Kiki Morente, durante el pregón. Pepe Marín
La Mirilla

El Corpus de Granada calienta motores con la lectura del pregón

Kiki Morente, protagonista del pregón de los caseteros, que abre las puertas de un esperado Corpus

Encarna Ximénez de Cisneros

Miércoles, 22 de mayo 2024, 00:23

Todo el año esperando, en algunos casos, programando los días de descanso en el trabajo para poder vivir sin problemas esa 'segunda casa' en la que se convierten, para muchos, las casetas del recinto ferial de Granada.

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Llega el Corpus y con él, muchas actividades ... de distinto signo, pero con una misma intención, pasarlo bien y disfrutar. Unos días con tres pregones: el oficial, que pronunciará el próximo sábado Gerardo Cuerva; el taurino, a cargo de Julián Tomás García; y el que organiza la Federación de Asociaciones de Casetas Tradicionales de Granada, el llamado, con todo el cariño, pregón de los caseteros, en el que se dan cita parte de la fibra más destacada, la de siempre y para la que, afortunadamente, hay relevo generacional. Lo demuestra el propio pregonero, tan joven que nació cuando ya la Federación llevaba un quinquenio funcionando. Pero la historia de Kiki Morente, su sangre granaína, va mucho más allá aún de su propio nacimiento, gracias a esa familia a la que tanto adoramos.

A ella, a su familia –su tía Mariquilla estaba allí–, se refirió Kiki en un pregón lleno de recuerdos y vivencias, con una declaración de cariño «a mi tierra, al Corpus y a los caseteros». Confesó «que alguna vez lo seré» y que, por ahora «soy de los últimos en irme». Como cuando salía al amanecer «los más bonitos de mi vida», dormido en los brazos de su padre después de oírlo cantar por el ferial. «No soy de hablar mucho», reconoció, pero sí dejó su voz de forma magistral con la 'Habanera imposible' de Carlos Cano, entre otros sones, que puse el calor a una noche más que fresquita.

Lo presentó Ana Poley, vocal de la Federación, que hizo de maestra de ceremonias, y a la que se notaba feliz, como el resto de la junta, que tampoco pierde punto de los preparativos, entre ellos el secretario, Juan Antonio Muñoz, al que estuve saludando.

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Antes de que el pregón encandilara a los asistentes, entre los que me encantó ver a muchas mujeres con sus trajes de gitana, todo había comenzado con las palabras del presidente de la Federación, Claudio Rodríguez. En su alocución dejó patente el reconocimiento a las mejoras que se siguen llevando en el recinto ferial, pidiendo –«Aunque hoy no es el día para agobiar a la alcaldesa», dijo–, que se continúe en ese camino porque así «realzamos nuestra feria». El presidente también resaltó el esfuerzo económico de los caseteros, apoyando estas iniciativas, y tuvo un emotivo recuerdo para quienes ya no están –como José Luis Rescalvo– y para quienes pasan por momentos complicados, como el que fuera pregonero, Fernando Díaz de la Guardia. Dos espléndidas personas. También se entregó en el acto el tradicional Zaguán de Plata, que, en esta ocasión, recayó en Emasagra, representada por su director gerente, Juan Carlos Torres, que estuvo acompañado del concejal y consejero delegado del ayuntamiento, Enrique Catalina, que lo recibieron de manos de José Antonio Romacho, tesorero de la Federación.

Por allí estaba Carolina Amate, concejala de Fiestas Mayores y Protocolo, que formaba parte de la presidencia en la que no faltó la alcaldesa Marifrán Carazo, que fue la encargada de cerrar el acto. Muchas caras conocidas de pregoneros, de personas que han sido, son y siempre serán parte de nuestras tradiciones. Fuimos cerrando citas para encontrarnos, en unos días, en su salsa, en el recinto ferial.

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Ahora lo importante es que el tiempo acompañe, que el ánimo no decaiga y que hagamos de estos días un lugar de encuentro y de diversión, para toda la familia.

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