![«Hay muchas formas de convencer a un machirulo para que sea feminista»](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2024/05/12/natividad-kb1E-U22076286255WEI-1200x840@Ideal.jpg)
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Estamos en el parque de la Teta, llamado así en Maracena porque había una fuente de la que manaba agua del pecho de una mujer. Ya no está, la han quitado. Ahora hay unos columpios de colores para los peques y nadie sabe cómo se ... llama esta plaza que hay frente por frente a la guardería y el centro de la mujer. Maracena sigue siendo el municipio más pequeño de la provincia de Granada y ya cuenta 23.000 vecinos. No caben muchos más. También es el primer pueblo de toda la provincia que tuvo una asociación de mujeres. La fundó Nati, Natividad Bullejos, maracenera, octogenaria y feminista que luce un pañuelo morado para la sesión fotográfica de esta entrevista. No es coquetería, es lucha. Esta es su historia.
–¿Cuánto tiempo has tardado en elegir la ropa para hoy?
–No soy muy de elegir la ropa, lo primero que pillo me lo pongo. Bueno, me he puesto el morado porque sabía que íbamos a hablar de feminismo. Era muy respondona. El entorno era machista. Mi segunda madre era más machista que mi madre, y mi padre más machista que ella. Yo les salí respondona a ellos y a la sociedad. Yo era feminista sin saberlo.
–¿Cómo resume sus ochenta años de vida?
–Mi vida ha sido muy difícil, desde que me quedé sin madre con cinco años. He trabajado en el campo mucho.
–¿Qué significa ser feminista hoy en día?
–El feminismo ha tomado tal fuerza que hoy por hoy es lo más revolucionario que hay. Por eso Vox no nos quiere ni benditas. Antes era el feminismo de las mujeres. Hoy no. Hoy el feminismo se ha trasladado también a los hombres, porque así es la igualdad. El feminismo es la igualdad de todas las personas.
–¿Por qué es revolucionario? Porque uno piensa en revolución y piensa en barricadas...
–No, no y no. Revolución es una cosa y la guerra es otra. Revolución es hacerle entender a la gente lo que conviene a una sociedad. Y ser feminista es igualdad entre todos los seres humanos
–Con la herramienta del feminismo se acaba de cargar de un plumazo, el racismo, la xenofobia y el fascismo...
–Totalmente. El feminismo es una herramienta para combatir el racismo, la xenofobia, el fascismo. El feminismo es igualdad, entonces tiene que ser así. Me da igual que seas gitano, que musulmán o lo que sea. Todos tenemos derechos. Y deberes.
–Me temo que el feminismo, al final, no es más que otra utopía.
–No renuncio a la utopía. 'Vamosavé', aunque no la consigamos nunca. La utopia hace que avancemos y no paremos.
–¿Cómo convencer a un machirulo de que el feminismo mola?
–Hay muchas formas de convencerle. Primeramente, explicarle que todo lo que nos han enseñado de aquí hacia atrás no ha sido normal, pero lo hemos visto normalizado. El machismo no es normal. Sucede que han sido educados en eso. En que los hombres están por encima de las mujeres. Y eso es una normalización que no está bien.
–¿Y cómo se desaprende el machismo?
–Tienen que razonar que les han metido en la cabeza algo que no es normal. Y lo han normalizado porque se creen que les ha beneficiado, y la verdad es que no. Los hombres no han sido beneficiados por ser educados en el machismo. Un ejemplo, dejaron de estar con los niños y se han perdido un montón de cosas.
–¿Cómo descubres el feminismo?
–Era feminista sin conocer la palabra. Así que fui muchos años feminista sin saberlo. Por ejemplo, he trabajado en el campo. Trabajaba a la par de los hombres, pero no podíamos compararnos. Se ponía entonces el ejemplo de que las mujeres no van a la guerra, salvo excepciones. Yo respondía que 'a mí me van las excepciones'. Me gusta recordar lo que me sucedió una vez cuando cavaba naranjos en el campo con mi padre. El dueño vivía en la finca y nos veía trabajar. Cuando llegó la hora de pagarnos, mi padre le dijo que 25 duros para él y 20 duros para mí. Eldueño de la finca le preguntó entonces, '¿Cuántos naranjos ha cavado más usted que su niña?' Respondió que ninguno, algo que el dueño sabía porque los había estado observando. Entonces, la pregunta saltó:'Entonces, ¿cómo me pide por ella un precio y por usted otro?'. La respuesta de su padre no dejó duda alguna:'Porque ella es una mujer y yo soy un hombre'.
–Le sentaría fatal, claro está...
–Me harté de llorar. Le dije a mi padre, que un hombre de la calle me había valorado más que él mismo.
–Al lío. ¿Cuándo descubriste que eras feminista?
