Rosario de la Torre
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Rosario de la Torre
Inés Gallastegui
Granada
Domingo, 6 de octubre 2024, 10:46
Han pasado 24 años desde el asesinato del fiscal jefe del TSJA, Luis Portero, pero su viuda, Rosario de la Torre (Málaga, 1944), lo recuerda todo. Con una lucidez y una memoria insobornables, Rosario está al día de todo lo que ocurre en torno a ... la causa judicial del atentado que acabó con la vida de su marido y cambió de arriba abajo la suya y la de sus cuatro hijos. Profesora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de Granada hasta su jubilación, conoce los nombres y los alias de los asesinos que apretaron el gatillo y de los que no. Está al tanto de sus vicisitudes penitenciarias. Pero la serenidad con la que habla no debe llevar a engaño: está «indignada», se siente abandonada por el Gobierno de España y le hiela la sangre la «traición» de los socialistas que, a su juicio, han dado la espalda a sus valores y a sus propios muertos para arropar a quienes los ejecutaron sin piedad.
–Después de casi un cuarto de siglo del asesinato de su marido, ¿cree que se ha hecho justicia?
–Con la noticia que ha salido esta semana, evidentemente no, porque (los autores del atentado) no están cumpliendo la condena. Ha habido unas concesiones tremendas del Gobierno socialista a Bildu. Desde 2018 se ha acercado a todos los presos a las prisiones del País Vasco y en 2021 se transfirió al Gobierno vasco todo lo relativo a prisiones; de esa forma el Ministerio de Interior, con Marlaska a la cabeza, se lava las manos. La consejera de Justicia y de Derechos Humanos acaba de conceder su primer tercer grado a un preso de ETA y, mira por dónde, es Harriet Iragi, el autor material, el que asesinó realmente a mi marido, cuando aún no ha cumplido ni la mitad de la pena, que eran 54 años. El otro etarra, Igor Solana, tiene el tercer grado desde junio: solo duerme en la cárcel y tiene los fines de semana libres. La carta en la que asumen el dolor de las víctimas es un puro formalismo para conseguir esa semilibertad. No creo en ese arrepentimiento. Podrían contar muchas más cosas de las que cuentan.
–Desde 2019 la familia ha intentado por vía judicial que se procese a la cúpula de ETA por ordenar el asesinato, hasta ahora sin éxito.
–En 2019 se reabrió el sumario porque se encontraron nuevos documentos que acreditan la participacion de otros miembros de la direccion de ETA, además de Olarra Guridi, 'Txapote' y 'Olga': una base de datos incautada a otro etarra, una agenda de 'Txapote' y un boletín interno que mandaban a los militantes que ejecutaban sus órdenes que aludía a la trayectoria de mi marido. ¿Qué trayectoria pensaban que tenía para poderlo asesinar? Nunca lo entendí, pero lo hicieron. El juez Ismael Moreno dijo que no encontró pruebas fehacientes y lo cerró. Parece que justo por eso se ha interrumpido el plazo de prescripción, pero tal como está la justicia no me fío de nada.
–El testimonio de dos exetarras 'arrepentidos' que se ha incorporado recientemente al sumario también apunta a la responsabilidad de los dirigentes...
–Esos dos testigos protegidos han dicho muchas cosas y quizá haya alguno mas que se atreva a decir cosas. Lo agradeceríamos, porque ayudaría a muchas familias que no saben quiénes han sido los autores materiales e intelectuales de los atentados a cerrar el duelo. No saber puede ser tremendamente doloroso. Nosotros creo que lo hemos cerrado, pero todo este hallazgo de los autores intelectuales nos remueve el dolor acumulado, es como viajar hacia atrás en el túnel del tiempo. Hay un antes y un después del atentado, en mi vida y en la de mis hijos.
–La asociación Dignidad y Justicia, que preside su hijo Daniel, también trabaja para que se reactiven los casi 400 asesinatos de ETA sin resolver.
–Por iniciativa del Gobierno de Rajoy se creó una fiscalía para esos casos. Tuvo un primer coordinador, el fiscal Marcelo Azcárraga, que hizo un excelente trabajo. Ahora esa fiscalía no tiene nada que ver y se le echa de menos. Más tarde, la socialista Mercedes Delgado mintió, en una entrevista, cuando dijo que ella había impulsado esa fiscalía.
–Como víctima del terrorismo, ¿cómo vive la actual situación política, en la que el Gobierno de Pedro Sánchez depende de los votos de EH Bildu, un partido que se niega a condenar a ETA y reconocerla como una banda terrorista?
