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Una bodega tradicional y dos restaurantes que sirven todo tipo de comida árabe son los tres primeros establecimientos que han sido sancionados por el Ayuntamiento de Granada por incumplir las normas del Pepri Albaicín (Plan Especial de Protección y Reforma Interior). Los tres locales se encuentran ubicados en la calle Elvira y han sido sancionados tras un largo proceso burocrático administrativo que empezó hace más de una año, en mayo de 2017, cuando el Ayuntamiento anunció la intención de multar con 6.000 euros la ocupación ilegal de la vía pública, calles y plazas, y de las fachadas.
La herramienta legal con la que se dotó para acometer este fin fue la publicación de un oficio en el que se informaba de que se pretendía exigir el cumplimiento de todas las normas urbanísticas que refleja el Pepri. Y se precisaba que el municipio no tiene voluntad ni sancionadora ni recaudatoria. De hecho, se empezó con una moratoria de dos meses para la aplicación de la normativa para que todos los comercios y establecimientos se pudieran regularizar sin temor a ser multados. Pese a todo, estos tres locales, la bodega y los dos restaurantes de Calle Elvira, han sido sancionados con un multa que asciende a la friolera de 4.500 euros cada uno de ellos.
Las nuevas normas que deben aplicar todos los establecimientos del Albaicín -tiendas, comercios, hoteles, bares, cafeterías-, están vigentes y son de obligado cumplimiento Se basan en cinco puntos que buscan la deseada uniformidad visual y estética de un barrio que es Patrimonio de la Humanidad. Estos cinco puntos fundamentales determinan lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer en los establecimientos del Albaicín.
Solamente se permite un elemento publicitario por local. Puede ser rótulo o placa adosada a fachada. Los materiales que pueden utilizarse son la madera barnizada o pintada, la chapa metálica, esmaltada o lacada. Excepcionalmente se permite el vidrio o metacrilato. Los colores que se utilicen deberán ser también acordes con la fachada donde se instale el rótulo o placa.
El segundo punto dice que los rótulos deberán situarse encajados bajo el dintel del hueco, ocupando todo su ancho en una banda de altura máxima de cuarenta centímetros. Quedan prohibidos de forma expresa los rótulos en banderola.
El tercer punto obliga a que las placas adosadas a machones de fachada podrán sobresalir un máximo de cuatro centímetros sobre la misma, y sus dimensiones no podrán ser superiores a dos tercios del ancho y un tercio de la altura del machón sobre el que se coloquen, con un máximo de cincuenta centímetros de ancho y ochenta centímetros de altura.
El cuarto punto trata sobre la iluminación y dice que sólo podrán iluminarse las placas o rótulos realizados en materiales opacos. En tal caso, se permitirá únicamente la iluminación mediante elementos led de luz blanca cálida, colocados en la parte posterior de la placa o rótulo, y orientado el haz luminoso hacia la propia fachada o hueco.
Por último, se podrán instalar toldos en calles de ancho superior a cuatro metros, dentro de los huecos de los locales comerciales de planta baja. El vuelo máximo será de metro y medio con retranqueo mínimo de cincuenta centímetros con respecto al borde de la acera. Ningún elemento del toldo desplegado se situará a menos de 250 centímetros sobre la acera. Asimismo, se dictan los colores que se pueden utilizar y que no podrá ponerse publicidad en el toldo, excepto el logotipo o nombre comercial del establecimiento una vez en cada faldón.
Muchos pasos administrativos se han sucedido hasta tener que llegar a este punto de notificar la sanción. Para empezar, tras la firma de este oficio, hace ya más de un año, los inspectores de la concejalía de Urbanismo y los agentes de la Policía Local recorrieron el barrio del Albaicín para informar a los dueños de los negocios. «Sólo se notificaba, no se multaba, porque había una normativa para aplicar las normas del Pepri Albaicín recogidas en este oficio de Urbanismo», explicaba entonces el concejal Miguel Ángel Fernández Madrid.
Ocurrió entonces una situación de lo más complicada. Vecinos, comerciantes y hosteleros estaban de acuerdo en que había que uniformar el barrio, pero criticaron las normas porque eran arbitrarias y pidieron reunirse con la Concejalía de Urbanismo. De esta forma, aunque las notificaciones continuaron, la aplicación y las sanciones se pospusieron. Las asociaciones de vecinos y los comerciantes, en suma, estaban de acuerdo en que había que acabar con el desorden de carteles, rótulos, toldos e iluminaciones, pero querían saber a qué atenerse.