–(La historia es larga) Vine en 1961 a Maracena. Hubo una 'caída', una redada y metieron en la cárcel a un montón de personas por rojas, por comunistas. Yo tenía 17 años y mi padre me mandó con dineros para los presos políticos. Mi padre se pasaba de solidario. Estuvo en la cárcel y no lo mataron de chiripa. Eso sí, teníamos todos tierras y nos quedamos sin ellas. A mi padre lo metieron preso porque se llamaba José Bullejos y lo confundieron con un sindicalista muy activo que fue el primer secretario general del Partido Comunista. A los tres meses se escapó de la prisión.
–Retomemos el hilo, decías que llegaste a Maracena con los dineros para los presos políticos...
–Ya me enteré a quién se los tenía que dar. Y dio la casualidad que se los tenía que dar a Pepe, que luego fue mi marido.
–¿Fue un flechazo?
–Para nada. Yo no me quería casar porque mi madre me decía:'Cuando te cases ya verás la de palos que te van dar, más palos que al mulo un trillero'. Y yo que soy respondona decía que no me iba a casar nunca.
–Ya instalada toda la familia en Maracena después de pasar por Badajoz dejaste el campo...
–Sí. Empecé de aprendiz en una peluquería y luego me instalé por mi cuenta.
–Y empezaste con el feminismo...
–Claro, cuando me enteraba de alguna manifestación de la Universidad, pues yo iba. Y me enteré de que iban a tener una reunión. Y me planté allí. Me preguntaron que por qué había ido, les dije que quería pertenecer a su asociación. Entonces me preguntaron qué pensaba, y allí me desnudé y les conté todo lo que llevaba dentro. Les dije que no veía bien la sociedad que había. Fue cuando me dijeron: 'Nati, más que comunista tú eres feminista'. '¿Y eso qué es?', pregunté. Me explicaron que el feminismo es la igualdad. Y entonces dije que sí, que era feminista.
–¿Cómo era ser feminista en aquella época?
-El Movimiento Democrático de la Mujer (MDM), donde milité, estaba muy metido en el Partido Comunista. Era más político que feminista. Me dijeron que tenía que montar el MDM aquí en Maracena, y no pude porque estaba fichada por la Guardia Civil. Me habían fichado en la iglesia cuando la huelga del 70. Y llevaba una corona de flores de uno que habían matado y en un momento dado, todos se hincaron de rodillas, pero yo como soy atea no lo hice, y entonces me vieron. Resulta que estaba ya para venir la Democracia, pero el MDM no había sido capaz de sacar a las mujeres de sus casas. Y había que ir por toro lado. ¿Por dónde? Por el feminismo, y así cada mujer en su pueblo tenía que organizar una asociación feminista. El feminismo consistía en sacar a las mujeres de las casas, pero sin decir que eras feminista. Teníamos tantas cosas que reivindicar, como los anticonceptivos. Fundé la asociación tras la muerte de Franco.
Natividad Bullejos es madre, esposa, abuela, peluquera, agricultora, comunista, sindicalista, feminista, utópica, soñadora, combativa, valiente, arrojada, contestona, protestona, feliz, amable, educada, simpática, tierna, comprometida, roja, maracenera y olé, ante todo, sobre todo, por encima de todo, Natividad Bullejos es una persona. «Una persona como todas». «Una persona igual que las otras personas». Es su mantra feminista, su idea del movimiento que ahora, a sus ochenta años, dice que está más vivo que nunca porque es una fuerza revolucionaria.
–No sería sencillo ser la primera asociación de mujeres de Granada...
–Para nada. Al morir Franco desapareció la Sección Femenina, y nacieron las asociaciones de amas de casa. Nos costó dos años convencer al gobernador civil de que no queríamos ser amas de casa sino una asociación feminista. Le argumenté que estaba legalizado hasta el Partido Comunista y que a nosotras no nos dejaban ser feministas. Nos costó dos años de trabajo. Franco había hecho un trabajo atroz. El feminismo estaba demonizado.
–Ahora, ¿cómo ves el feminismo. Cuál es la lucha?
–Ahora la lucha es la igualdad. Hay una controversia entre asociaciones feministas. Pero lo tengo claro. Antes de los sexos están las personas. No rechazamos a los/las transexuales.
–Una vez que Franco está muerto, ¿no parece que vuelve?
–Vox está en ello. A mí me han pedido firmas por Whatsapp para que ilegalicen a Vox, y digo que no, porque nuestro trabajo tiene que ser convencer a la gente para que no les vote. Una vez que están dentro del Parlamento no firmo para que los ilegalicen. Hay que trabajar para que no les voten. La ciudadanía merece todos mis respetos.
–¿-Se ha avanzado algo con lo de 'ciudadanos y ciudadanas', 'todos y a todas'?
–Suelo decir 'a todas y a todos', y sí se ha avanzado.
–¿Y a todes?
–Eso es lo que yo ya, mira, no me saquéis más cosas que yo ya me hago un lío. Que sí, que es todes, pero que yo ya me lío, aunque lo digo. Para mí son todos iguales, por encima del sexo están las personas.
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