Samantha Robles, la estudiante que llegó al examen tras sortear la manifestación. Javier Martín

El final de la estudiante de Granada que lloró ante los agricultores: «Todo fue muy surrealista»

Samantha Robles se bajó del vehículo en mitad de la GR-30 para suplicar a los manifestantes que la dejaran pasar para llegar a tiempo a un examen de la UGR

Pepe Moreno

Granada

Miércoles, 7 de febrero 2024, 17:58

Samantha estudia Ciencias Ambientales en la Universidad de Granada, pero vive en Salobreña. Aunque durante el curso reside en la ciudad de la Alhambra, en los exámenes le gusta estar en casa de su familia porque se concentra mejor. Este martes tenía una de esas ... pruebas. Esta joven de 21 años no tiene carnet de conducir, por lo que sus padres la llevaron hasta el Campus de Ciencias de la UGR. Al llegar a la Circunvalación de Granada, a la altura del PTS, se encontraron con un gran atasco. «Pensamos que era un accidente, pero cuando llevábamos media hora en el coche nos dimos cuenta que tenía que ser otra cosa», afirma la estudiante. Lo que ella y su familia tenían delante eran las protestas de los agricultores que este martes colapsaron la Circunvalación de Granada.

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Lo que pasó después seguramente lo haya leído en IDEAL porque se convirtió en viral. Samantha no se lo pensó. Cuando vio a los manifestantes en mitad de la GR-30 su impulso le pudo más que su cordura. Se bajó del coche sin mediar palabra y llegó a la carrera hasta la barrera de trabajadores del campo que pedía mejoras en el sector. Entre llantos, se plantó delante de ellos y les lanzó su súplica. «Tengo un examen a las 4 de la tarde, por favor, dejadme pasar». Los agricultores se miraron y no daban crédito. Tampoco se lo pensaron dos veces. Dejaron avanzar a la fila de coches en la que se encontraba el coche de los padres de Samantha. Eso sí, cuando pasó su vehículo volvieron a cortar el tráfico para continuar con sus demandas al Gobierno.

«La verdad es que fueron muy amables, les tengo que dar las gracias a los agricultores por dejarnos pasar», relata la joven a este periódico, ya entre risas y con los nervios extinguidos. Pero lo que a todo el mundo le interesa es que sí, que llegó al examen a tiempo y lo pudo realizar. «Bueno, a tiempo tampoco llegué porque entré unos quince minutos tarde, pero el profesor, cuando me vio la cara de descomposición y los ojos rojos que llevaba, me dejó entrar sin preguntarme nada», no sabemos si es que el responsable de la asignatura sabía el problema de movilidad que había en ese momento en la ciudad o que confió en la buena responsabilidad de esta alumna de Salobreña. «Yo creo que como siempre llego a mi hora a las clases, pues supo que me había pasado algo», confía.

«La verdad es que los agricultores se hicieron un favor al dejarme pasar. El examen que tenía era de Técnicas de evaluación, gestión, conservación y recuperación de suelos»

La desesperación de Samantha venía porque era un examen de recuperación. Si suspende, el año que viene tiene que volver a hacer la asignatura y, obviamente, pagar la matrícula. Lo que sería una mala noticia para ella y para sus padres. Lo segundo que más le puede interesar a los curiosos es cómo le salió la prueba. «Pues no lo sé, porque iba tan nerviosa que no lo sé». Pero luego acepta que cree que ha aprobado porque suele sacar buenas notas.

«La verdad es que los agricultores se hicieron un favor al dejarme pasar. El examen que tenía era de Técnicas de evaluación, gestión, conservación y recuperación de suelos, así que si apruebo les puedo ayudar en un futuro», dice entre risas después de toda la tensión vivida. «Todo lo que me pasó fue muy surrealista: la manifestación, bajarme en la autovía, salir en el periódico. Ya tengo historia para contarle a mis amigas», bromea.

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Tras el episodio de estrés vivido, a esta joven granadina le sobran los chascarrillos, porque peor rato que el que tuvo el martes no lo volverá a vivir con una prueba de evaluación. «Solo le pido a los agricultores que si se quieren manifestar, que lo hagan, yo los apoyo. Pero que no lo hagan en época de exámenes porque a los estudiantes no nos viene bien».

Para saber si Samantha ha aprobado, habrá que esperar a que el bendito profesor que la dejó pasar corrija el examen. Sin duda, tras haber llegado hasta su pupitre con todo lo que pasó, se merece, por lo menos, un notable.

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