Innovación educativa
Escolapios Cartuja: 50 años del cole donde se cumplen los sueños
Innovación educativa
Escolapios Cartuja: 50 años del cole donde se cumplen los sueñosLos datos del colegio Escolapios Cartuja Luz Casanova son un espejo multicolor de entusiasmo, esfuerzo y energía. Pueden estar orgullosos, satisfechos y felices. De hecho, lo están celebrando a lo largo de todo este curso porque han cumplido medio siglo de vida. Son 50 años ... del cole donde se cumplen los sueños.
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Son sueños que en otras partes de la ciudad de Granada son realidades. Pero aquí se trabaja por la integración de las 25 nacionalidades que conforman la comunidad de aprendizaje, con un 36% de muchachos y muchachas de etnia gitana. Es la lucha eterna y constante contra el absentismo escolar que en estos momentos, directamente, tiende a cero en este centro escolar, ya que tan solo una persona ha abandonado los estudios.
Vienen de celebrar la fiesta de cumpleaños, que fue el 4 de abril, justo a la vuelta de Semana Santa. «Fue un cumpleaños con todas las de la ley», comenta el director del centro, Josema Gallardo. «Además, hemos organizado a lo largo del curso una serie de actividades. Unas están enfocadas a la familia, otra en los docentes, otra a los antiguos alumnos y una más para los alumnos. La idea es celebrarlo toda la comundiad de aprendizaje».
Es el primer año de Josema en este colegio. Viene de los Escolapios del Genil. «Vivo en este barrio, en el distrito Norte, y lo conozco bien. Vengo del Escolapios del Genil y, un ejemplo, un compañero me preguntó:'¿Puedo aparcar la moto en Cartuja?'. Es lo que supone no conocer este lugar», explica.
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Es aquí donde entronca el objetivo de los Escolapios en Cartuja. «Tenemos un lema. Este es el cole donde los sueños se llevan a cabo. Yya se ha soñado formalmente un par de veces y los sueños se van cumpliendo. Po reso es un cole especial y mágico. Es un cole con alma, no se queda en lo superficial ni en lo material. Llega a lo más profundo del corazón».
Los datos, una vez más, avalan este gran proyecto educativo, formado por 201 familias y un alumnado de 334 peques. El alumnado migrante supone un 32,12% del total y el de etnia gitana otro 36,40%. La desestructuración familiar es de un 36,40% y el alumnado en riesgo de exclusión social es de un 46,40%. Pero en este cole se toca el cielo con la punta de los dedos.
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Lo explica Isidro Jiménez, profesor de Secundaria y exdirector de este centro educativo. «Somos herederos de una historia. Si celebramos 50 años es gracias a las religiosas Apostólicas del Corazón de Jesús».
Las religiosas llegaron al distrito Norte cuando daba sus primeros pasos en respuesta a la llamada de la Iglesia para atender las necesidades de esta zona en expansión muy pobre. «A partir de ahí ha sido un cole que ha apostado por estar junto a los humildes y apostando por la educación como un motor de transformación social. Es la herramienta más potente para romper los círculos de exclusión para dar oportunidades a los que menos tienen. Es el resumen de la trayectoria de todos estos años», añade.
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Encarni Martín, al frente de la Secretaría del cole, explica cómo se pasó el testigo de las Apostólicas a los Escolapios. «Fue en 2015, y como tienen un carisma parecido, todo fue como la seda».
Aquí en los Escolapios de Cartuja tienen varios medidores de su éxito. «El claustro está motivado y preparado, y se pregunta cómo mejorar los resultados educativos. No son conformistas», explican ahora todos juntos.
Así que hace una década se preguntaron cómo se podía mejorar. «En esa búsqueda nació el proyecto que nos ha convertido en una comunidad de aprendizaje. Es un proyecto de innovación educativa que busca la integración de todos en el cole y su éxito. Es una propuesta de la Junta de Andalucía y los centros que quisimos nos formamos y nos apuntamos».
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De esta forma, basan su éxito en las herramientas que todo el personal de la comunidad proporciona al alumnado y a su familia. «Hay que darles oportunidades a los niños para que sigan adelante en la vida y sean lo que quieren ser». Así que las consecuencias son del todo positivas. «Hay un escasísimo abandono escolar, que tiende a cero. Se ha logrado en todos estos años la plena inclusión de las niñas de etnia gitana. Muchos pueden seguir estudiando en la Universidad y en los ciclos superiores de formación».
Es una labor de siembra y luego se recolecta. «Por ejemplo, antes de que entren al cole hacemos talleres como el Espacio Explora, para que ellos aprendan su psicomotricidad, alimenten su curiosidad. Es de los nueve meses a los dos años, y así captamos a las familias para que conozcan el centro». Luego está el éxito definitivo. «Todos viene felices al cole».
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