–Es un agravio constante. Las víctimas y los familiares de las víctimas estamos muy solos. Últimamente el Gobierno no nos ha arropado para nada; al revés, arropa a los presos y a los de Bildu. Se ve que el poder es lo importante para ellos.
–En el homenaje a su marido por parte de la Fiscalía del TSJA en 2020 reclamó un relato sobre el fin de ETA basado en «la verdad, la memoria, la dignidad y la justicia». ¿Qué ha fallado para que no sea así?
–Han blanqueado totalmente a ETA. Lo que no lograron con la sangre derramada por sus víctimas lo están logrando con este blanqueamiento que inició Rodríguez Zapatero. Mis hijos y yo, igual que el resto de las víctimas, estamos asistiendo a un mercadeo con los presos de ETA entre el PSOE y Bildu para que el Gobierno se mantenga en el poder. Suscribo totalmente las palabras que Pilar Ruiz Albisu, la madre del policía municipal asesinado en Andoain, Joseba Pagazaurtundua, le dirigió a Patxi López en 2005: «La defensa de la vida y de la libertad y de la dignidad es más importante que el poder o que el interés del Partido Socialista. El que pacta con los traidores se convierte en un traidor. Dirás y harás muchas mas cosas que me helarán la sangre». Así estamos las víctimas, por lo menos mis hijos y yo: con la sangre helada. Estoy muy indignada. Me criticarán, pero yo siempre he hablado muy claro; no he escondido mis sentimientos y mis pensamientos.
–Supongo que tampoco ayudarán los homenajes a los presos de ETA, más de 400 el año pasado, pese a la eliminación de los 'ongi etorri' (bienvenida) a los etarras a su salida de prisión, considerados exaltación del terrorismo. Por ejemplo, a Iragi le felicitaron el cumpleaños en un acto público de Sortu (EHBildu) en febrero. Pedían su liberación.
–Los homenajes son constantes. Más que ha luchado mi hijo Daniel... pero ha sido imposible. Eso es escupirnos a la cara: una humillación y un agravio.
–La muerte de su marido estuvo marcada por un acto de generosidad, la donación de sus órganos para trasplante. ¿Consuela en cierto modo un acto así de la tristeza de aquel momento?
–Una hermana mía que es intensivista estaba en Granada aquel día y nos comentó esa posibilidad cuando estábamos en el hospital después del atentado, porque Luis estaba en muerte cebrebral y aún podía hacerse. Como mi marido era tan generoso, habría estado encantado de donar sus órganos y la verdad es que eso nos hizo muchísimo bien, nos gratificó muchísimo. Un consejero del PSOE de la Junta, Francisco Vallejo, me llamó al poco tiempo y se creó un premio para fomentar la donación de órganos. Pero desde que está el PP en la Junta solo se ha convocado una vez y ya no existe.
–Aparte de las vidas que pudo salvar, ¿cuál es el legado de Luis Portero?
–Como fiscal, era independiente, no se casaba con nadie. Me lo dijo el propio Manuel Chaves. Era una persona rigurosa, trabajadora e independiente; no le tenía apego al poder. Amaba su profesion y la ejercía con profesionalidad e independencia. Aplicaba la legalidad. Hoy en día, por desgracia, no es así. Hay grandes fiscales todavía, pero la institución esta devaluada. Todos los días sale en la prensa el porqué; no hace falta explicarlo.
–¿Y como persona?
–Era una persona muy afable, simpática, con un sentido del humor muy inglés. En petit comité, en familia y entre amigos, era muy divertido. Tenía paciencia y sabía escuchar. Le encantaba socializar. Aunque era madrileño de nacimiento, se hizo andaluz de adopción. Le gustaba mucho estar aquí.
Cuando ETA asesinó a su marido, el 9 de octubre de 2000, Rosario de la Torre era profesora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de Granada. La Universidad le ofreció una excedencia de un año, pero a los pocos días prefirió volver a dar clases. «Me iba a volver loca en mi casa», asegura. Cuando se jubiló regresó a su ciudad natal para estar cerca de sus hijos y sus nietos. Allí viven dos de sus vástagos, Luis y Rosario, ambos abogados. Daniel, presidente de la asociación Dignidad y Justicia, es ingeniero y diputado del PP en la Asamblea de Madrid. Rosario nunca ha perdido el contacto con Granada, donde reside Aixa, profesora de Bellas Artes, y aún mantiene muchas amistades. «Granada siempre nos ha arropado muchísimo», asegura.
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