Granada, llena por el puente: «Conseguir una mesa era imposible, pero ya planeamos la próxima visita»

Los atractivos de la ciudad han vuelto a conquistar a sus visitantes. La subida al mirador de San Nicolas o San Miguel, los paseos por el Albaicín y sus callejones o las visitas a la Alhambra han sido los planes de quienes han elegido la capital para pasar estos días. Pero la imposibilidad de conseguir entradas no ha llegado a arruinar sus estancias. Da fe de ello Raúl, que decidió solo una semana antes pasar el puente en Granada. «Elegimos como alternativa ir de ruta por los pueblos de la Alpujarra», cuenta.

Reservas con mucha antelación que no se han extendido solo a hoteles y pisos turísticos, sino también a restaurantes donde poder comer ante la previsión de bares y plazas repletas.

El lleno absoluto se ha palpado también en el ambiente y en las terrazas. Las largas colas para acceder a una mesa y los tiempos de espera han ido de la mano de quienes llegaron a la ciudad a última hora del jueves o la mañana del viernes.

«Conseguir una mesa ha sido imposible, pero ya planeamos repetir la visita», cuenta Manuel, justo antes de su marcha. Ha compartido el viaje con amigos y familia. Se desplazan desde Elche, pero admite que no es la primera vez que están en Granada. «Venimos siempre que tenemos unos días de descanso», expresa. No es el único que repite. María y Rosario planean este viaje una vez al año desde que se jubilaron. Llegan desde Sevilla. «Uno no se cansa de pasear por estas calles», recalcan.

El encanto de la ciudad ha llegado a público de todas las edades. Desde matrimonios procedentes de Códoba, Cádiz y otras provincias de Andalucía, a grupos de amigos de Madrid y despedidas de soltera que viajaban desde Elche. «Granada lo tiene todo para disfrutar», detallan sus protagonistas.

La estancia se ha alargado para algunos hasta última hora de la tarde. Los afortunados han conseguido entradas para visitar la Alhambra durante este puente, pero, pese a la antelación, fue imposible acceder a los palacios nazaríes. Encarna, lejos de lamentarse o sumirse en quejas por lo sucedido, mira su calendario para ver cuándo podrá volver. Dice que ya tiene otra excusa para repetir su estancia en Granada.