Una fiesta rave impide a vecinos de Granada llegar a sus huertos y obliga a intervenir a la Policía Local

El peculiar suceso ocurrió al amanecer de este pasado 16 de noviembre en las ruinas del antiguo Hipergranada, el primer establecimiento de estas caracterísiticas que hubo en la ciudad, pero que fue clausurado por no contar con licencia y haber sido proyectado en terreno agrícola en 1975.

Con el paso del tiempo, el lugar se convirtió e una zona de botellones y en una pista de derrapajes para los vehículos tuneados, una 'costumbre' que, a la vista de los hechos, todavía perdura.

Al parecer, y según los testimonios recogidos por este periódico, los participantes en la celebración a la intemperie provenían de otra rave que había 'florecido' en las afueras de una sala de fiestas de la capital y que también había desatado las quejas de los residentes.

La intervención de las fuerzas de seguridad disolvió la concentración, pero los más contumaces se dirigieron entonces hasta los restos del viejo Hipergranada y allí les sorprendió la mañana.

No era la primera vez que la Policía Local tenía que actuar en este punto de la ciudad. Con cierta periodicidad, se reproducen esta clase de aglomeraciones de público a las que acuden vehículos-discoteca para 'amenizar' las veladas, una banda sonora que, como es natural, genera molestias al vecindario.

Esta vez, fueron más de 200 las personas que se congregaron ante el local en cuestión para bailar al son de las músicas que salían de los altavoces instalados en furgonetas y coches.

Cuando llegaron las patrullas de la Policía Local, una parte de los juerguistas se desplazó hasta el Hipergranada para continuar con la fiesta, lo que generó las quejas de los agricultores que querían acceder a las parcelas cercanas a dicho inmueble.