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La Junta de Andalucía ha dado este martes vía libre al procedimiento para crear el Instituto de Salud de Andalucía. El consejo de gobierno ha aprobado la tramitación del anteproyecto de ley de esta entidad que agrupará a la Secretaría General de I+D+i de Salud y Familias, la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y la Fundación Progreso y Salud, los organismos públicos dedicados a la docencia e investigación sanitaria en Andalucía. La Escuela mantendrá su ubicación y funciones en Granada, pero la sede administrativa del Instituto estará en Sevilla.
El consejero de Salud, Jesús Aguirre, ha dejado «muy claro» que «con este Instituto de Salud de Andalucía, toda la formación de la Consejería de Salud, incluida la formación del Servicio Andaluz de Salud, junto con la investigación propia, irá a la Escuela Andaluza de Salud Pública, cuya sede estará centralizada en Granada». Esto no quiere decir que la sede del Instituto estará en Granada, sino que la EASP no se trasladará tras la fusión de organismos en la nueva marca.
Aguirre ha aclarado ante los medios que se mantendrá la adscripción actual de los trabajadores, que no habrá despidos de ninguna de las entidades y que el gasto en la creación de este Instituto será «cero». A priori, no habrá consecuencias relevantes -al menos en lo laboral- tras la «reordenación del sector instrumental de la Consejería de Salud y Familias».
«El Instituto de Salud de Andalucía se configurará como agencia administrativa adscrita a la Consejería y asumirá las funciones de la Fundación Progreso y Salud y la Escuela Andaluza de Salud Pública», ha detallado. Este organismo seguirá el «mismo modelo» que el Instituto de Salud Carlos III, entidad estatal que tiene vocación de servicio a la sociedad y además es una 'muleta' en el ámbito científico-técnico, dentro del campo de la sanidad, para el gobierno central. Ha jugado un papel relevante en la gestión de la pandemia.
Se resuelve así una de las incógnitas, la de un hipotético traslado, que durante los últimos meses han expuesto los trabajadores de la EASP, que advirtieron de la posibilidad de que la prestigiosa escuela con sede en Granada pudiera acabar en Sevilla en este proceso de 'fusión'. El consejero se compromete también a mantener funciones de formación e investigación en la misma entidad, una de las claves, según los trabajadores, que han hecho de la Escuela un nombre de prestigio internacional.
Según ha señalado la Junta en una nota, la creación del Instituto se enmarca en los «esfuerzos de racionalización del sector público andaluz desde una doble perspectiva». «Por un lado, se persigue una reordenación de los principales entes instrumentales con que cuenta la Junta de Andalucía en materia de formación, gestión del conocimiento y de investigación en salud. Por otro, y de manera paralela, se simplifica el régimen jurídico al que se encuentran sometidos, adaptándolo a la normativa vigente y estableciendo aquellas especialidades que puedan estar justificadas por la especificidad de sus funciones».
El Instituto ostentará la condición de Organismo Público de Investigación del Sistema Andaluz del Conocimiento y tendrá, entre otros, los siguientes fines: fomentar la investigación, el desarrollo, la innovación y la transferencia, dentro del marco del Sistema Andaluz del Conocimiento y del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación; promover la excelencia en los servicios de atención a la salud, mediante la mejora de la calidad de los procesos asistenciales, la seguridad del paciente y el desarrollo profesional; desarrollar la formación en materia de salud de toda la población andaluza, atendiendo especialmente a la cualificación profesional, del personal al servicio del sistema sanitario público de Andalucía; impulsar la generación y gestión del conocimiento en los campos de la Salud Pública y de la gestión de servicios sanitarios; generar procesos de formación, asesoramiento, cooperación, internacional, investigación y crear espacios de colaboración y redes que posibiliten la gestión del conocimiento, la salud pública y el buen gobierno de los sistemas de salud.
Sus funciones, entre otras muchas, serán la dirección y ejecución de las políticas de investigación, desarrollo e innovación, así como las políticas de generación y gestión del conocimiento, en el ámbito sanitario, con especial atención a los campos de la salud pública y la gestión de servicios sanitarios; la aplicación y la promoción de la transferencia de tecnología en este sector, así como la compra pública innovadora en materia de salud; el diseño y coordinación de una estrategia de excelencia en materia de investigación, desarrollo e innovación en salud, o la coordinación de la política de investigación sanitaria con el marco estratégico andaluz de investigación, desarrollo e innovación.
Finalmente, en cuanto a su organización y estructura, sus órganos de gobierno serán un consejo rector, que estará presidido por la persona titular de la Consejería competente en materia de salud; y la dirección, que será el máximo órgano directivo del Instituto, y su titular será nombrado por el Consejo de Gobierno a propuesta de la persona titular de la Consejería competente en materia de salud. Tendrá rango de viceconsejería. También contará con un órgano consultivo y de asesoramiento de carácter técnico, científico y formativo, cuyo referente será el consejo asesor; y con órganos de gestión como una secretaría general y direcciones de los centros de actividad.
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