Belén Rueda está sentada en los escalones del Palacio de Congresos, esperando a alguien. Son las dos de la madrugada del domingo 9 de febrero y los Goya de Granada terminaron hace rato. Todos los que pasan al lado de la actriz, le comentan el ... vestido alhambreño. «Es precioso, Belén, enhorabuena». De repente, el interior del edificio explota con un guitarreo poderoso. En el escenario del hall, comienza el concierto de Lagartija Nick, y la batería de Eric Jiménez llama la atención de Ester Expósito y Carolina Yuste, que cruzaban por las mesas en busca de una hamburguesita. Bayona y Amenábar charlan en un rincón, en la planta de abajo. En el patio exterior, Jorge Drexler mira las vistas de Granada, buscando quizás algo de inspiración, al otro lado del río. Mires donde mires hay alguien que, normalmente, están dentro de la tele.
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Tras la actuación de los Lagartija, subió al escenario el actor Carlos Areces, que hizo las veces de DJ con una sesión memorable. El tipo no dejó de moverse ni un solo segundo. Si había alguien cansado, el zarandeo musical de Areces lo devolvió al mundo de los vivos a ritmo de 'Video Killed The Radio Star', 'Ain't No Mountain High Enough', 'Dont Stop Me Now', 'New York, New York', 'Volare' o el 'Voglio Vederti Danzare' de Franco Battiato, el tema perfecto para poner banda sonora a los granadinos presentes.
En la fiesta de los Goya era muy fácil distinguir a los granadinos. Mientras los invitados y académicos de fuera buscaron un sitio en el que pasar la madrugada, la mayoría de granadinos se convirtieron en una suerte de coches de Scalextric, dando vueltas por el Palacio de Congresos sin parar, a ver a quién se encontraban -para qué lo vamos a negar, era algo muy divertido-.
El granadino Javier Recio, ganador del Goya por 'La dama y la muerte' en 2010, entregó un premio durante la gala. Él se trajo invitados a tres amigos y grandes artistas del cómic y la ilustración: Kenny Ruiz, Óscar Jiménez y Beatriz Iglesias. No fueron los únicos -el cómic es poderoso en Granada-, también estuvieron los multipremiados Sergio García y Lola Moral. En la parte del cine, José Sánchez-Montes, de rojo zambra, y Manuel Sicilia, fueron magníficos anfitriones para sus colegas de fuera.
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De la UGR, Domingo Sánchez-Mesa, Carlos Centeno y Marga Sánchez Romero. También personalidades destacadas como Laura García-Lorca, María Pérez, Pepe Rodríguez, Jesús Lens, Mariola Cantarero, Antonio Arenas, o Juan Alberto, Migue Haro y Andrés López, los -añorados- Niños Mutantes, entre tantos otros. Y mientras Areces pinchaba a los Lori Meyers, en la planta de arriba charlaban y reían Juanma Moreno, Rocío Díaz, Francis Rodríguez y Marifrán Carazo. «Ha sido una buena noche para Granada», sentenció la alcaldesa.
La fiesta de los Goya, por momentos, parecía una boda que se ha ido de madre. En el pasillo del fondo, había el típico photocall con cosas para disfrazarte: gafas, sombreros ridículos, antifaces... Y, al lado, la cámara 360 que no paró de dar vueltas y vueltas. Cerca de allí, estaba uno de los salones para relajarse, con un pequeño concierto de flamenco fusión. Pero pocos eligieron estar allí, la verdad, porque fuera estaba Carlos Areces, al que habría que darle los mandos de la gala el año que viene. Los Goya de Carlos Areces no fallan. «Its The Final Countdown!!». Temazos.
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Fuera, en la calle, la música se escuchaba desde el río.
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