Algunos de los voluntarios granadinos que viajaron a Valencia este fin de semana. José E. Cabrero
Diario de un voluntario en Valencia

El ejemplo de Granada en Valencia: «¡Viva la generación de cristal!»

Los voluntarios granadinos repasan la experiencia en Valencia, destacando el papel de los jóvenes que tan bien han respondido

José E. Cabrero

Enviado especial

Domingo, 10 de noviembre 2024

Los voluntarios de Granada vuelven a casa con una bolsa de basura en la mochila. Una bolsa llena de ropa fundida con el barro de Valencia. El domingo temprano, sobre las seis de la mañana, el aroma del café soluble se mezcla con una extraña ... sensación de gratitud en el polideportivo Joan Girbés de Algemesí. «La gente. No olvidaré a esta gente», dice Gabriel Porcel, líder de la expedición. Él vino hace una semana a la zona cero de la DANA, y pensó que no podía dejar abandonada a esta gente. «Me dije que quería volver con ayuda. No 6 o 7, todos los que pudiera . Se apuntaron 476 voluntarios, pero no tuvimos medios para traerlos a todos». Porcel consiguió el apoyo del Ayuntamiento de La Zubia, que puso los autobuses; el Restaurante Balcón de Genil, que donó comida y dinero; y Nucesa, que puso furgonetas para transportar toneladas de material. Porcel quiere regresar a Valencia con maquinaria pesada y un equipo de especialistas: electricistas, fontaneros, albañiles…

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La huella de Granada en Algemesí. J.E. Cabrero

Los granadinos se han repartido el domingo en dos grupos. Uno pequeño, para ayudar en una de las calles del centro; y el resto, casi todos, limpiando el polideportivo para que los voluntarios que sigan llegando no pierdan ni un minuto. «Ayer dos chavales se metieron en un garaje, con el agua hasta aquí», recuerda Porcel, poniendo su mano a la altura del cuello. «¿Son la generación de cristal? Ni idea. Solo te diré que en el momento en que ha hecho falta ayuda, los jóvenes de cristal se han puesto macizos como una roca. Si no fuera por ellos…».

«Solo te diré que en el momento en que ha hecho falta ayuda, los jóvenes de cristal se han puesto macizos como una roca»

Gabriel Porcel

Líder de la expedición

José Álvarez

24 años y estudia Ingeniería Ambiental en la UGR

José Álvarez

La cruz de madera que lleva al cuello está manchada de barro. «Me avisó mi amigo Borja, de la Hermandad de Redención y Salud. Me propuso venir y me pareció que era lo que alguien con valores cristianos debía hacer», afirma. José asegura que ha sido «duro, con mucho trabajo». «Te confieso que yo también pensaba que no estábamos dispuestos a coger las riendas, pero después de ver todo esto, creo que los jóvenes de España hemos respondido», termina, abrazado a sus amigos José Delgado, pintor, y Borja Fernández, repartidor.

«Yo he venido a hacer honor a mi nombre», bromea Paola Barros, 22 años, agente inmobiliaria en InmoGr. «Vi en redes sociales que necesitaban ayuda y me cogí vacaciones para venir». Ella ha formado parte del equipo de logística, organizando el material y repartiendo a los grupos por el pueblo. «Hemos sido la cara invisible, pero qué bonito sentirte parte de algo así». Ella, que tampoco se siente de cristal, insiste en el papel de Internet. «Se ha movido todo en redes. Ver a nuestros amigos ayudando es lo que nos ha impulsado a venir».

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David Pérez

25 años y es florista de tanatorio

David Pérez

«Empecé a trabajar el Día De los Santos, imagínate». Su amigo Linde organizó un grupo para ayudar en Valencia y David no se lo pensó. El viernes, cuando terminó de trabajar a las 20.30 horas, salió hacia Algemesí. «La unión del pueblo español, con eso me quedo. Que cuando hace falta, no falla. Limpiar es agotador, pero si ves a otro que sigue, no puedes dejarlo solo y no te rindes. Todos a una».

Carmen Castillo

31 años, es enfermera en el Clínico

Carmen Castillo

«Vine en una furgoneta, con Ekaitz». Ekaitz, vasco de 29 años, estudia el máster de Cooperación al Desarrollo de la UGR. «Ha sido muy bonito -sigue Carmen-. Nuestro granito de arena en esta inmensidad…». Carmen estuvo repartiendo medicamentos y haciendo curas por Algemesí. «No podré olvidar la casa de Vicente y Amparo. Tuvieron que dormir en las escaleras… y nos hicieron sentir tan queridos. Se me saltaron las lágrimas».

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Estela Martínez

33 años, estudia Auxiliar de Enfermería

Estela Martínez

«Tras la DANA, un grupo de amigos decidimos que había que hacer algo. Pasamos una semana empaquetando las cosas para traerlas». Las cosas son comida, juguetes, productos de higiene, ropa y hasta un colchón, que llevaron a la casa de una vecina del Raval. «Me habéis salvado la vida», les dijo. «Da impotencia ver a gente normal, humilde, gente como nosotros que lo ha perdido todo». Ella no olvidará las manos infinitas pidiendo aceite o jabón o fruta… «Siento no poder dar más. Me quedaría un mes más si pudiera».

Padres

Jorge Bolívar

52 años, abogado

Jorge Bolívar

Algunas familias han venido juntas a trabajar el fin de semana en Algemesí. Jorge Bolívar es el padre de Jorge, de 19. «Quería vivir la experiencia con mi hijo. Creo que es algo que no olvidaremos… ¿Sabes? Creo que todos los que hemos venido deberíamos volver dentro de un tiempo, a compartir una comida».

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Alberto Gómez

57 años, es profesor en la Escuela de Arte

Alberto Gómez

Su hijo, de 24, es miembro de la asociación María Auxiliadora de Don Bosco. «Es gratificante venir juntos y sentirnos parte de los voluntarios, todos a una, haciendo lo que podíamos… sabía que lo que íbamos a ver era grave, pero no tanto».

Susana Esteban

51 años, es TCAE en Urgencias del PTS

Susana Esteban

«Vengo por mi padre», afirma sin poder aguantar las lágrimas. «Tenemos familia aquí, los Esteban. Y mi padre murió en el Covid. Quería que mi padre supiera que estaba aquí». Susana tuvo que cambiar turnos y, además, está enferma. «Pero tiro adelante como mi padre. Porque los Esteban no iba a faltar».

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Tomás Morales

41 años, es maestro en Pulianillas

Tomás Morales

«Mi obligación era venir para dar ejemplo. Creo que es lo correcto». Tomás organizó una colecta en el colegio y los alumnos y las familias se volcaron. «Hemos traído material para cien niños: libretas, bolis, blocs…». Sin embargo, el maestro lamenta que la situación no esté coordinada por las autoridades. «La ineptitud de los que nos gobiernan, de todos los colores, es absoluta». Al pasar junto a un colegio, devastado, Tomás resopla: «Los niños tienen una capacidad de adaptación enorme, a pesar de los adultos. Saldrán».

Yuma de la Paz

40 años, es militar

Yuma de la Paz

«Quería ayudar. Me he encargado de la logística del campamento. Fui la primera en llegar». Y lo cierto es que nada, absolutamente nada de lo que ha hecho Granada aquí hubiera sucedido sin ella. «Lo mejor ha sido la gente. Personas súper trabajadoras, voluntariosas, siempre con buena cara… los jóvenes son increíbles». A su lado, Erika, integradora social, la abraza con fuerza y grita: «¡Viva la puta generación de cristal!».

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