Fallece Francis, el policía local de Granada que pasó una década encamado tras un accidente

Francisco Javier Martín, el policía local de Granada que sufrió un grave accidente cuando volvía del trabajo hace una década, ha fallecido a los 52 años de edad. Luchador incansable, ha permanecido todo este tiempo ingresado en el Hospital San Rafael, en estado de mínima consciencia. Tras infectarse dos veces por covid-19, en la última ocasión perdió un pulmón y su estado de salud comenzó a empeorar hasta que su sistema respiratorio no pudo más. Deja desolada a Mari Gloria, su adorada mujer, que ha entregado su vida a cuidarlo durante todo este tiempo.

A ella le cuesta hablar sin emocionarse cada pocos segundos. «No sé por qué estas cosas le pasan a la gente buena», asegura. Francis, como ella lo llamaba, era un encanto, muy querido tanto por su entorno como en el trabajo, donde le echan de menos. También está rotos de dolor su hermano y su madre, que han estado al lado de su hijo todo este tiempo. Mari Gloria, su pareja de toda la vida, no sabe tampoco cómo seguir adelante. Al ser ambos de Colomera, se conocieron siendo unos niños y comenzaron a salir en la adolescencia. En total, han estado juntos más de 35 años.

Aquel fatídico día, el 23 de septiembre de 2013, Francis venía de trabajar en su moto cuando se topó con un accidente múltiple que no logró esquivar. Las consecuencias fueron terribles. Le tuvieron que amputar una pierna, aunque la cabeza se llevó la peor parte. «Pensaban que no saldría adelante, que se moriría allí, pero él era fuerte», confiesa su mujer. Lo que más duele es que le quedaba solo un minuto para llegar a casa.

Tras pasar tres meses en un instituto especializado en Barcelona, regresaron a Granada cuando los médicos confirmaron que no habría mejoría. Francis permaneció todo el tiempo en un estado de mínima consciencia, como si mentalmente tuviera tres años. No se comunicaba, simplemente se reía en algunos momentos. Eso sí, se mantuvo intacta la inexplicable conexión entre la pareja. «Lo decían las enfermeras, con la mirada me transmitía lo que le pasaba y yo lo entendía», cuenta.

Ella siempre estuvo al pie del cañón, como lo hizo él antes del accidente. El sueño de Mari Gloria era ser madre, pero no fue nada fácil. Estuvieron doce años intentándolo. Gastaron miles de euros en clínicas privadas, y en todo momento él la apoyó. «Tuvo una paciencia tremenda. Cuando conseguí quedarme embarazada, alquilé la peluquería que tenía y él me cuidó hasta que nació Javier. Lo hacía absolutamente todo para que yo estuviese tranquila», recuerda.

Cuando Francis falleció, el niño, diagnosticado con Asperger e hiperactividad, acababa de cumplir tres años. Mari Gloria no pudo dedicarle todo el tiempo que se merecía, pues pasaba los días encerrada en el hospital junto a su marido. «Mi hijo ha estado muy bien atendido, pero echaba de menos a su madre», lamenta. Y es que la granadina llegaba a primera hora de la mañana para estar con Francis y se iba por la tarde noche. Quería ser la encargada de todos sus cuidados. «No decía ni una palabra, pero con verle una sonrisa yo era feliz, era mi razón de vivir. Psicológicamente es muy duro, porque sabes cuál será el desenlace, pero no cuándo ocurrirá», admite.

Mari Gloria echa de menos a su marido más que nunca. Se acuerda especialmente de aquellos años previos al accidente, cuando disfrutaban de su amor. «Fuimos muy felices», asegura. Ahora se siente desorientada, pero aún le queda mucha vida por delante. Tiene 51 años, un hijo de 13 años al que criar y un sinfín de gente que la arropa. Ninguno de ellos olvidará a Francis, el policía local más encantador que ha conocido el Cuerpo.

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