El grupo Máscaras actúa en el pub Camelot en el año 2001. PACO AYALA

La enésima reinvención de Pedro Antonio, meca de la fiesta universitaria en Granada

La calle del Q-Zar, el Voulez-Vous y el Ruido Rosa ha tenido mil caras. Ahora, con la noche 'cerrada', contiene el aliento mirando al curso que viene

Javier Morales

Granada

Domingo, 8 de noviembre 2020, 01:07

Quedar era más sencillo cuando no se estilaba lo de llevar el móvil en la mano a todas horas. No hacía falta grupo de Whatsapp ni mandar ubicación: uno sabía que si iba a 'Los Porrones' un viernes a las once de la noche se ... encontraría con la pandilla. Así lo cuenta Carlos González, uno de los jóvenes de aquel grupo que se reunía a principios de los dos mil en la meca de la fiesta universitaria en Granada: Pedro Antonio de Alarcón, la calle de «El Refugio, el Ruido Rosa, Van Gogh, Peatón o l'Escándalo». Son sólo algunos de los nombres que le vienen a la cabeza. Completa la lista Juanjo Fernández, con pubs de Pedro Antonio y otros establecimientos de la zona: Tornado (ahora Zaguán), CUE, La Cúpula, Génesis (ahora Vinilo), Voulez-Vous o la discoteca Meeting Point, ésta en Plaza de Gracia.

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Pedro Antonio no ha dejado de reinventarse. Su 'movida' comenzó en los años 80. Por entonces, los miembros de 091 pusieron una primera piedra en la historia musical de la calle: el Ruido Rosa. Los Lori Meyers, ya en el nuevo milenio, tomaron el testigo del pub, que cerró durante varios años y reabrió en 2017 en manos del artista electrónico Sergio Vela. De la música en Pedro Antonio y su entorno se puede hablar a lo largo de páginas y páginas: el Planta Baja, sala emblema del directo en Granada que también clava sus raíces en los 80; el Peatón, cerrado en 2016; Playmobil, aún en activo aunque con un espacio más reducido; el rock heavy del Perro Andaluz.. . [Y el Amador, que no era un pub pero merece mención: «He pasado por tu casa veinte veces. Siempre voy al Amador por si apareces», le cantaron Los Planetas en '¿Qué puedo hacer?'. El bar era el cuarto más antiguo de Pedro Antonio. Abrió en el 86 y cerró —esta es su historia— en 2016. Ahora es un pub de cocktails y shishas.]

Las normativas para evitar ruidos terminaron por ahogar a la industria granadina de la música en directo. El 17 de mayo de 2011, las grandes bandas de Granada se unieron en un macroconcierto para pedir el fin de lo que consideraban una «persecución». La plataforma 'Granada en Off' integrada por músicos, promotores musicales y dueños de salas se reivindicaron como «motor» turístico y económico de la capital; un engranaje que quedó paralizado por las condiciones inasumibles con las que las bandas tenían que cumplir para tocar, como siempre habían hecho, en las salas pequeñas, cuna de quienes hicieron crujir los altavoces en aquel concierto-protesta en Fermasa.

Ruido, botellones y suciedad

La nota negativa en Pedro Antonio la ponen el ruido y, años atrás, los botellones y la suciedad. Las continuas quejas vecinales ahora se han trasladado de la calle al interior de los edificios. Con la ciudad cerrada por la noche, las fiestas se han trasladado a las viviendas de los estudiantes.

De vuelta a Pedro Antonio, no se pueden obviar dos de sus atractivos, aunque nada tienen que ver con la fiesta. Se trata de dos de sus recreativos —hubo más por la zona—, el desaparecido Q-Zar y Game Over, en Emperatriz Eugenia. El primero era un 'láser tag' que arrasó desde mediados de los 90, en el que dos bandos se enfrentaban con pistolas láser con el objetivo de ocupar la base enemiga; un buen rato de guerra sin heridos por 600 pesetas. El Game Over, quizá la última sala recreativa de la capital que cerró sus puertas, era un local lleno de futbolines y modernas máquinas de videojuegos que sobrevivió durante algunos años a la moda de los cibercafés.

El Q-Zar en Ideal, fiesta en Meeting y control de policía en la calle, antes de su reforma en 2008. ARCHIVO IDEAL

En Pedro Antonio tuvieron y tienen cabida todas las tribus urbanas de Granada y sus respectivas modas. La última —antes de la pandemia— es la de las cachimbas. En la zona hay ocho locales dedicados a este negocio, sin contar los pubs y cafeterías que las han incluido en su oferta. ¿Cuál será la próxima?

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Por ahora, la enésima reinvención de Pedro Antonio es su adaptación al coronavirus. Con la noche 'cerrada', es una calle de tardeo. Algunos de sus pubs se han tenido que convertir, ofreciendo comida para esquivar las restricciones, y se han esmerado para prevenir los contagios. Es el caso del pub Amsterdam, donde Ignacio Bustos ha apostado por la tecnología hasta en el baño: no hay que tocar cisterna, lavabo ni jabonera, es todo automático. Hay quien se ha lanzado a reabrir en plena pandemia, como el clásico Van Gogh —inaugurado en 1992—, que llevaba años cerrado y volvió a recibir clientes en julio tras su remodelación. Quienes pasen por allí los domingos podrán comer paella; el cercano Pollo Picom desapareció hace tiempo.

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