Después del verano pasado, la comisión de Urbanismo de la junta municipal de distrito del Albaicín se reunió con los técnicos de la concejalía y debatieron la primera propuesta de uniformidad para el barrio. Como es habitual, se realizaron aportaciones, hubo diálogo y muchas propuestas, de forma que el documento se enriqueció pero también tuvo que volver a ser redactado para sumar voluntades. En este proceso, el documento redactado de nuevo volvió a manos de los vecinos del Albaicín, quienes finalmente, lo consensuaron.
Ya estaban resueltas de esta forma las peticiones de los vecinos del barrio. Ahora, quedaba pasar por la comisión de Patrimonio de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía que, con fecha de 16 de febrero del presente año, daba su conformidad sin mover siquiera una coma de la propuesta de dictamen elaborada entre Urbanismo y los vecinos albaicineros.
Ya se veía la luz al final del túnel de la burocracia y tras ser aprobado a principios del mes de marzo en la comisión municipal de Urbanismo, llegó a pleno del último viernes del ese mismo mes y, con su aprobación por unanimidad de todos los grupos políticos, se terminaron de colocar todos los astros en su sitio para que el Pepri Albaicín pudiera ser aplicado: «Todos los implicados han sido notificados y hay consenso político, vecinal y visto bueno de Cultura de la Junta de Andalucía», resumió Fernández Madrid.
Los tres establecimientos sancionados corresponden con los locales de calle Elvira números 3, 5 y 9. El informe de inspección de cada uno de ellos es de junio de este año y la infracción urbanística es calificada de carácter grave. Las notificaciones de las sanciones relatan que en los locales referidos «se ha realizado la instalación de elementos de fachada no amparados en autorización administrativa, contraviniendo los criterios establecidos para las mismas, los cuales se concretan... Focos, carteles instalados sobre los machones de las fachadas, rótulos, marquesina en forma de tejado sin licencia».
El concejal Fernández Madrid apunta que «a estas tres primeras notificaciones de sanción se les sumarán este mismo mes otras cinco más, con la que ya son ocho». Pero es sólo el principio: «Tras un año de acuerdos se ha notificado para que cambien y solo se sanciona a quien no hace caso al Ayuntamiento de Granada».
Por eso, añade el edil de Urbanismo, «tenemos otras 67 notificaciones pendientes de revisión para ver si han reaccionado y acondicionado sus locales a las normas del Pepri». Se trata de 44 notificaciones lanzadas a otros tantos establecimientos en calle Elvira; 12 en Calderería Nueva; otros ocho en Calderería Vieja; y tres más en Carrera del Darro. Da la impresión de que la imagen de calle Elvira y las Caldererías a la que estábamos acostumbrados tiene los días contados. De hecho, estos 67 establecimientos serán sancionados si se comprueba que han hecho caso omiso a la notificación de la Concejalía de Urbanismo.
El concejal de Urbanismo también quiere señalar que las infracciones no se han cometido solamente en calles como Elvira, las Caldererías o la Carrera del Darro. «Vamos por zonas, porque la notificación la entrega un funcionario acompañado de un agente de la Policía Local. Tiene su trabajo». Por esta razón, «durante los meses de verano de julio y agosto, las entregaremos en todas las zonas del Albaicín».
Miguel Ángel Fernández Madrid también señala que las notificaciones son para enmendar los incumplimientos y evitar de esta forma las sanciones. De igual forma, las propias sanciones son recurribles, «de forma que, si por ejemplo la bodega tradicional aporta la documentación de que tiene permiso para los carteles que tiene otorgado antes que entrara el Pepri en vigor, se estudiaría el caso de nuevo y bien se rebajaría bien se retiraría la sanción».
Y reflexiona Miguel Ángel Fernández Madrid antes de terminar: «Nos han pedido mano dura con los establecimientos que incumplen la normativa, quieren uniformar el Albaicín y darle una nueva imagen al gusto de todos. Para eso, hay que cumplir unas normas que hemos pactado entre todos, vecinos, comerciantes, Cultura de la Junta y aprobado en el Pleno municipal por unanimidad».
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