Asosacionismo
Granada, capital de la cultura accesible ¿o no?Asosacionismo
Granada, capital de la cultura accesible ¿o no?Ana, Ángel y José Juan están unidos por sus discapacidades y también por su compromiso. Las discapacidades no les han limitado sino que las han ... aceptado y superado. En el camino han forjado un compromiso que ahora les ha llevado a crear una asociación para concienciar a los responsables políticos y también a toda la sociedad. Su objetivo no es otro que lograr que los espacios culturales de Granada sean accesibles para todas las personas y que sea uno de los retos de la Capitalidad Cultural Europea, de forma que sea parte del legado de tan magna cita.
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Uno a uno, los tres tienen su propia historia, sus vivencias. Ana Raya, granadina de 47 años, es divulgadora y creadora de contenido en su proyecto y marca personal Rayadalife sobre accesibilidad universal, discapacidad y diversidad y turismo inclusivo. Tiene una discapacidad física y orgánica con movilidad reducida provocada por una artritis idiopática (reumática) juvenil. «Hay que darle difusión a la existencia de este tipo de enfermedades». Su discapacidad es de un 75%.
Ángel Madero, granadino de 33 años es graduado en Literaturas Comparadas en la Universidad de Granada. «Luego he hecho mil cursos de accesibilidad con la ONCE». Tiene una discapacidad visual de un 65%debido a una enfermedad degenerativa llamada retinopatía.
José Juan Ramírez Calvín, granadino de 58 años de edad, ha sido funcionario de carrera de la administración de Justicia. «Ahora estoy jubilado por padecer la enfermedad de Menier. Soy audiólogo protésico y cofundador de la asociación Síndrome de Menier». Su discapacidad auditiva del 65%. Entre los tres, por tanto, tienen discapacidades sensoriales (Ángel y José Juan) y física y orgánica (Ana).
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La asociación que acaban de fundar se llama Gracua –Granada Cultura y Accesibilidad–, y nace como consecuencia de su hartazgo. «No podemos disfrutar en igualdad de condiciones de la programación porque los espacios escénicos, teatros, cines, salas de Granada no están habilitados». El objetivo es sencillo. «Pretendemos con Gracua realizar una concienciación de la sociedad granadina, de todas las administraciones –desde el Ayuntamiento a la Junta y el Gobierno–, pero también los distintos agentes culturales, de que existe esta carencia, esta deficiencia y hay que ponerse manos a la obra».
Explican que buscan un bien común, de justicia social, la igualdad. «Tanto que los políticos se llenan la boca con la palabra inclusión, igualdad, accesibilidad, que prediquen con el ejemplo». Así que el objetivo es que Granada haga realidad estas palabras. Ponen sus ejemplos. «La alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo ha dicho que hay que luchar por una Granada solidaria y accesible, estamos de acuerdo. Por eso hemos pedido que nos reciba. Creemos que le podrá interesar». También solicitaron una entrevista con el concejal de Cultura. «Nos recibió el coordinador, Juan García Montero, que ya conoce todas las iniciativas de Gracua».
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Eso sí, ya empiezan a estar escamados. «Nos hemos entrevistado con un montón de gente. Tenemos muy buenas palabras pero nada más». Miran hacia atrás y encuentran varios ejemplos. «Hace un par de años me dirigí al Ayuntamiento de Granada porque fui a ver una obra de Pepe Sacristán al Teatro Isabel la Católica u y no me enteré de nada», comparte José Juan, con deficiencia auditiva. «Hablé con todo el mundo y al final instalan un bucle magnético». Este dispositivo convierte una onda electromagnética en una onda acústica, y así puede escuchar a través de las prótesis auditivas. «A día de hoy el bucle magnético del teatro Isabel la Católica está instalado pero no funciona», denuncia.
Hay muchos más casos, malas experiencias. «En Granada te vas a cualquier espacio escénico, Manuel de Falla, Palacio de Congresos, o a salas de cine, y ninguna es accesible para personas con discapacidades visuales o auditivas. No todo es hacer rampas o rebajar aceras. Lo que se evidencia es un desconocimiento importante en materia de accesibilidad».
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«A mí me han llegado a coger en brazos para acceder a a un concierto», cuenta Ana. «En el Zaidín Rock te meten en un redil y sin acompañante, yo me peleé», añade. «Fuimos a reunirnos en el palacete de la delegación de Cultura de la Junta en el paseo del Violón y hubo que cambiar el lugar de reunión porque era inaccesible», puntualiza.
«Todo esto evidencia la falta de accesibilidad y de concienciación, marca la realidad». «Hay muchísima legislación en materia de accesibilidad. Pero también está este país lleno de dilaciones e incumplimientos». «En Granada nuestra percepción es que se dice mucho y se hace poco», enumeran como las cuentas de un rosario de agravios.
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La Capitalidad Cultural Europea a la que aspira Granada la ven como una oportunidad. «Es el momento idóneo para alzar la voz». La idea es aprovechar la candidatura de Granada para diseñar un proyecto integral de accesibilidad, «lo que es una fortaleza frente al resto de las candidaturas españolas. Tenemos ideas y tenemos soluciones. Desde métodos de audiodescripción a bucles magnéticos, por poner dos ejemplos para que la Capitalidad Cultural de Granada sea un modelo de igualdad para todos».
Hay más. «La igualdad en la Capitalidad Cultural Europea de Granada sería un legado para siempre, un modelo y un ejemplo». Mientras tanto, «seguimos esperando a que nos respondan, nos reciban, nos escuchen, nos vean». Para ello, quieren que la inclusión sea un hecho. «Las personas con discapacidad tenemos que estar en los órganos de decisión».
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