos que ir en contra de lo que les hemos enseñado durante toda su vida y decirles que no compartan, que no les dejen sus cosas a sus compañeros y que no se acerquen a los niños que no sean de su grupo», explica Rosario Díaz, madre de Manuel.

Para su hijo, el llevar la mascarilla es un peaje que está dispuesto a pagar con gusto si a cambio puede volver a ver a sus compañeros y pasar tiempo con otros niños fuera de su hogar: «Echo de menos hasta hacer deberes, imagínate. Estoy muy nervioso porque llegue ya la vuelta», afirma el pequeño.

Como él, su madre está deseando que esta vuelta se produzca, no solo porque ayuda a la familia a conciliar con el trabajo, sino porque permite a su hijo a regresar a algo parecido a su vieja rutina. «Pero estoy inquieta porque, aunque nosotros hemos sido muy responsables con las medidas para evitar contagios, no sabemos si el resto de familias también lo serán, y eso preocupa», indica.

Para evitar que los brotes irrumpan en los centros y paralicen de nuevo la actividad presencial de los escolares, los niños tendrán que llevar mascarilla durante toda la jornada de forma obligatoria y mantener una higiene de manos constante. Además, tanto los recreos como las entradas y salidas del centro se harán de forma escalonada.

En el caso de detectares un posible contagio, los docentes deberán llevar al alumno a una habitación aislada destinada a este fin a la espera de que sus padres o tutores puedan acudir a recogerle. «Esa parte me preocupa mucho porque no sabemos cómo van a estar acondicionadas estas salas y si ellos se sentirán a gusto allí. Y hay padres que sí pueden ir a recogerlos rápido, pero otros que no», cuenta Olga Velasco. Su hija Olga asegura que está «deseando» volver a clase y jugar con sus amigos, pero para Olivia el regreso está siendo algo más inquieta de lo que le gustaría. «Al ser un poco más grande, es más consciente de lo que pasa. Pero tiene ganas de volver a su rutina», cuenta su madre.

«Estos meses no podía parar de pensar 'que no llegue septiembre, por favor', por todas las incertidumbres que me genera, pero los niños sí que tienen mucha ilusión por volver», explica Olga Leralta, madre de Yasin y de Omar.

Este entusiasmo por la vuelta al cole ha hecho que ambos lleven días con todo preparado para su primer día, pero en el caso de Omar, aún tendrá que espera al próximo día 15 de septiembre, cuando arrancan las clases en Secundaria: «Es mi primer año en la ESO y tengo muchas ganas, sobre todo porque necesito salir de casa y ver a gente distinta que no sea de mi familia», explica entre risas este menor al que la pandemia le ha arrebatado la fiesta y el viaje de fin de curso, pero no la ilusión por los nuevos comienzos.