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Encarna ximénez de cisneros
Granada
Jueves, 9 de junio 2022, 00:43
No fue fácil organizarlo casi a sus espaldas. Hay muchos, muchos motivos para hacer una fiesta, un homenaje –como quieran llamarlo– a Manuel Reyes, en la actualidad capellán mayor de la Capilla Real, con más de cincuenta años de sacerdocio a sus espaldas y una ... intensa labor a favor de la historia y el patrimonio de Granada. Se decidió que fuera en un día muy especial, en sus 85 –fantásticos– años, con una representación variopinta con la que soplar la tarta. Fue fundamental la colaboración de la familia, en especial de su hermana María José Reyes, que hizo de cómplice necesaria, y que no faltó junto a Sebastián y Jorge, hermanos también y su cuñada Carmen Santos. Por cierto, una alegría reencontrarme con Jorge, con el que coincidí en una etapa laboral muy bonita en la que fue un gran compañero. Se echó de menos a los sobrinos, pero, siendo día laborable, algunas personas no lo tuvieron fácil.
Todo salió a la perfección, gracias a la labor de coordinación de Mari Carmen Gutiérrez y de Angelita de la Higuera, presidenta de la Asociación de Amigos de San Nicolás, a la que don Manuel está tan ligado.
Angelita fue una de las personas que intervinieron a los postres, expresando el sentimiento general: «Estamos aquí porque le queremos». Compartió mesa presidencial junto a grandes amigas como Rocío Martín, del hotel Los Ángeles, que acudió con sus hijos Vicente y Gerardo Arenas, y sus nueras, Rafi Guerrero e Isabel Nasrawin. Inolvidable aquel viaje a Roma donde don Manuel compartió la Eucaristía privada, con motivo de sus 'bodas de oro' del sacerdocio, con el papa Francisco. Lo conté en esta Mirilla con mucho orgullo.
En ese viaje igualmente estuvieron Gregorio Rodríguez, de La Nueva Bodega, y Ramón Burgos, que también hizo uso de la palabra para incidir en la valía personal y religiosa del protagonista, con el que comparte amor, entre otros temas, por la literatura y la historia. Fue un acto emotivo, sencillo, pero de calidad, incluido el trato del personal del hotel Saray, con José Miguel Magín en la cocina –¡vaya menú!– y con todo el equipo en sus distintas funciones.
Acudieron los sacerdotes José Alberto Fernández y Tomás Sola, con los que hablé del otro homenaje que le dio el clero a don Manuel, que, no me olvido, tuvo un recuerdo para el arzobispo, Francisco Javier Martínez, que está recuperándose de una operación; Manolo Martín, Defensor de la Ciudadanía; y Laura Guillén, trabajadora incansable; y miembros de la asociación, como Carlos Sáez, Carlos Fernando López y Mª Esperanza Pascual, José Ferrer y Chari Medina; Benito Mirón y Mª Carmen Pozo, y Francisco José López.
No faltó el arquitecto Antonio Martín, compartiendo mesa con Pepe Álvarez, de Las Tinajas, y Mari Carmen Caballero, Enrique Álvarez y Ana González, Francisco Salazar y Antonio Samaniego. En nombre de la Real Maestranza de Caballería de Granada acudió el Teniente de S.M. el Rey, Ramón Uribe, junto a Gonzalo Martínez-Carrasco y Javier de Benavides; a los que saludé al igual que a Rita Martínez y Eduardo Salas, Trinitario Betoret y Teresa Ortiz, que no quisieron perderse el evento.
Marifrán Carazo y Rocío Díaz hicieron un alto en sus responsabilidades como consejera y directora de la Alhambra, respectivamente, para estar en el almuerzo, por su amistad con don Manuel y por el mucho trato, sobre todo, en su etapa como concejalas de Turismo. Allí estaban el empresario Miguel García Chinchilla con su mujer, Antoñita González; amigos como Inma Moreno y Miguel Ángel Peláez, el catedrático Miguel Luis López Guadalupe; buenos compis como el director de la COPE, Gabino García con Juan de Dios Jerónimo, o José Luis Ramírez, ahora volcado en otras tareas, como la presidencia de la hermandad de San Juan de Dios; dos cofrades de altura, Carmen Tovar y su hijo Nacho Espigares y, en representación de Manos Unidas, su delegada, Feli Núñez, la tesorera Mercedes Jiménez, junto a Sybila Herrera, Margarita Maciá y Magdalena Jiménez.
Dejó claro que no está jubilado: «Sigo entregándome a mi servicio sacerdotal y al estudio histórico especialmente a la vida de Isabel la Católica». Y es que Manuel Reyes no siente el peso de los años, muy al contrario. «Me siento activo». Gracias por tanto.
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