-kMCF-U210684522238mUD-1200x840@Ideal.jpg)
-kMCF-U210684522238mUD-1200x840@Ideal.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El encanto del Albaicín es también su maldición. Sus calles carismáticas y estrechas, la intrincada y misteriosa manera de entrar y salir, el embrujo constante que atrae a miles y miles de turistas cada día... todo eso que convierte al Albaicín en uno de los barrios más hermosos del mundo es, al mismo tiempo, el tumor que deja en una cruda soledad a cientos de personas mayores, vecinos para los que salir de sus casas se ha convertido en un enorme problema. Así se desprende de un estudio diagnóstico sobre la situación de soledad no deseada en el colectivo de personas mayores del barrio, realizado por el Centro Municipal de Servicios Sociales Albaicín y financiado con Fondos Feder.
La soledad no deseada, según afirma el estudio, «es un fenómeno social muy complejo» al que difícilmente se puede achacar una única causa. «Circunstancias y problemáticas asociadas que se retroalimentan, como problemas de salud y precariedad o riesgo de exclusión». Porque, más que la soledad en sí, la cuestión es sentirse solo, algo de lo que «ciudadanía, administraciones públicas y otras entidades de la sociedad tienen una gran responsabilidad».
Noticia relacionada
Sin embargo, sí que hay una razón que pesa más en esta soledad no deseada. Un problema íntimamente ligado a la esencia del Albaicín: su orografía. El trazado urbanístico del barrio, declarado Patrimonio de la Humanidad, provoca, subraya el estudio, «aislamiento y falta de movilidad y accesibilidad de las personas mayores conforme el envejecimiento avanza y va repercutiendo en su deterioro físico y de salud». Efectivamente, la falta de accesos y el hecho de que los mayores vean limitada su capacidad de movimiento provoca que se diluya su deseo de relacionarse. «Esta es una situación específica del Albaicín y no se da en la mayoría de barrios de Granada –destaca el estudio–. Por ello es necesario crear una estrategia específica que tenga en cuesta esta particularidad».
En el Albaicín hay censados 7.095 habitantes, de los que 1.268 son personas de 65 años o más (17,9%), con 999 hogares unipersonales (33,9%, de un total de 2.946). El primer paso para afrontar este problema de soledad es pedir ayudar. Y eso no siempre sucede. «Se observa que el nivel de soledad, el grado de deterioro de la persona, está relacionado con la forma en que se conoce el caso. Es decir, si ha sido por voluntad propia, por derivación del equipo sanitario o a través de vecinos». Así, cuanto más se tarda en acceder a los servicios públicos, es más probable que el problema se haya agudizado, «con una mayor dejadez y peor salud mental y física, lo que dificulta poder salir de la situación de soledad».
La necesidad más urgente de las personas que padecen soledad no deseada es la de tener compañía, la de poder hablar con alguien y establecer vínculos reales que les hagan sentirse que no están solos. Ese papel en gran medida correspondería a los más jóvenes, pero aquí viene otro problema añadido: los jóvenes se van del barrio. «Esa pérdida de población joven produce directamente el debilitamiento de la red de apoyo para las personas mayores», indica el estudio. «Además, las mujeres son más vulnerables en la medida en que ciertas circunstancias sociodemográficas que repercuten en la soledad no deseada «son factores que afectan más a las mujeres mayores, como tener pensiones no contributivas o la precariedad económica».
Otro de los grandes temas que afronta el estudio del Centro Municipal de Servicios Sociales Albaicín es el turismo y el uso de los espacios públicos al aire libre. «La afluencia de visitantes, la ampliación de las terrazas de bares y restaurantes, el aumento del tráfico y la realización de algunas prácticas como el consumo de alcohol y otras sustancias producen inseguridad en las personas mayores», afirman. Una situación que impide a los mayores disfrutar del potencial que tienen estos espacios como lugares de relación social. «Los vecinos tienen que recuperar la plaza».
El estudio termina proponiendo una estrategia de actuación para todas esas personas que, por limitaciones físicas y de salud, no pueden desarrollar la interacción social. «Los problemas de salud pueden producir un aislamiento obligatorio, que van a sentir sobre todo aquellas personas que más han participado en actividades y en la vida del barrio, y la echan de menos. Esta situación parece repercutir en la salud mental, en un estado de decaimiento y de sentimiento de soledad», termina antes de recordar, una vez más, la responsabilidad que ciudadanos, administraciones y entidades tienen para con los mayores del barrio.
El estudio diagnóstico sobre la soledad no deseada se enmarca en la operación 'Desarrollo urbano y social del barrio del Albaicín', dentro de la estrategia Edusi del Ayuntamiento de Granada. Por tanto, subrayan desde el consistorio, «no es un problema que no sea ajeno». Amparo Arrabal, concejala de Política Social, Familia, Discapacidad y Mayores, señala que el estudio se realiza «para conocer de primera mano las necesidades y demandas de las personas mayores del barrio». Así, la concejala asegura que se está abordando de manera «interdisciplinar» para involucrar a diferentes sectores: educación, intervención social, administraciones públicas… «Debemos intervenir en los factores que estén produciendo la situación de soledad: acceso a la vivienda, pobreza, dificultades de acceso a servicios sanitarios, malestar psicológico, etc».
Arrabal señala que el equipo técnico de Servicios Sociales trabaja a diario, «desde muy cerca», para coordinar la respuesta entre instituciones. Con respecto a los accesos y la movilidad, el gran problema del barrio, destaca que hay una rehabilitación en marcha en torno a la Cuesta Alhacaba y otras calles del barrio, dentro del programa Edusi, «que permitirá mejorar en esta aspecto y mejorará el acondicionamiento del espacio público».
El Ayuntamiento, además, en colaboración con la Fundación La Caixa, ha puesto en marcha un programa de voluntariado para que jóvenes acompañen a los mayores del barrio que sufran soledad no deseada. «Ante el uso de espacios públicos –añade Arrabal–, vamos a tratar de resolver esta preocupación cuidando y animando a los vecinos a que sigan saliendo a las plazas para disfrutar de su maravilloso barrio». Por último, recuerda que el Centro Municipal de Servicios Sociales y los Centros de Participación Activa del barrio tienen sus puertas abiertas, con un amplio programa de actividades y recursos de fácil acceso. «El Albaicín es un barrio precioso al que queremos que vengan muchas personas para verlos, pasearlo y disfrutarlo, pero también estamos velando para que los vecinos puedan sentirse cómodos y, por supuesto, acompañados».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Álvaro Soto | Madrid y Lidia Carvajal
Cristina Cándido y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.