El Consejo Escolar de Andalucía celebra este 2019 que lleva en marcha treinta años. El lunes su nuevo presidente, José Antonio Funes, tomó posesión en un acto presidido por el consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda. Funes va a recibir a todos los colectivos ... que conforman el órgano andaluz con sede en la capital granadina (en la calle San Matías, en concreto) y tendrá las puertas abiertas «a cualquier que quiera plantear sugerencias para mejorar la Educación». El objetivo es mejorar la Educación (con mayúsculas) en Andalucía. Esta entrevista se hace en la sede del Consejo Escolar de Andalucía –lo integran 73 miembros- donde Funes ya ejerce.
-Uno de los propósitos que subrayó en su toma de posesión es que quiere que sea más conocido el Consejo Escolar de Andalucía. ¿No se conoce lo suficiente?
-Creo que no se conoce lo suficiente; teniendo en cuenta que algunos periodistas me preguntaron –el día de la toma de posesión- dónde estaba la sede. Eso ya explica el desconocimiento que se tiene de esta casa. Ya no es sólo dónde está, porque la mayoría pensaba que el Consejo Escolar estaría en Sevilla, es que incluso dudaban que existiese algo de ese tipo. Luego, también están quienes lo vinculan con una especie de órgano superior de las AMPAS (Asociaciones de padres y madres de alumnos) y no tiene absolutamente nada que ver en ese sentido. El Consejo no es ni el juzgado de las AMPAS ni tampoco es la fiscalía de las AMPAS; es un órgano distinto. Por eso, digo del desconocimiento, no solo del espacio físico, que lo podría medio entender, si no de las funciones que desempeña.
-¿Puede resumir en dos frases, para que todo el mundo lo conozca, cuál es el cometido del Consejo?
-Tiene el cometido de informar sobre los decretos que emanan de la Consejería de Educación, no es vinculante, pero es obligado su pasado por aquí; y de otro lado, dinamizar la propia labor del Ejecutivo a través de propuestas y sugerencias. Una de manera obligada y la otra sujeta al propio dinamismo que el Consejo se imprima. También tiene dos obligaciones, que es hacer el informe del sistema educativo de Andalucía, que tiene que hacerlo anualmente, y de otro lado, el informe de coeducación.
-Habla de decretos. ¿Educación para hacer política o política para hacer Educación?
-La pregunta es complicada. Educación para hacer ciudadanos responsables.
-Es un tema del que siempre se habla, debate y de enfrentamiento constante.
-La política está en todo. Lo que ayer –por el lunes- quiso decir el consejero, yo no quiero ser ahora aquí el que traduzca al consejero, pero como sé que salió esa frase sobre la despolitización, digo que se entendía despolitización en el sentido más restringido de la palabra política, como partido. La Educación no es de ningún partido, no es de ninguna ideología, aunque todos los partidos y todas las ideologías puedan tener su idea sobre cómo enfocar la Educación. Hay que separarlo. De igual manera que en el tema de la pensiones, ahora también hay guerra en ese tema, hubo un tiempo en que nadie se atrevía a hacer guerra de ese asunto porque había un acuerdo generalizado y estaba todo muy regulado; en la Educación cabe el peligro que se meta la ideología en ese sentido restrictivo partidista y un poco enfangue una tarea que debe ser de toda la sociedad, asumida por todos porque están en juego los niños y niñas de Andalucía.
-Ha utilizado la palabra enfangar, en la actualidad es muy habitual que se enfangue todo y se vaya a lo superficia.l ¿Es difícil que la Educación quede al margen?
-En la intervención que tuve ante el pleno del Consejo decía que hay muchos caminos para llegar a la meta y que es lícito que cada uno interprete o entienda que su camino es el mejor, pero que tenemos que llegar a la meta. No nos podemos quedar parados en la encrucijada discutiendo sobre qué camino seguir y dejemos la meta sin alcanzar. Evidentemente, tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué cauces seguir para alcanzarla, pero no nos podemos quedar discutiendo y olvidarnos de lo elemental que es la calidad de la enseñanza, una educación de igualdad, que haga posible ciudadanos responsables y críticos. Esa es la finalidad de la Educación.
«Creo que el Consejo Escolar de Andalucía no se conoce lo suficiente»
-El consejero dijo que es necesario un debate para las mejoras. ¿Cuáles son las prioritarias?
-La Consejería está preocupada por cuestiones que nos preocupan a toda la sociedad y es el fracaso escolar, el abandono escolar; esa es una preocupación seria; y otra preocupación importante es qué hacer para mejorar la calidad. Los informes están ahí, no voy ahora a canonizar ningún informe que haya sobre Educación, todos adolecen de lagunas, pero cuando hay una coincidencia generalizada en los déficits educativos de nuestra comunidad hay que preguntarse qué es lo que falla. Nos hemos preguntado tradicionalmente sobre cuestiones que se evalúan en un año o en un mandato: sobre si se ha logrado climatizar tantos centros, logrado introducir el aula matinal en tales otros o cuántos colegios nuevos se han hecho. Estamos reduciendo la Educación a elementos que se evalúan muy fácilmente y, sin embargo, no nos hemos preguntado qué hacer para alcanzar una excelencia, para mejorarla. ¿Qué hacer para que se termine el abandono educativo? ¿Qué hacer para que los jóvenes puedan alcanzar un puesto de trabajo al salir del sistema educativo? ¿Qué hacer para mejorar cualquier elemento que veamos negativo? Nos hemos centrado en cuestiones muy materiales y quizás se ha abandonado el elemento cualitativo y en ese elemento cualitativo es donde al consejero le gustaría que trabajáramos.
-¿Entre esos elementos estaría la ratio?
-Podría ser. Pero a veces lo deseado choca luego con lo posible. Habrá que ver en un sistema educativo, que tiene casi dos millones de alumnos, hasta dónde se puede llegar. Educación tiene la segunda inversión en los presupuestos de la comunidad andaluza, y cualquier cuestión que se modifique debe estudiarse; y esto no es Murcia, con todos mis respetos, que es más pequeña y las variaciones son asumibles, aquí cualquier cambio supone… Hay que verlo a la luz de los presupuestos.
-La voz de las madres y padres está en el Consejo. ¿Tiene alguna línea de acción prevista para que se les escuche más?
-Los padres son actores principales y su trabajo debe ir muy en relación con el colegio e instituto. Los centros deben interpretarse como sociedades en pequeño en las que los padres no son un añadido, no son una tirita que se pone para darles un cierto espacio, son protagonistas también. Y deben estar vinculados estrechamente al desarrollo del centro. Yo les doy importancia, mucha importancia y este Consejo va a estar abierto a sus propuestas. Un Consejo que no solamente propone desde arriba, por decirlo de alguna forma, desde los que estamos ahora dirigiendo, sino que también los puntos de trabajo que surjan pueden venir desde los colectivos que lo conforman.
-¿Otra cuestión muy debatida en los últimos años es la imagen del profesorado en la sociedad, qué se debe hacer?
-El consejero Javier Imbroda habló de retomar una ley para reconocer la autoridad del profesorado. Ojalá no hiciera falta una ley para reconocer la autoridad del profesorado. Pero en tanto en cuanto hay una devaluación que se percibe con claridad, la Administración está obligada a poner todo de su parte para intentar darle un cuerpo jurídico-legal para ubicarlo en el espacio de importancia que tiene en esta sociedad.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.