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Los familiares de Diego López Ruiz, el ingeniero granadino que lleva desde Navidad retenido en Vietnam, están desesperados. Llevan sin ver a Diego desde que el pasado 25 de diciembre viajó a la capital del país vietnamita para testificar de forma voluntaria en la ... investigación que están realizando por la aparición de unas grietas en una autovía de la que él había sido el jefe de obra. Ha pasado ya más de un mes desde que las autoridades le requisaran el pasaporte para mantener retenido al ingeniero granadino, y no saben qué hacer para ayudarle a regresar a casa. «Hemos llamado a todas las puertas posibles, pero nadie hace nada por él. Nos sentimos muy impotentes y muy enfadados, porque lo han abandonado a su suerte», relata Andrés López, hermano de Diego.
Andrés pidió ayuda a la Subdelegación del Gobierno en Granada para que mediara por él y le ayudara a salir de esa «injusta» situación. Se presentó en la sede de la Subdelegación para pedir ayuda, pero nadie le recibió, así que registró su requerimiento de forma telemática. Lo hizo el 7 de enero y asegura que no obtuvo respuesta. También probó suerte con la Subdelegación en Murcia, ya que, aunque sus padres viven en Granada y Diego ha residido gran parte de su vida en la provincia nazarí, nació en un pueblo murciano. «Se supone que pronto se reunirán con nosotros», recalca Andrés. También han contactado con el Ministerio de Exteriores, la embajada y el consulado, pero no han respondido a sus plegarias.
Desde el ministerio de Exteriores confirmaron ayer a este periódico que se habían interesado por el caso del ingeniero, pero que no pueden hacer más que recomendarle que contacte con un abogado –le facilitaron una lista–, porque no pueden interferir con una investigación abierta. «Mi hermano dice que no quiere coger un abogado porque allí las cosas se interpretan de forma distinta», apunta el hermano del ingeniero.
Desde la Subdelegación del Gobierno granadino afirman, por su parte, que cuando conocieron el caso de Diego se pusieron en contacto con la embajada «de manera inmediata». Según explican estas fuentes, la embajada respondió señalando que conocían la situación, que estaban en contacto con él y realizando gestiones oportunas ante las autoridades de allí, información que indica que también se trasladó a la familia. «La Subdelegación está abierta a cualquier otra consulta o actuación, siempre dentro de sus competencias», explican desde este organismo que traslada cualquier otra medida al Ministerio de Exteriores.
Diego López llegó en 2015 a Vietnam para trabajar como jefe de obra de la multinacional española OHL en la construcción de una autopista llamada 'Da Nan Quang Ngai Expressway Project, Package 7'. Allí estuvo hasta 2017, cuando el proyecto acabó. Tal y como cuenta el ingeniero, durante su construcción alertó a la autoridad competente de la posibilidad de que salieran grietas en el firme a causa del diseño de la misma. Incluso afirma que aportó posibles soluciones para que estos defectos no se produjeran, pero que el contratante las rechazó. Cuando terminó la obra, Diego dejó Vietnam para seguir trabajando en Estados Unidos. Pero hace unas semanas, recibió la llamada de un antiguo compañero que le contó que estaban investigando la aparición de estas grietas. El granadino asegura que intentó ponerse en contacto con la empresa y con la embajada y el consulado para intentar ayudar, pero no recibió respuesta alguna, por lo que decidió volar a Vietnam para testificar de forma voluntaria y ayudar a su compañero.
«Le dijimos que no fuera, que por bueno iba a acabar mal. Lo tienen de rehén y las instituciones no hacen nada por ayudarle. Está siendo un peón porque él no tienen nada que ver con todo esto y, por intentar ayudar a alguien y hacer algo bueno por los demás, está atrapado en un país sin saber siquiera cuándo podrá salir», explica su hermano. «Mi hijo salió pensando que en unos días estaría resuelto y de vuelta. Fíjate si pensaba que iba a ser rápido que dejó el coche en el parking del aeropuerto. Y allí está, desde hace un mes», relata el padre.
La empresa OHL, por su parte, asegura que la investigación que se está llevando a cabo en Vietnam por la aparición de grietas en la carretera tenga que ver con su empresa y señala que no han recibido ninguna comunicación institucional de ese país en relación con sus actuaciones. Además, fuentes de la compañía indican que el tramo de la carretera que se investiga no ha sido ejecutada por OHL, por lo que «no tenemos nada que ver en esto».
Para la familia de Diego, cada día es una «agonía». Así lo narra su hermano: «Todo esto es absurdo. No tiene sentido. A veces hasta pienso en ir a ayudarle, pero sé que será hasta peor. Solo queremos que vuelva».
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