«Me dieron el aviso de que tenían 17 chavales en el calabozo y los iban a poner en libertad», relata Jemi Sánchez, la concejala de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Granada. Esa llamada fue la mecha que este lunes activó el nuevo protocolo de ... emergencia para la acogida ante llegadas colectivas de migrantes a la ciudad (PECOL). Con ella, estas personas que se quedan en la calle tras vivir el trauma de cruzar el mar de Alborán en patera, reciben una atención sanitaria, jurídica, techo y comida, además de alternativas para comenzar su nueva vida. Un protocolo en el que el Ayuntamiento ha trabajado todo el verano para evitar situaciones como la del pasado 30 de mayo, el día de la Tarasca, cuando 16 personas fueron liberadas en la estación de autobuses sin saber a dónde ir o a quién acudir.
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Por fortuna, los 17 jóvenes de este lunes, marroquíes de entre 18 y 20 años de edad, lograron a lo largo de la tarde y la noche dar con amigos o familiares que los acogieran. «El protocolo, en el que participan más de 40 entidades sociales, se activó de inmediato. A las cinco de la tarde empezaron a venir familiares desde Murcia, el hermano de uno de ellos vive en Armilla... Al ser de Marruecos es relativamente fácil que encuentren conocidos que emigraron hace años a España», explica Jemi Sánchez. El último de este grupo se marchó con un familiar a las doce y media de la noche. Todo parecía solucionado, hasta este martes que ha quedado en libertad otro grupo de 21 inmigrantes que fueron trasladados también desde Motril y permanecían en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía Nacional de la capital.
«La Policía Local nos ha prestado un autobús para recogerlos. Me he ido con un traductor y los hemos trasladado al centro habilitado», cuenta la concejala. De nuevo son jóvenes de entre 18 y 21 años de edad que, aunque festejan su libertad, «su ansia es ponerse en contacto con su familia de Marruecos porque se piensan que han muerto en el mar tras tantos días sin saber de ellos». Una vez en el centro, que está acondicionado para atender a unas 30 personas, se les ha prestado atención médica, ya que muchos presentaban ansiedad, se han podido asear y han comido. «En las últimas horas ya han venido algunos de sus familiares y es una alegría verlos. Llevan varios años sin verse y sus caras de felicidad lo dicen todo», cuenta Jemi Sánchez emocionada.
Estos inmigrantes llegan a Granada porque los centros de Motril están saturados. Es decir, estas personas pasan el mal trago de cruzar el mar de Alborán, les rescatan, llegan al puerto de Motril donde son atendidos y si no hay donde acogerlos, los derivan a otras ciudades. A Granada llegan a la comisaría de la Policía Nacional donde pasan hasta un máximo de 72 horas en los calabozos y luego quedan en libertad.
El nuevo protocolo del Ayuntamiento de Granada para ayudar a los inmigrantes, en colaboración con la subdelegación del Gobierno, irá buscando alternativas para los últimos 21 chavales en las próximas horas. De los 21 esta noche solo cuatro se quedarán a dormir en Granada en el centro habilitado. Dos de ellos fueron a Madrid donde ya han contactado con las personas que les recogerían; otro se irá para Almería; y otros dos partirán este miércoles hacia Irún. Poco a poco para que puedan arrancar con su nueva vida.
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La concejala de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Granada también va actualizando las novedades en su perfil de Facebook:
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