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Todo por hacer' era su lema en campaña electoral y aseguran que fue lo que se encontraron al llegar al Ayuntamiento. ¿Qué hacen una militar, un panadero, un empresario-mecánico, una administrativa y un audiólogo en Jun? Esta pregunta permite múltiples respuestas. Además de representar ... a los ciudadanos en el salón de plenos, limpian calles, recaudan alimentos para causas benéficas, preparan buñuelos en fiestas, cosen las banderas del municipio, recogen el camión de Mantenimiento municipal del taller, retiran árboles caídos o atienden a las llamadas de la Policía Local cuando hace falta... Un gobierno para todo. La alcaldesa y los concejales se extralimitan en las funciones que normalmente corresponden a los cargos políticos con el fin de quitarse de encima una losa económica, sanear sus cuentas y garantizar la seguridad en el pueblo.
La regidora, Pilar Jiménez Tortolero, cuenta que al llegar a la alcaldía se encontraron una deuda de más de 600.000 euros. «Nuestra meta era pagar todo y empezar con nuestro proyecto para dejar atrás ese pozo sin fondo del que pensábamos que no íbamos a salir», resume. «En vez de llamar a los trabajadores para que hagan horas extraordinarias, algo que cuando hace falta no dudamos, hacemos nosotros lo que podemos y no nos excedemos de las 80 horas indicadas por ley», comenta. «Para nosotros no es extralimitarnos. Simplemente o arrimamos todos el hombro o esto no sale», remacha.
Como todos los ayuntamientos pequeños, los recursos de Jun son limitados. La diferencia es que el municipio lidia con una particularidad; el consistorio, gobernado por el Partido Popular, ha tenido que cortar el grifo a su único agente de la Policía Local. Tras hacerse con el bastón de mando, se percataron de las facturas «exorbitantes» del funcionario. El agente llegó a autojustificarse en el anterior mandato hasta 206 horas extraordinarias en un solo mes. Su salario llegaba a superar los 12.000 euros brutos, hechos que han sido denunciados e investigan los tribunales. Para hacer frente a esta circunstancia sobrevenida, que se une al hecho de que la plantilla está mermada, el Ayuntamiento firmó un convenio con la policía de Santa Fe. A las incidencias a las que pueden poner ellos remedio –coches mal aparcados o daños en la señalización vial– responde el gobierno. El resto, lo trasladan a la Guardia Civil. Los vecinos han mostrado su preocupación sobre la seguridad en la localidad, pero el equipo les transmite calma. La situación está controlada. «Al tener solo un agente , que además ha estado de baja, hemos intentado reforzar y paliar esa falta de seguridad que los vecinos percibían», dice la primera edil.
Para solucionar el asunto de forma definitiva, a principios de 2025 se van convocar tres nuevas plazas y, si todo va según lo previsto, en 2026 la plantilla habrá crecido. Jun llegó a contar con ocho agentes, pero desde hace una década solo queda uno. El equipo ha iniciado además una nueva RPT, que seguía igual desde 1985, ha puesto al día al Ayuntamiento en protocolos exigidos y ha estabilizado a once trabajadores que llevaban 33 años con contratos temporales. La alcaldesa, soldado desde el año 2000, dirige el pueblo con mano firme sin olvidar el «compañerismo y el cariño» a sus concejales y vecinos. «Transparencia, limpieza y seguridad son los ejes que nos guiarán todo el mandato», sentencia Jiménez.
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