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JOSÉ IGNACIO CEJUDO
GRANADA
Viernes, 22 de marzo 2019, 18:32
La provincia de Granada es también hogar para otras dos especies de procesionaria más allá de la de pino, la más frecuente y temida por su condición urticante sobre seres humanos y animales domésticos, pudiendo provocar incluso la muerte en un contacto muy directo. José Antonio Hódar, profesor titular del departamento de Ecología de la Universidad de Granada y doctor en Biología, informa que además de la 'Thaumetopoea pityocampa' se pueden encontrar en nuestros pinares a sus parientes de verano ('Thaumetopoea pinivora'), «igual de urticante pero con una distribución muy restringida», y la de suelo ('Thaumetopoea herculeana'), «que se alimenta a base de jarillas y herbáceas».
Como señala Hódar, ambas especies son «mucho más escasas» en comparación a la procesionaria del pino, «y no suelen causar problemas». Junto a estas, directamente emparentadas, existen otro tipo de orugas que suelen confundirse con la 'Thaumetopoea pityocampa'. «Es común que en inviernos templados como este último haya explosiones de poblaciones de oruga de los prados ('Ocnogyna baetica'), que causa mucha alarma porque se confunde con la procesionaria, aunque es totalmente inofensiva», remarca José Antonio Hódar.
Otro lepidóptero es la lagarta peluda o 'Lymantria dispar', similar a la procesionaria del pino pero con otros objetivos. «En Andalucía puede verse en encinares y alcornocales, y el año pasado de hecho fue bastante frecuente en algunas partes. Su larva también es urticante, pero como estos árboles están más restringidos a zonas menos urbanas causa muchos menos problemas», indica el profesor de la UGR. «En Huétor y en la Vereda de la Estrella también puede verse a la lagarta de cola parda ('Euproctis chrysorrhoea'), muy urticante pero poco frecuente y asociada al madroño y al melojo», añade José Antonio Hódar.
Ciclos de seis años
El profesor titular del departamento de Ecología de la Universidad de Granada y doctor en Biología remarca que la procesionaria del pino suele mostrar «un ciclo de más o menos seis años en toda Andalucía». «En este tiempo cabe esperar un repunte en su población y, por tanto, una defoliación más fuerte que en el resto del ciclo. Como el último fue en 2015, el de este invierno viene un poco temprano pero no es ninguna sorpresa», asegura José Antonio Hódar.
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