Domingo, 14 de marzo 2021, 13:08
Granada esconde infinidad de historias tras la nomenclatura de muchas de sus calles. Algunas tienen su origen en leyendas muy arraigadas en la tradición granadina, como la calle del Beso o Niños Luchando. Otras, sin embargo, provienen de historias reales, oscuras y macabras, ... como es el caso que nos ocupa: el Callejón Niño del Royo.
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Esta calle arranca junto a Torres Bermejas y discurre por todo el Muro del Carmen de Peña Partida, donde se ubicaban las conocidas mazmorras en las que se encerraba a los cautivos. En esta zona, además, se instaló en el siglo XVI una plataforma de finalidad siniestra, importada de Castilla a partir de la constitución del primer Cabildo en el año 1500, y bautizada como 'picota' o 'rollo jurisdiccional', que dio nombre a este callejón del barrio del Realejo.
La utilidad de esta plataforma no era otra que consumar la ejecución de los condenados y la exposición de sus miembros mutilados, utilizados como advertencia. Los castigos, en aquella época, dependían de la gravedad del delito pero, sin duda alguna, el más aleccionador era la picota o el rollo.
Existen referencias de la existencia de estas plataformas en distintos puntos de Granada, como Bibrrambla, el Triunfo, el Humilladero, la puerta de la Paja o la zona de los Mártires, por donde discurre este callejón.
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Aunque en sus orígenes el rollo era un indicador de la demarcación municipal, en el siglo XVI empezó a utilizarse como picota, plataforma destinada al ajusticiamiento de los condenados. En la actualidad, se desconoce la fecha exacta de la instalación del rollo en esta calle, pero el arquitecto Ambrosio de Vico ya lo situó en 1590 en su Plataforma de Granada (el primer mapa de la ciudad), en el torno de las mazmorras musulmanas. Algunos escritos sitúan su desaparición en el año 1820.
Todavía se conserva, no obstante, un trozo de la columna que levantaba el rollo jurisdiccional, colocado en una de las paredes del callejón.
Está claro que fue esta desaparecida y macabra plataforma ajusticiadora la que dio nombre al callejón granadino, pero todavía existen dudas sobre el origen del 'Niño'. La versión más arraigada apunta a que los miembros amputados se envolvían en telas o vendas y esto, unido a la bola de piedra que lo coronaba y a las hacía que, desde lejos, la picota se asemejara a un niño envuelto en pañales.
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