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Ordenar las partituras, una de sus ocupaciones. IDEAL
Estado de alarma por el coronavirus | Mi aislamiento: «He dado mi primera clase de canto por Skype y estoy muy contenta»

«He dado mi primera clase de canto por Skype y estoy muy contenta»

Mi aislamiento ·

Mariola Cantarero cumple a rajatabla con las normas –«sólo salgo para hacer la compra»– aprovecha también para terminar el máster final de carrera

encarna ximénez

Granada

Viernes, 20 de marzo 2020, 02:02

Está claro que hay que reinventarse y así lo ha entendido Mariola Cantarero que, ante el aislamiento, aceptó el reto de una de sus alumnas del Conservatorio de Música para dar la clase por Skype. Una experiencia profesional en todos los sentidos aunque le preocupaba que «no todo el mundo se encontrara cómodo en esa situación». Finalmente «fue fantástico», y dio una clase «muy intensa, porque desde la pantalla, se oye de otra manera y cualquier fallo se detecta al momento»; así que, «estoy muy contenta», y vamos a intentar «que todos se animen».

A ella y a su marido, Julio Cendal, también artista, les pilló lejos de casa el momento de las primeras medidas para la contención del coronavirus; y decidieron, cada cual como pudo, volver a Granada donde hace tiempo han establecido su domicilio familiar. Su hijo Julio ha cumplido años coincidiendo con el Día del Padre. Ya sabía que no iba a poder compartir la fiesta con sus primos y amigos, algo que ha entendido porque «en el colegio le habían explicado muy bien lo del virus»; de hecho, «hasta hemos puesto una piñata feísima con el 'bicho', que hemos reventado», sonríe. «Ya lo celebraremos en verano», confirma. Mientras, las manualidades le ayudan a pasar el tiempo, en el que disfruta al máximo de su peque «que se pasa todo el día pegado a mí»; algo lógico cuando sus papás están obligados a viajar continuamente por compromisos profesionales. Mariola es consciente de lo duro que va a ser, no sólo el aislamiento, sino también la repercusión profesional, «tenía la agenda llena de eventos, ahora suspendidos», pero pone la mejor cara a la situación y se dedica como muchas personas a la casa, «a limpiar sobre limpio», afirma con una sonrisa: «mi marido dice que el cuarto de baño parece más grande». Un poco de humor para aliviar el encierro.

Aunque donde viven están un poco aislados, las vistas les compensan. Además, son conscientes de que «hay que quedarse en casa», y, por eso, evita salir salvo para hacer la compra, «pero no me vuelvo loca, me limito a lo necesario». Y no se aburre «porque tengo muchas cosas que hacer». Por ejemplo, ordenar las partituras y, además, como estaba terminando la carrera, ahora va a disponer de tiempo para hacer el máster. «Estaba muy agobiada porque los compromisos profesionales no me lo permitían», y ahora «voy a poder sacarlo adelante». Eso sí que es una forma positiva de ver la vida, «el que no se consuela es porque no quiere».

Tanto ella como Julio mantienen el contacto con la familia a través de las redes sociales; pendientes de que estén bien. Lo que más pena le da «es las ganas de verse que tienen los niños». En cuanto esto pase, volverán los juegos y siempre quedará la música.

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