Obituario en Granada

El emocionado adiós a Rami, la primera maestra gitana discapacitada de España

Nació con una discapacidad del 80% que le puso la vida muy cuesta arriba y sin embargo con su determinación, su fuerza de voluntad y su pasión superó todas las adversidades y rompió todas las barreras. No solo llegó a la Universidad sino que cumplió su sueño de convertirse en maestra de inglés y de dar clase a los niños en el colegio de Alomartes. Rami Fernández (Íllora 1977-2024) fue un ejemplo de superación y su prematura muerte ha conmocionado a todos sus vecinos ilurquenses, que le brindaron un emocionado adiós.

El mensaje de condolencia y pesar publicado por el Ayuntamiento de Íllora en sus redes sociales ha desatado un aluvión de muestras de cariño, reconocimiento y pésame de los vecinos, el único bálsamo que les queda a unos padres desconsolados.

«Su estremecedora ternura y bondad o el amor que tenía por su pueblo y sus gentes quedan ya como huellas indelebles del paso por este mundo de una mujer excepcional», señaló el Ayuntamiento de Íllora. También recuerdan que fruto de ese espíritu resiliente, Rami consiguió convertirse en la primera profesora gitana con discapacidad de Españá, lo que le valió el Premio Nacional '8 de abril' del Instituto de Cultura Gitana, fundación promovida por el Ministerio de Cultura y Deporte.

«Nunca se quejó, jamás le escuchamos decir me duele, jamás la veías triste. Nuestra Rami era un dulce, un ejemplo de vida. Adoraba a los niños y sus alumnos también la querían, nos hizo estar muy orgullosos de ella», explica su padre Rafael Fernández.

También su amigo Jose Pérez Mira la recuerda desde el cariño y la admiración. «Sus ojos grandes, incapaces de ser ocultados por sus gafas, siempre chispeaban entusiasmo, siempre contagiaban alegría, siempre te buscaban, porque ella fue siempre un corazón en salida. Quien la necesitaba la encontraba y su móvil era como el teléfono de la esperanza, siempre pendiente de todos, siempre siendo amiga. Nunca pudo nadie, poner barrera a su ilusión, a sus ganas de darse por completo, a contagiar todo lo bueno que caldeaba su corazón», esgrime.

Rami fue maestra de inglés, «comunicando con los gestos, la mirada, las palabras y el corazón». Pero sobre todo «maestra de vivir» porque demostró que lo que parecía imposible era posible.

Y Jose concluye así su obituario: «Nada te limitaba y confiabas como nadie en la bondad del corazón humano. Tu fuerza siempre ha sido el Señor. Rami, estoy seguro, que estás en ese paraíso, del que tú has dado testimonio día a día, con tu propia vida. Dichosa tú, que has creído porque te has dado cuenta que con Dios es todo posible. Rami, tú has sido, la sonrisa de Dios».

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