Intenta entrar en la cárcel de Granada forrado de drogas y ansiolíticos tras un permiso

Ocurrió el 28 de mayo de del año pasado en la prisión provincial de Albolote. El sospechoso regresaba al penal tras disfrutar de un permiso y se topó con un control antidrogas. No lo superó. Era una 'farmacia andante', según se deduce de la lectura del escrito de acusación elaborado por la fiscalía de Granada, que reclama que el procesado sea condenado a cuatro años de cárcel por la supuesta comisión de un delito de narcotráfico.

El interno en cuestión iba 'relleno' por dentro y por fuera de drogas y potentes medicamentos ansiolíticos, unos compuestos que están indicados para paliar los síntomas de determinados trastornos nerviosos, pero que también son consumidos por los adictos a los estupefacientes para calmar el síndrome de abstinencia.

El afilado olfato de un perro entrenado para detectar narcóticos y una radiografía arruinaron el intento del convicto de introducir en el penal heroína, cocaína, hachís, 76 píldoras para combatir la ansiedad y casi nueve gramos de lyrica en polvo, un fármaco que mitiga dolor.

Como curiosidad, los funcionarios del centro penitenciario también confiscaron al preso una pastilla de viagra y «un bote con supuesta orina de otra persona», detalla el ministerio público el resultado del registro interno y externo. «(...) Por razones de seguridad, se acordó pasar el perro de la unidad canina a todos los internos que reingresasen en el mismo tras haber disfrutado de permisos de salida, siendo así que al llegar el acusado (a la sazón, interno de dicho Centro), los funcionarios pasaron el perro al mismo, marcando el can al acusado en la zona de la entrepierna repetidamente, tanto por la zona delantera como por la zona trasera, razón por la que se procedió a efectuarle un cacheo, siendo entonces cuando el acusado hizo entrega de un par de envoltorios que contenían. Seguidamente y, como quiera que existían sospechas de que portase algo más en el interior de su cuerpo, fue sometido a placa radiológica, accediendo el acusado voluntariamente a hacérsela, lo que permitió constatar las sospechas referidas», relata la Fiscalía Provincial de Granada el desarrollo y el desenlace de la intervención.

El ministerio público no alberga dudas de que las sustancias incautadas «estaban destinadas y preordenadas por el acusado a su venta y distribución a terceras personas», es decir, que el presunto narco pretendía trapichear con ellas en el interior de la prisión de Albolote.

El valor que habría alcanzado la venta de los estupefacientes en los patios de la cárcel sería de unos mil euros, según los cálculos de los expertos en la materia.

Además de los cuatro años de encierro, la fiscalía también solicita que el encausado sea condenado a un pena de multa de 2.953 euros.