El último mes y medio de confinamiento por culpa de la alerta sanitaria debido al coronavirus ha ocasionado algún que otro dolor de cabeza para más de un granadino por culpa de los ruidos que hacen los vecinos en las viviendas. La Policía Local de ... Granada ha registrado desde el pasado 14 de marzo hasta el 29 de abril un total de 568 quejas de ciudadanos por ruidos en alguna casa o piso cercano a su vivienda. La cantidad casi duplica a la registrada en el mismo periodo del año anterior, cuando hubo 337 denuncias telefónicas por el mismo motivo.
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«Muchas de ellas fueron al principio del confinamiento, algunas por fiestas, otras por tener la televisión alta o por los ladridos de perros, entre otras», apunta el portavoz de la Policía Local de Granada. La queja más ruidosa ha sido por culpa de una fiesta. Los vecinos del edificio número 40 de la calle Pintor Zuloaga de la capital granadina llevaban cinco días aguantando la música alta, ruidos, golpes en las paredes y orines que caían directamente a la calle desde un piso en la sexta planta. En la vivienda de alquiler residen dos jóvenes estudiantes, uno canario y el otro checo. El día de autos en el que tuvieron que intervenir los agentes también había un chico de nacionalidad suiza. Este trío creó malestar en los vecinos, quienes llamaron a la Policía Local más de tres veces hasta que una pareja de agentes se pudo personar en el inmueble sobre las 5.00 horas.
La música en la sexta planta sonaba demasiado alta como para conciliar el sueño. Las risas, los golpes en el suelo... aquello era «un infierno» tal y como confirmó un vecino a los dos policías locales. Más tarde, las autoridades lo pudieron comprobar en persona. El desmadre de estos estudiantes acabó con dos detenidos. La ordenanza municipal de la convivencia de Granada en su artículo 95.4 prohíbe cualquier tipo de ruido entre las 23.00 y las 7.00 horas del día siguiente, así como entre las 15 y 17 horas para permitir al vecino echarse la siesta sin demasiados problemas.
Respecto al control del ruido, la normativa municipal advierte de que la persona responsable del foco del ruido molesto deberá permitir el acceso a la vivienda o local al personal acreditado del Ayuntamiento.
Las sanciones varían desde los 750 hasta los 1.500 euros en función de la gravedad de la infracción. Otra de las anécdotas curiosas durante este confinamiento también fue protagonizada por jóvenes que estaban celebrando una fiesta en un cortijo de Albolote. «Había más de veinte y cuando nos personamos allí salieron corriendo cada uno para un lado.Logramos interceptar a unos cuantos y los sancionamos», apunta un policía local de Albolote. Por lo general y después de las consultas efectuadas entre las policías locales del Cinturón metropolitano no se han registrado muchas quejas por fiestas en este periodo de confinamiento.
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La actuación de la policía local consiste en acudir a la vivienda donde supuestamente hay demasiado escándalo y se comprueba 'in situ' lo que está ocurriendo. Normalmente, los agentes no tienen problemas para disolver la fiesta y sólo en algunas ocasiones acaban sancionados.
«Las rencillas entre vecinos se resuelven mediante estas denuncias.También es cierto que en estos días de confinamiento no todo son quejas vecinales, también estamos viendo mucha solidaridad y bastantes vecinos que se prestan a hacerle la vida más fácil a personas mayores que viven en su mismo edificio», explica Manolo Martín, defensor de la Ciudadanía en Granada.
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