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susana zamora
Madrid
Martes, 26 de noviembre 2019, 01:40
No había terminado el verano, cuando en Vigo ya se sentía la Navidad. A tres meses de la Nochebuena, la ciudad gallega se preparaba para ser la primera en esta desenfrenada carrera, que han emprendido varias ciudades españolas, por tener la mejor iluminación navideña y ... que, en resumen, supone tener más de todo y a ser posible más grande que nadie.
En la primera semana de septiembre, los vecinos asistían incrédulos a la instalación de las primeras bombillas multicolor, mientras que algunos alcaldes ya advertían a su homólogo vigués, Abel Caballero, que no lo tendría fácil en este duelo. El cruce de mensajes empezó a calentar el ambiente. El primero en disparar fue el regidor madrileño, el popular José Luis Martínez Almeida, quien ya avisó que la decoración de la capital sería mucho mejor. «Desde Vigo vas a ver las luces de Madrid», fanfarroneó Martínez Almeida, a lo que el alcalde gallego contestó aún con más ironía. «Dice que nos va a derrotar en iluminación navideña. Competir con Vigo es imposible», aseguró el regidor socialista. «Ni lo sueñes. Nueva York lo intentó y perdió», recalcó.
Pero Madrid contaba este año con una ventaja: su alumbrado se inauguraba antes que el de Vigo. Tanta prisa tenía en colocarse en el primer puesto de salida que hasta su alcalde adelantó la cuenta atrás: «Diez, nueve, ocho, siete... cuatro, tres, dos, uno». Fueron apenas unas horas, pero suficientes para alardear de su inversión, más de tres millones de euros (un 37% más que el año anterior) en diez millones de bombillas led, 5.000 árboles luminosos, muchos belenes y una bola gigante en tres dimensiones, de 12 metros de diámetro y casi 7 toneladas, y con 43.000 led para lograr mil efectos audiovisuales, con la que Madrid quiere marcar distancias. Consciente del pique con Vigo y lejos de querer acabar con la polémica, la vicealcaldesa Begoña Villacís echó un poco más de leña al fuego y dejó caer su desafío: «Vigo, supera ahora esto».
Era lo que necesitaba escuchar el regidor gallego para venirse aún más arriba el día del alumbrado, «el más importante que hubo nunca en ninguna ciudad», presumió el primer edil de Vigo. Después de triunfar con su discurso del año pasado, mediante el que retaba a las alcaldías de París o Londres a superar la decoración navideña de su ciudad, el regidor gallego ha subido su apuesta con el objetivo de enfrentarse a Nueva York. Caballero ha confesado que este año ha desistido de llamar al alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, «porque las luces son tan excepcionales que será él el que me llame cuando vea el resplandor».
Diez millones de luces led (un millón más que el año pasado), en las que el ayuntamiento se ha dejado más de un millón de euros. Porque además de competir con otras ciudades, Vigo compite contra sí misma. Si en 2018 hubo 2.500 arcos de luz, este año son 2.700; si se iluminaron 307 calles y 405 árboles, en esta ocasión fueron 334 y 465, respectivamente. De todo, a ser posible, más. Sin embargo, a su famoso abeto gigante de la Porta do Sol le ha salido, a su pesar, un fuerte competidor. Ximénez Group, la misma empresa cordobesa de Puente Genil que ha convertido a Vigo en un parque de atracciones y es una referencia nacional e internacional en iluminación navideña, ha creado el árbol luminoso más alto de Europa en el centro comercial Nevada Shopping de Armilla (Granada) con 55 metros de altura.
La capital de la Alhambra entra así en el juego que el alcalde de Vigo ya inició el año pasado cuando desafió también a Málaga, pionera en España en convertir el alumbrado navideño en un atractivo turístico con un espectáculo de luz y sonido. Pero, su ayuntamiento no tardó en reaccionar y paró a Caballero los pies. En declaraciones a este periódico, Teresa Porras, concejala de Fiestas, deslizó: «El alcalde de Vigo, ¿qué tiene? ¿Árbol de Navidad y bolas? Calle Larios es única. La bóveda que nosotros tenemos es única en toda Europa. Por eso, en 2018 hemos sido elegidos el mejor destino urbano para celebrar una Navidad soleada. Nosotros no tenemos nada de Vigo, Vigo sí tiene cosas de Málaga». La capital de la Costa del Sol, que inaugura este viernes (lo hará también Sevilla) un nuevo alumbrado con el que promete sorprender, lanza de nuevo un aviso a Vigo: «Cuando estén puestas las luces de Navidad, veremos quién gana», advierte Porras.
Navidad en Granada
Javier Morales
Javier Morales
En lo que sí coinciden todas las ciudades es en justificar esta borrachera de luces. Aseguran que responde a una demanda de la ciudadanía y resulta un gran negocio para las ciudades en términos de turismo y comercio.
Una rentabilidad económica que para otros es solo la «punta del iceberg» de un enorme problema, «porque tal y como está planteado es la invitación perfecta al consumo exacerbado», apunta Rodrigo Irurzun, coordinador del área de Energía de Ecologistas en Acción. Alerta de un mayor consumo energético «porque, aunque sean luces led, son muchas» y de la contaminación lumínica, que tantos trastornos puede acarrear. «Podrían mantener un pique por demostrar quién tiene la ciudad más sostenible, pero competir por ver quién pone el árbol de Navidad más grande o tiene más luces carece de toda lógica», zanja Irurzun.
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