
Ámsterdam y Granada están –desde ayer– más cerca. Concretamente a 2 horas y 55 minutos de vuelo, que fleta la compañía holandesa Transavia y que ... llega sin fecha de caducidad. El avión que ha estrenado esta nueva conexión salió a las cuatro y media de la tarde del aeropuerto de Schipol y llegó al Federico García Lorca a las siete y media. En la terminal holandesa lo despidieron con cante, baile y sangría. Por sus dos flancos, es un vuelo muy flamenco.
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En el Boieng 737 había ayer alegría. Iba Marcel de Noijeer, CEO de Transavia, agentes de viajes que llegaban a conocer Granada, turistas y también granadinos que viven en Ámsterdan y que nunca habían podido llegar a su tierra por la vía directa.
También iba la delegación granadina compuesta por el presidente de la Diputación, Francis Rodríguez, la vicepresidenta del Patronato de Turismo, Marta Nievas y personal de la institución. Todos echaron una jornada maratoniana con la única intención de vender Granada a los holandeses y acompañar al CEO de Transavia, para consolidar estas relaciones que van viento en popa.
En las oficinas de Transavia predomina el verde, que es su color corporativo, y que se fusionó con el «verde que te quiero verde» que sonó en la inauguración del nuevo vuelo interpretado por un cuadro flamenco con una bailaora con academia en Holanda que llevará a Granada a sus alumnas en abril, ya con el vuelo granadino. Por ahora las cosas han comenzado bien. Un primer vuelo lleno y vendidos al 75% los de las tres semanas siguientes. En total, se moverán 30.000 pasajeros al año gracias a esta línea.
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En la compañía se tomaron el nacimiento del avión como una fiesta. Lejos quedaron las compañías aéreas que no quieren cuentas: con Transavia hubo una comida de hermanamiento, regalos y un deseo del jefe: empezar a soñar con nuevas conexiones y también poder ampliar incluso el número de días del vuelo holandés. Actualmente hay vuelo los lunes y los viernes en ambos sentidos.
Habrá que ir poco a poco –dijo el CEO– y que las cuentas vayan saliendo a Transavia, que operó Granada-París interrumpidamente entre 2007 y 2012 y que regresa a Granada tras doce años de pausa.
Desde la Diputación de Granada les ofrecieron datos de mercado de ciudades fransesas como Marsella o Lyon, en la búsqueda por conseguir otra conexión. Para que, como en las bodas, de un vuelo salga otro.
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Se trata de la tercera conexión internacional del aeropuerto de Granada, que se anunció en marzo, en el marco de un congreso internacional de líneas aéreas y que llegó ayer para quedarse. El presidente de la Diputación, Francis Rodríguez, destacó la gran oportunidad que supone este vuelo para la provincia y confió en que pueda abrir la puerta a nuevas conexiones. Desde la institución provincial seguirán con su ruta nacional e internacional en busca de conexiones aéreas.
En el aeropuerto esperaba el vuelo, entre otras autoridades, el subdelegado del Gobierno, José Antonio Montilla, que agradeció a Transavia haber escogido Granada para este vuelo y añadió que el aeródromo está «perfectamente preparado».
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De la niebla y la lluvia de Ámsterdan se pasó a un atardecer casi de verano en el cielo de Granada, algo que dejó impresionados a los viajeros antes incluso de tocar tierra.
A Jei le sorprendió la celebración en el aeropuerto. El vuelo Granada-Ámsterdam comenzaba su andadura y ella lo sabía pero no se esperaba una fiesta en la puerta de embarque. «Vine a Ámsterdam a estudiar un máster de marketing que no ha resultado ser lo que esperaba, así que, después de un mes aquí ahora vuelvo a casa por Granada». Jei tiene 22 años y vive con su madre en Almuñécar, desde donde se planteará qué estudiar.
Por su parte, Alieke y Eveline llegaron ayer a Granada sonrientes al igual que lo estaban en el aeropuerto Schipol antes de volar a la provincia granadina. «Sabíamos que había un vuelo nuevo y queríamos venir a Granada y así nos parece súper cómodo». Una de ellas es fotógrafa y seguro que aprovechará para hacer buenas fotos en Granada. Ambas confían en poder ver la Alhambra.
Otra de las viajeras que ayer celebró el estreno de la nueva ruta fue Cenilma, feliz con el nuevo vuelo. Ella es de Granada pero trabaja en Ámsterdam de camarera y vuelve frecuentemente a su tierra. «Me encanta que haya un vuelo con Granada, se lo he dicho a mis amigos: hay que dejar de ir por Málaga ya». Cenilma será una de las pasajeras habituales del Granada-Ámsterdam ya que cada vez que puede se escapa a la provincia granadina a ver a familiares y amigos. Ahora será más fácil.
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