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Javier Morales
Granada
Lunes, 15 de marzo 2021, 00:28
Las autoescuelas insisten: «No tenemos la culpa». En la provincia de Granada hay 12.000 aspirantes a conductor que están atascados a la espera del examen práctico:han aprobado ya el teórico, han superado la prueba en circuito –en el caso de las motos– ... o suspendieron y no tienen fecha para el segundo test. La demora supera, en algunos casos, el medio año. En este contexto, los centros formativos recuerdan que no son ellos los responsables del retraso y atribuyen esta situación a la falta de examinadores en la provincia.
La Asociación Provincial de Autoescuelas de Granada ha difundido esta semana una carta dirigida a los aspirantes al premiso de conducir: «Seguramente, quien nos lea estará sufriendo las consecuencias laborales, personales o de cualquier otra índole al no tener fecha de examen, y se preguntará cómo es posible que esto suceda». Así comienza el texto firmado por José Blas Valero, presidente de la entidad. «No tenemos ninguna culpa, ni somos responsables de esta situación. Nosotros somos parte perjudicada al igual que nuestros alumnos».
Uno de ellos es Elías Mkhimri, alumno de la autoescuela Élite que aguarda para examinarse de la licencia tipo B, la de coche. Necesita el carnet de conducir para moverse entre la universidad y el trabajo. Empezó a formarse en julio de 2020, aprobó rápido el teórico, hizo prácticas, paró un mes, siguió con las pruebas otras dos semanas, se examinó, suspendió y ahora aguarda. Ya van cuatro meses de paciencia.
Alejandro David quiso sacarse el carnet de moto para disfrutar la carretera junto a un amigo, que hace un mes falleció en un accidente: «Llevo cuatro meses y me han dicho que tengo que esperar otros tres o cuatro».
Tercer ejemplo: Donya Qarqour. El 6 de marzo cumplió con los cuatro meses de espera: «Aún no me han dicho cuándo podré hacerlo, me han dicho que nos llamarán y cuanto haya un hueco lo hago.Cada día es un agobio de verdad. Hice ya más de 20 prácticas. Cada vez hay gastos y más gastos. Necesito el carnet para trabajar y esto va muy lento».
Están desesperados. En algunos casos, el trámite para lograr el carnet –que hace diez años se podía resolver en tres meses, en el caso del permiso B– dura cerca de un año.Es lo que sucede si el alumno suspende la primera prueba práctica –para la que ya ha aguardado tres o cuatro meses– y tiene que presentarse a otro examen –alrededor de seis en cola–. En ese tiempo puede optar entre no volver a subir al vehículo de prácticas y llegar al test sin nuevas clases sobre el asfalto, o pagar más dinero a la autoescuela. Lejos de beneficiarse por esta situación, los centros tienen a profesores y vehículos parados y a alumnos descontentos por un problema cuya solución no depende de ellos.
Las autoescuelas sufren desde 2015 la falta de funcionarios examinadores en las jefaturas de Tráfico para atender a toda la demanda de permisos. A esto se ha unido la crisis sanitaria, que incrementa las bajas puntuales entre ellos, y un sistema, el CAPA –acrónimo de Capacidad de las Pruebas de Aptitud–, estrenado en 2020 y que estaba llamado a optimizar la distribución de plazas para los exámenes, pero que no convence a las autoescuelas.
«Las autoescuelas tienen limitadas sus presentaciones y no pueden examinar libremente a todos sus alumnos ya formados y preparados para ir a examen. Estamos supeditados a la capacidad que tiene la Jefatura, condicionada por el número de examinadores que cada día la propia Jefatura tiene a su disposición», señala la misiva de la asociación provincial, que no hace alusión al mecanismoCAPA, al que sí hacen referencia otras fuentes consultadas por IDEAL.
El sistema es complejo. Ana Isabel Espinosa, que regenta autoescuelas Élite en Albuñol y Almería, tiene a 150 alumnos en bolsa, y lleva a examen una decena cada dos semanas. Las autoescuelas tienen cada 15 días un tiempo asignado para el examen que varía en función de varios factores. En la asignación de examinadores influyen los aprobados en teórico o destreza de cada autoescuela e incluso los supensos, factor que penaliza en la asignación. Si meten en el turno a un futuro conductor de camiones, ocupa dos plazas de aprendiz de conductor de coche, ejemplifica Ana.
Según Espinosa, cada autoescuela parte de un mínimo de dos examinados. Así, un centro con menos alumnos tiene ventaja sobre los que tienen más matriculados. Algunos están desdoblando sus autoescuelas en dos, para así intentar ganar plazas de examen, una práctica que puede terminar en una saturación aún mayor del sistema. El mecanismo CAPA coarta, lamentan algunos centros, la libre competencia. Con él, las autoescuelas conocen de antemano el día en el que llevarán alumnos a examen, pero «se ha reducido el número de los que presentamos entre un 40 y un 50%».
«El CAPAfue un parche», concluye Cristóbal López, fundador de las autoescuelas Europa. López coincide en la necesidad de incorporar a más examinadores. Hay quien sospecha que detrás del nuevo sistema y el creciente retraso está la intención de privatizar los exámenes.
Como explica Ana Isabel Espinosa, hace años los examinadores hacían en una jornada 16 pruebas cada uno;ahora son 12, por normativa europea y hay menos funcionarios.
José Blas Valero anticipa un acuerdo con la jefatura provincial para desinflar la bolsa de alumnos pendientes de examen. La DGT dedicará más efectivos a las pruebas de circulación, restándolos a los de pruebas teóricas y en pista. De este modo, en cada ciclo –cada dos semanas– habrá 400 examinados más, lo que ayudará a reducir el atasco.
Muchos de los que aspiran a lograr el carnet de conducir lo necesitan por trabajo o estudios. Tanta es la demora, que las autoescuelas empiezan a recibir ofertas para agilizar los trámites:alumnos que están dispuestos a pagar algo más para que les 'cuelen' en las listas de espera. Los centros recuerdan:«Las autoescuelas no tenemos culpa del retraso en los exámenes».
La jefatura provincial deTráfico cuenta con 19 efectivos, de los cuales 17 están activos. «Hay que tener en cuenta las diferentes situaciones administrativas en las que se pueden encontrar a lo largo de un ciclo de exámenes:baja laboral, por contacto de positivo en covid-19, vacaciones, asuntos particulares...» trasladan desde Tráfico. Hace una década había 25 examinadores. Tráfico señala que el mecanismo CAPA «admite modificaciones y mejoras constantes para ir corrigiendo los problemas que se van detectando:por ejemplo, ajustar la bolsa de las autoescuelas especializadas en vehículos pesados motocicletas». Además, desde los servicios centrales de la DGT se están analizando diferentes propuestas con el objetivo de solucionar la escasez de examinadores: promociones internas, bolsas de examinadores interinos, emplear guardias civiles o policías autonómicos en reserva... Desde Tráfico recuerdan que CAPA permite calcular las fechas de examen con exactitud, para que las autoescuelas se planifiquen con mayor eficacia, y reduce los plazos entre exámenes, que hace años eran imprevisibles.
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