El ejecutivo granadino que construye República Dominicana: «Quiero ayudar a emprendedores de nuestra ciudad»

José Manuel se licenció como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en la UGR y posteriormente realizó un máster en Dirección de Empresas Internacionales. A lo largo de su corta pero intensa trayectoria laboral ha completado su formación en diversos ámbitos como las finanzas o la seguridad industrial, si bien reconoce que su cometido actual «es más gerencial». De hecho, a día de hoy coordina un equipo de ingenieros, arquitectos y administradores de empresas. «Mi responsabilidad va desde el desarrollo comercial y consecución de nuevos contratos, hasta la ejecución de los mismos», precisa.

Fuera de España nuestro paisano ha experimentado un crecimiento profesional «rápido pero muy trabajado». Es más, admite que «el hecho de haber estado fuera» le ha abierto «muchas puertas». En consecuencia, en menos de un lustro en su actual empresa ha promocionado «hasta llegar a estar en el Comité Ejecutivo de la empresa en El Caribe, siendo el miembro más joven», tal y como nos cuenta. Por ello, lanza un aviso a navegantes: «El perfil del ingeniero español está muy bien valorado en empresas extranjeras».

José Manuel sostiene que «el hecho de vivir y conocer países como Rumanía, Haití , República Dominicana, México, Nicaragua, Panamá, Colombia o Guatemala te hace valorar más tu país y tu tierra». En este sentido, cree que «no somos conscientes de la inmensa suerte que tenemos de pertenecer a un país y ciudad como la nuestra, tan ricos culturalmente y con diversos servicios, como por ejemplo educación, infraestructuras, al alcance de pocos países. Los españoles», revela, «somos muy queridos en estos países».

José confiesa además que «cuando conoces situaciones de personas con tantos problemas socioeconómicos y los ves siempre con una sonrisa, disfrutando y tan agradecidos de la vida, te hace realmente reflexionar y sentir que por más duro que sea el camino, la felicidad depende de uno mismo». Es por ello que aconseja «disfrutar más las cosas positivas que nos regala la vida, y dejar de centrarnos en lo negativo».

Como sucede en la mayoría de emigrantes, José Manuel añora «pasear por las calles de Granada, sus maravillosas plazas y distintos rincones. Auténticos placeres para la vista», destaca. Por supuesto, también echa de menos a familia y amigos, si bien con las nuevas tecnologías nunca pierde el contacto. Y «allá por donde vaya», desvela, trata siempre de ser «un buen embajador de nuestra ciudad».

En la mente de este ingeniero plenea la idea de crear una empresa en España pero a corto plazo le gustaría «colaborar con emprendedores granadinos donde pueda aportarles mi experiencia e inculcar la pasión por los negocios que existe en República Dominicana». Esta virtud, a su juicio «se debería fomentar mucho más en España, ya que es la verdadera fuente de generación de riqueza y empleo, lo que lleva a un desarrollo más próspero de los territorios».

A la espera de que se cumplan los proyectos que tiene en cartera, José Manuel disfruta de la mejor experiencia que le ha regalado la vida: la de ser padre. Junto con su mujer, también española e ingeniera de Caminos a la que conoció en la Universidad, aprende a cambiar pañales a su hija Valeria, que apenas tiene cuatro meses. «El cuerpo me pide pasar el máximo tiempo posible con ella», reconoce. En los ratos libres, por si fuera poco, colabora en programas de responsabilidad social como voluntario, «ayudando a las comunidades más desfavorecidas». Y cómo no, también hay tiempo los fines de semana para el paraíso de las playas caribeñas, que, como él mismo se encarga de confirmar, «son una auténtica maravilla».