La Granada no construida
Un gran parque desde el Salón hasta Cenes de la VegaLa Granada no construida
Un gran parque desde el Salón hasta Cenes de la VegaPepe Moreno, Carlos Valdemoros y Javier Contreras García
Granada | Profesor de la Universidad de Granada
Miércoles, 19 de abril 2023, 00:11
Fue la Granada que se proyectó, pero no se hizo realidad. Grandes planes que se caracterizaban por su ambición, por su peculiaridad de ciudad grande, sin complejos.
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El serial 'La Granada no construida' comienza con el Parque de Merano. Hoy se entendería como una gran ... zona ajardinada, que supondría la extensión del Parque del Salón y el Paseo de la Bomba. Un espacio que conectaría hasta Cenes de la Vega. Más de 3 kilómetros de zonas verdes que supondrían el gran pulmón verde de la ciudad de la Alhambra. Pero el megaproyecto se esfumó.
Proyecto del Parque de Merano de 1927.
Vista actual de la ubicación propuesta para el Parque de Merano.
Después de poner en marcha obras como la Gran Vía o el embovedado del río Darro, Granada buscaba sanearse y organizarse al estilo francés, que marcó la reforma de parís del Barón de Haussmann -tendecia en la mayor parte de Europa-. También se proyectó este gran parque que nunca se llevó a cabo y que, aunque es independiente, se puede vincular con el proyecto de la Exposición Hispano-Africana para engalanar la ciudad.
La idea parte de los ayuntamientos del directorio militar (1923-1930). Para desarrollar el proyecto del Parque de Merano, se estableció un concurso internacional de ideas. El objetivo era desarrollar un espacio verde en ambas orillas del río Genil, aguas arriba de Puente Verde. Las bases del concurso especificaban que el parque debería tener dos ambientes diferenciados, uno para verano y otro para invierno. Un espacio ideado para el disfrute de la ciudadanía durante todo el año.
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Muestra de este concurso de ideas es el proyecto presentado por el arquitecto paisajista francés Jean Graef, que fue bautizado como 'Parque de Merano'. Sobre el papel, esta gran zona verde contaba con un lago, zonas ajardinadas protagonizadas por rosales, una cascada, un jardín de estilo inglés y distintos puentes destinados a unir las dos riveras del Genil.
El dibujo de Jean Graef, fechado en 1929, supone una propuesta audaz para un espacio que se empezaba a descubrir en la ciudad, la Carretera de la Sierra. Una zona en expansión de la que había que decidir su rumbo: el ladrillo o la naturaleza.
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Los problemas económicos del Ayuntamiento, así como el fiasco de la Exposición Hispano-Africana y la posterior llegada de la Guerra Civil en España, condenaron este proyecto verde. El cemento ganó posiciones durante esos años y se proyectaron las primeras promociones de viviendas baratas en el proceso de reconstrucción del país, por lo que la idea se perdió para siempre.
Granada, ya sea por su orografía o por su falta de medios, ha adolecido históricamente de un gran parque urbano. El modelo soñado es el de otras ciudades como el de María Luisa en Sevilla, el Retiro en Madrid o el Parc de la Ciutadella de Barcelona.
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La pérdida del sueño del Parque de Merano, dejó a esta zona de Granada limitada a los históricos paseos del Salón y la Bomba. El primero de ellos se conoce al menos desde el siglo XVII, cuando era poco más que una alameda en el margen derecho del río, bautizada entonces como Acera de los Lecheros. Ya con la invasión napoleónica, el General Sebastiani se encargará, no sólo de terminar el Teatro Cervantes- por aquel entonces Napoleón- y derribar conventos a diestro y siniestro, también se propuso adecentar este espacio a orillas del río. Se crearon unos jardines geométricos de estilo francés, conocidos como 'Paseo del Sejour'. La mala pronunciación y la 'malafollá granaina' derivó en su nombre actual. Durante el resto del XIX y el XX, se añadieron fuentes, y espacios como la actual biblioteca (antiguo casino) o el kiosko de las Titas, junto al conocido Puente de las Brujas.
Mismo origen se le atribuye al Paseo de la Bomba, continuación del Salón, desde la fuente de los cuatro leones hasta el Puente Verde, obra también de los franceses. De origen decimonónico e inspiración francesa, corre paralelo al río y a las casas de la alta burguesía granadina. Debe su nombre a la fuente de la Bomba, situada en los mismos jardines.
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Dos enclaves míticos para la ciudad de Granada, con gran valor artístico y sentimental, que podrían haber supuesto un referente a nivel nacional en el ámbito paisajístico si se llega a construir el Parque de Merano.
* Javier Contreras García es profesor de la UGR y autor de 'La Granada no construida'
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