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Fernández Cuesta atendió a pacientes de coronavirus; falleció tras 19 días en la UCI. En la imagen, su viuda Belén Martín PEPE MARÍN

Un «gran guerrero» entregado a sus pacientes

JOSÉ MANUEL FERNÁNDEZ CUESTA –A TÍTULO PÓSTUMO– ·

El médico, el primero fallecido en la provincia por coronavirus, fue un ejemplo de dedicación y compañerismo. A él va dirigida esta distinción de IDEAL, un homenaje a las víctimas de la pandemia y a los sanitarios

Javier Morales

Granada

Jueves, 19 de noviembre 2020, 01:18

El «gran guerrero» se despidió el 22 de abril. José Manuel Fernández Cuesta (26 de noviembre de 1958), fue el primer médico de la provincia –el único, hasta el momento– fallecido a causa del coronavirus. A sus 61 años, no quiso retirarse de la primera línea de atención a los primeros pacientes de la Covid-19. Sus compañeros, la cuadrilla de las urgencias de Gran Capitán, aseguran que se fue «sin miedo, con valentía, cuidando de todos los granadinos hasta el último momento aun sabiendo que la amenaza estaba presente».

Los profesionales que convivieron con él le definen como una persona «humana y humilde, fuerte, leal, entusiasta y alegre». Decenas de ellos le rindieron homenaje a las puertas de Gran Capitán y 3.000 personas firmaron por Internet la petición para bautizar con su nombre el centro de salud. José Manuel es un símbolo del esfuerzo de los sanitarios granadinos ante la pandemia que irrumpió en marzo cambiando por siempre nuestras vidas.

Fernández Cuesta vivió su infancia en el seno de una familia humilde afincada en Deifontes. Allí se dedicó al campo y el cuidado del ganado, labores en las que los suyos se ganaban la vida. Creció en contacto con la naturaleza, que forjó en él un corazón limpio, noble, bueno, amable y responsable.

Pasados los años se trasladaron a Cogollos Vega y el joven decidió dedicarse a la medicina. Alrededor de los 19 años, su padre falleció accidentalmente. José Manuel ayudó a sacar su familia adelante, compaginando el trabajo en el campo con las largas madrugadas de estudio. El esfuerzo dio su recompensa y alcanzó el objetivo de ser médico, trabajando en varios pueblos, lejos de los suyos.

Quienes lo conocieron y trabajaron con él lo definen como una persona «humana y humilde, fuerte, leal y alegre»

En 2016 contrajo matrimonio con Belén Martín Ruiz. Ella habla de José Manuel en presente: tiene fe en que sigue acompañándola: «Siempre va a ser mi marido, mi esposo, mi amigo, mi amante». Recuerda que en su estado de Whatsapp, el médico puso entre admiraciones un «¡cuéntame!», un detalle que es buen ejemplo de su carácter abierto y su entrega a los demás, como sanitario vocacional y defensor de los derechos de sus compañeros.

El 3 de abril, tras varias jornadas visitando a pacientes con coronavirus y otras patologías, se empezó a encontrar mal. Acudió al hospital a hacerse una PCR y regresó a casa, pero no pudo permanecer en su domicilio: a las pocas horas fue recogido en ambulancia e ingresado en la UCI del Virgen de las Nieves, donde falleció 19 días más tarde. Dejó huella en su paso por el centro de salud de Gran Capitán. Manuela Reyes, una de sus compañeras, le definió como un profesional de la medicina «incansable en su trabajo», que repartía «a borbotones en cada guardia un enorme cariño y entusiasmo» hacia todos los enfermos que tenía que tratar y con «esmero también hacia todos sus compañeros». El centro de salud, la que fue su casa, quedó sumida en un silencio de desolación durante el homenaje que le rindieron un día después de su fallecimiento, después de veinte días afectado por la enfermedad, por entonces –más si cabe– desconocida.

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