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La primera botella descorchada en la administración mixta de lotería número 37.080 de la calle Tejeiro de la capital de Granada, entre Alhamar y Pedro Antonio de Alarcón, no fue suficiente. Era una sencilla pero sabrosa sidra-champán (esa maravilla inventada en España para brindar con humildad la felicidad familiar), eso sí, ecológica.
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Laura Velasco
No fue suficiente para el alegrón que llevaban metido entre pecho y espalda Lucía Rodríguez y su hija, Lucía Bartolomé Rodríguez. Acababan de saber que habían repartido la suerte en la Lotería del Niño al haber vendido al menos un décimo del número agraciado: el 72.289. Así que sacaron al mostrador una botella de champagne Moet Chandon, porque la ocasión realmente lo merecía.
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«Llevo 44 años esperando este momento», repetía sin cesar Lucía Rodríguez a los periodistas congregados, a los clientes que venían a comprar el IDEAL o a jugarse los cuartos en más lotería o la Bonoloto. «Es el premio más importante que he dado en toda mi vida», confirmaba su experiencia vital desde la calle Tejeiro, 27 en la Libería Alfahuara que también es la sede de la administracióin de lotería.
A su lado, sus dos hijos, Francisco y Lucía, con sendas sonrisas de alegría, porque saben que haber repartido parte de este segundo premio es lo mejor que le podía pasar este día de Reyes. «Me ha llamado un buen amigo que se ha enterado el primero de la noticia. Rápidamente, le he llamado a mi madre, que estaba en casa, que vive aquí cerca, y ha bajado corriendo emocionada. Sabía que era la persona que más ilusión iba a tener al saber la noticia», explica su hijo Francisco.
«Por fin hemos repartido la suerte», explica de nuevo Lucía. «Es que resulta que todos los años nos preparamos para dar la gran noticia y nada, tenemos que aguantarnos. Pero fíjate, que estamos en racha». Y ya puestos, se emociona del todo y cuenta: «Es el momento de cubrir más objetivos». Y los comparte: «Ahora quiero repartir el Euromillón, que también reparte mucho dinero, que todo el mundo lo necesita».
«De momento confirmamos que hemos vendido en máquina un décimo, pero para nosotros te aseguro que es como si hubiéramos repartido una serie completa», se sincera Francisco hijo, que da muchísima importancia a haber repartido este viernes 6 de enero el segundo premio del Niño. «Piensa que el abuelo Chalo fue de los primeros en vender las Quinielas en Granada, y lo llevamos en la sangre», recuerda.
«Es que en la familia estamos iluminados», reconoce Lucía hija, justo antes de que su padre, Francisco Bartolomé, «Paco de Lucía», le decimos, porque se casó con nuestra madre», entre en el establecimiento y para fundirse en un abrazo de amor con su esposa.
Paco, el del quiosco Chalo de Plaza Nueva, sabe lo que siente su madre y su hija, sus dos Lucías. Él mismo repartió el pasado 22 de diciembre la suerte del Gordo de Navidad. En esta ocasión fueron dos décimos del 05490, que junto a otro boleto vendido en Almuñécar sumaron 1,2 millones de euros.
Descorcha entonces Paco la botella de Moet Chandon. La familia de la suerte de la Lotería de Granada se abraza.
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